La Cabria, nº 200

HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ
DE LINARES
2º DOM. Adv. C
9-Dic.2012 Año V- Nº 200

Editorial

MIRAMOS, PERO ¿VEMOS?

En cuestión de transmisión de la fe tenemos muy claro que el valor del ejemplo es fundamental. Se acercan unas fechas especiales en que conmemoramos la llegada al mundo de Dios hecho hombre, para dar testimonio del amor del Padre hacia sus criaturas y para abrir un camino hacia la felicidad basado en el establecimiento del Reino con los valores que lo definen: amor, justicia, paz, fraternidad, solidaridad, verdad, libertad, honradez…

Estas palabras encierran conceptos que impresionan. Todos apostarían por ellas pero desconfían de que puedan realizarse en este mundo, en el que se adoran dioses (dinero, poder, prestigio) que esclavizan y someten a las personas. Él viene a enseñarnos, con su ejemplo, que sí es posible llevarlas a la práctica y las hace realidad con su vida desde el último escalón social, desde la independencia respecto a todo tipo de poder establecido y con la única arma del amor y la amistad que emanan exclusivamente de su humanidad (renunció a su divinidad para hacerse uno de tantos).

Ahora se nos va a aparecer como un niño indefenso, débil y dependiente, necesitado de la protección cariñosa de sus padres para poder sobrevivir, como cualquier otro. Y estará expuesto a todas las necesidades de las familias pobres, o sea, que desde el primer día experimentará las carencias y dificultades propias que se daban en su época en su clase social.

Sin embargo, a fuerza de verlo envuelto en luces de colores, junto a mesas rebosantes de comida y bebida, entre el bullicio y la juerga, lo hemos idealizado hasta hacerle perder el sentido original y transformarlo en una imagen anecdótica, costumbrista. Una excusa para la fiesta. Tenemos que renovar actitudes, abstraernos y mirarlo con atención para descubrir desde el corazón la grandeza del misterio de la Encarnación y su trascendencia para nuestra vida cristiana, y, sólo entonces, podremos celebrar con alegría y autenticidad el sentido de la Navidad.

Palabra de Dios

Lectura del profeta Bar 5,1-9.

Jerusalén, despójate de tu vestido de luto y aflicción y viste las galas perpetuas de la gloria que Dios te da; envuélvete en el manto de la justicia de Dios y ponte a la cabeza la diadema de la gloria perpetua, porque Dios mostrará tu esplendor a cuantos viven bajo el cielo. Dios te dará un nombre para siempre: «Paz en la justicia, gloria en la piedad».

Ponte en pie, Jerusalén; sube a la altura, mira hacia oriente y contempla a tus hijos, reunidos de oriente a occidente, a la voz del Espíritu, gozosos, porque Dios se acuerda de ti. A pie se marcharon, conducidos por el enemigo, pero Dios te los traerá con gloria, como llevados en carroza real.

Dios ha mandado abajarse a todos los montes elevados, a todas las colinas encumbradas; ha mandado que se llenen los barrancos hasta allanar el suelo, para que Israel camine con seguridad, guiado por la gloria de Dios: ha mandado al bosque y a los árboles fragantes hacer sombra a Israel. Porque Dios guiará a Israel entre fiestas, a la luz de su gloria, con su justicia y su misericordia.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses. 1,4-6.8 11.

Hermanos: Siempre que rezo por vosotros, lo hago con gran alegría.

Porque habéis sido colaboradores míos en la obra del evangelio, desde el primer día hasta hoy.

Esta es nuestra confianza: que el que ha inaugurado entre vosotros una empresa buena, la llevará adelante hasta el día de Cristo Jesús.

Testigo me es Dios de lo entrañablemente que os quiero, en Cristo Jesús. Y ésta es mi oración: que vuestra comunidad de amor siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para apreciar los valores. Así llegaréis al día de Cristo limpios e irreprochables, cargados de frutos de justicia, por medio de Cristo Jesús, a gloria y alabanza de Dios.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas. 3,1-6.

En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.

Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:

«Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios».

Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 50

Entrevista con Abraham

Christian: (Cristiano o seguidor de Cristo) Admirado Patriarca Abraham: Soy un cristiano del siglo XXI, que desea conocer mejor lo que Dios ha hecho por nosotros. Estoy integrado en una comunidad parroquial y te nombramos con frecuencia. Dispensa si me tomo la libertad de llamarte amigo. Te conozco, por la Biblia, pero mi deseo es intimar más contigo, admirarte e imitarte.

