La Cabria, nº 226

HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ 
DE LINARES
2-JUNIO- 2013 CORPUS-C
Año V- Nº 226

Editorial

Corpus Christi

A punto ya de concluir el curso celebramos en este domingo nada menos que la festividad del Corpus Christi. Se trata de un evento cargado de sentido profundo y de una enorme simbología. Paseamos nada menos que a nuestro Señor por en medio de las calles de nuestros pueblos y ciudades.

Es precisamente este hecho, el de hacer con ello una profesión pública de nuestra fe el primer gesto que nosotros creemos que merece la pena destacar. Sabemos que es cada vez más fuerte una tendencia, llamada injustamente laicista (“laico” es otra cosa), que pretende arrinconarnos en un ejercicio totalmente privado de esta fe, frente a nuestro derecho legítimo a profesar nuestras creencias en libertad. Por eso, esta celebración nos parece una hermosa demostración de esa libertad, acompañando a nuestro Señor, hecho pan, por las calles que previamente hemos engalanado con cariño.

También querríamos destacar esta cuestión, la del engalanamiento que el acto merece: es entrañable ver cómo tanta gente saca lo mejor que tiene a sus balcones al paso del Señor, o cómo en algunos pueblos realizan con primor esas hermosísimas alfombras de flores en su honor. Ese es el marco en el que también tenemos que entender las custodias que se utilizan para la procesión, construidas con las aportaciones de los creyentes a lo largo de la historia como un gesto de engrandecimiento del cuerpo de Cristo, tratando de darle lo mejor que se tiene, aunque con ello hayamos llegado, reconozcámoslo, a la paradoja de acompañar con oro y joyas carísimas a quien en su vida sólo vivió en la pobreza.

Palabra de Dios

Lectura del libro del Génesis 14, 18-2

En aquellos días, Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino y bendijo a Abrán, diciendo: Bendito sea Abráham por el Dios altísimo, creador de cielo y tierra; bendito sea el Dios altísimo, que te ha entregado tus enemigos.» Y Abrán le dio un décimo de cada cosa.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26

Hermanos: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido:
Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.» Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.» Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 11b-17

En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban. Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado». Él les contestó: «Dadles vosotros de comer». Ellos replicaron:- «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío». Porque eran unos cinco mil hombres. Jesús dijo a sus discípulos:- «Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta». Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.

Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 75

El sacrificio del hijo único (a)

Christian (Cristiano o seguidor de Cristo): Amigo Abraham, ¿quieres creer que no he pegado ojo en toda la noche? Me he acordado mucho de tí y le he pedido a Dios que me de una fe que, al menos, se parezca algo a la tuya.

Abraham: Yo tampoco he dor-mido mucho, pues la fe no suprime el sufrimiento, y he pensado cómo orga-nizar el viaje. 

Christian: Amigo Abraham, ¿tan pronto piensas haceer lo que Dios te manda? 

Abraham: Lo que Dios quiere, cuanto antes se cumpla mejor. Pienso salir la próxima madrugada, así es que me levantaré, aparejaré mi asno, llamaré dos mozos y a mi hijo, cargaré la leña del holocausto y emprenderemos el camino hacia el monte Moriah.

Christian: Te veo tan entero, tan fuerte... Admiro tu fe, tu fortaleza, tu decisión y tu plena confianza en Dios. No lo entiendes pero sigues el camino que Dios te marca, vas hacia el pais de Moriah, pero ¿conoces es el país de Moriah?

Abraham: Gracias por tus alabanzas, pero la fe es un don de Dios. No se conquista, se recibe gratuitamente. No conozco el país de Moriah. Dicen que es un país elevado y montañoso. De hecho Dios me dijo que el sacificio lo hiciera sobre uno de los montes que Él me indicará. 

Se le llama también la tierra de la visión.

Christian: Ahora recuerdo haber leído que la tradición judía piensa que se trataba de la colina de Jerusalén, incluso la roca en que fue edificado el templo de Salomón. Perdona que te haya cortado pero lo he hecho por distraerte. Cuéntame más de tu viaje.