Abraham: No sabes cuánto me alegro, pues los dos tenemos el mismo Dios. Es un Dios cercano, que nos habla, que nos llama, que nos guía, que nos quiere, que es la VIDA.

Christian: Es verdad. Recuerdo lo que dijo el evangelista San Mateo: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Yo no soy Dios de muertos, sino de vivos”. Mt. 22,32

Abraham: Creo, mi amigo ines-perado, que vamos a compartir expe-riencias gozosas e inefables gozando juntos del amor que Dios nos tiene.

Christian:: Así lo creo yo. He gozado muchas veces, al leer estas palabras del apóstol Santiago: “Y se cumplió la Escritura que dice: “Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios” (Sant. 2:23)

Abraham: Dios es nuestro común amigo. Lo maravilloso es que fue Él quien nos eligió.

Christian: Permíteme una pregun-ta: He visto que apareces con dos nom-bres. ¿Cuál es el significado de cada uno?

Abraham: Veo que lees la Biblia y eso es necesario para conocer y gozar del amor de Dios, desplegado a lo largo de la historia. “Abrám” significa “mi Dios es excelso” el significado de Abraham, es “padre de la muchedumbre”

Christian: Amigo Abraham: Me gustaría tener algunos datos más sobre tu vida.

Abraham: Con mucho gusto. Nací en la ciudad de Ur, de Caldea; era una ciudad grande y próspera, gran centro comercial y puerto sobre el golfo Pérsico, situada en Sumer, país más tarde llamado Babilonia que finalmente sería dominada por los caldeos. Mi padre era Téraj. Mis hermanos eran Najor y Harán. Harán engendró a Lot, mi sobrino que siempre estuvo conmigo. Mi mujer se llama Sara o Sarai. Y es estéril. Pasado el tiempo, mi sobrino Lot, mi mujer y yo nos trasladamos con mi padre para dirigirnos a Canaam, pero llegados a Jarán nos establecimos allí, donde murió mi padre. 

Christian:. Gracias, amigo, pero tenemos que seguir el próximo día, pues no nos queda tiempo. Estoy seguro de que nuestras entrevistas nos van a ayudar mucho para celebrar, desde el corazón, el AÑO DE LA FE.

Niños viejos

Llevamos semanas viendo en televisión los anuncios de muchas ONGs, que demandan ayuda para atender las necesidades de los colectivos más vulnerables y necesitados en distintos países del mundo. Algo que se repite cada año por estas fechas. Hasta la propia UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) en un testimonio del estrepitoso fracaso de los gobiernos en la distribución de la riqueza y la práctica de la justicia social (cuando en el mundo hay recursos para todos), nos deja ver la paupérrima situación del tercer mundo, que han sido incapaces de solventar por la falta de coraje y la mucha dependencia y sumisión a los poderosos.

Y la imagen que se utiliza es la del niño triste, pobre, desnutrido, huérfano y sólo, como un viejecito al que no le queda esperanza. Recordamos que la Iglesia, a través de Cáritas y Manos Unidas, trabaja ininterrumpidamente a lo largo de todo el año al servicio de los más débiles y desfavorecidos, dándoles acompañamiento y apoyo, en primera línea y con total transparencia.

Pedir bien

¡A ver si Dios quiere que nos toque la lotería! Es una frase que todos hemos escuchado y hasta hemos pronunciado algunas veces, sin pensar en lo que significa: hacer a Dios cómplice cuando adoramos al “dios dinero”.

Si nuestro ejemplo de oración es Jesús, antes de elevar nuestra petición tendríamos que recordar lo que éste pedía: perdón para los pecadores, salud para los enfermos, consuelo para los afligidos…

O sea, restituir a la persona, disminuida en algún aspecto, hasta la altura de los demás. Pero no por encima. Si en su opción de vida rechazó las tentaciones a la comodidad, a la fama y al poder, quienes intentamos seguirle deberíamos centrarnos en acrecentar el valor de nuestro ser personas a imagen y semejanza de Dios y renunciar al valor-precio que nos da el mundo en base a lo que tenemos.

En esta semana

¡Enhorabuena a todos! Nuestra hoja cumple el número 200.