Abraham: Emprendimos el camino y al tercer día levanté los ojos y vi el lugar desde lejos; mandé a mis criados que se quedatan allí con el asno y les dije: «Quedaos aquí con el asno; el muchacho y yo iremos hasta allí, haremos ado-ración y volveremos donde vosotros.» Tomé la leña del holocausto, la cargué sobre mi hijo Isaac, tomó en su mano el fuego y el cuchillo, y nos fuimos los dos juntos. Pero mejor será seguir el día próximo, pues estoy cansado. Que el Señor me dé fuerzas.

Ve y lo cuentas

Vamos a intentar hacer honor al título de esta sección, “ve y lo cuentas”, en lo relativo a la Declaración de la Renta que muchos tenemos ahora entre manos. Se dicen tantas tonterías en torno a la financiación de la Iglesia y a su régimen fiscal que tenemos la obligación de divulgar la verdad sobre el tema. Es muy importante que nos acordemos de señalar la casilla correspondiente en nuestra declaración, y si podemos, recordárselo también a quienes nos rodean, insistiendo en que con ellos contribuimos al sostenimiento de la Iglesia y de toda su acción social. 

Si queréis más detalles sobre el tema, visitad: http://www.portantos.es/preguntas-frecuentes

Lo que no vende

Enfrascados como estamos en medio de la discusión sobre la reforma de la Ley del Aborto, algunos echamos en falta un aspecto clave para luchar contra esa lacra. Nosotros, sin medias tintas, no podemos apoyar una ley como la actual, que no es más que la legitimación del asesinato de tantos y tantos seres humanos en el vientre de su madre. Pero tampoco podemos pasar por alto que en esta lucha hay que dar un paso más allá de la prohibición y apoyar de verdad a esas madres que por circunstancias muy diferentes pueden sentirse tentadas a acabar con la vida de su hijo. Si la ley que el gobierno actual no lleva consigo aparejada un incremento de ayudas a madres en dificultades y un mayor asesoramiento para ellas ajeno a cualquier discusión ideológica, será sólo una ley a medias y corre el peligro de no tener más recorrido que el que un futuro cambio en el partido del gobierno le otorgue.

En esta semana

Recordamos también, completando lo que se indica en el editorial, que ese cariño que sentimos por JESUCRISTO lo sentimos expresado en lo que Él nos dijo: en los pobres, por eso hoy celebramos el “Día del Amor Fraterno”.
  • Día 4 - 5´30 de la tarde: tenemos reunión de catequistas para evaluar y concluir el curso.
  • Día 7 - 8 de la tarde: acompañaremos a nuestros 6 jóvenes que se van a confirmar en Santa María. Es bueno que se sientan acompañados por su comunidad.

La Cabria, nº 225

HOJA PARROQUIAL DE SAN JOSÉ DE LINARES 
DOM. TRINIDAD C 
26-mayo- 2013 Año V- nº 225

Editorial

LA CONFIRMACIÓN 

El Domingo pasado celebramos un momento clave de la vida de la Iglesia: LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO; en ese momento nació una dimensión completamente nueva que tendrá su culminación en la resurrección del universo entero. 

Hasta ese momento, los apóstoles y todos los que siguieron a Jesús, se habían unido a Él afectivamente, les había resultado atractivo e interesante, tanto su persona como su mensaje, pero no había pasado de la superficie, hasta que, llegado este momento, el mismo Espíritu que había fortalecido, y vivificado a Cristo, llenó el corazón y la mente de aquellos que habían creído en Él y los convirtió en un reflejo vivo de Cristo Resucitado, que daría paso a un movimiento que se ha convertido en signo vivo del Reino de Dios: la Iglesia. 

En el mundo hay mucha gente que reconoce a Jesucristo, que lo estima y muchos, incluso, manifiestan públicamente con un rito llamado bautismo, que se consideran sus seguidores, sus “fans” -diríamos en términos populares-, pero no pasan de ahí, no dejan que su mensaje ni su cariño traspase la piel, se quedan en la superficie y no son reflejo de Cristo para nadie. Tal como le ocurría en el principio a los mismos apóstoles. 

Cuando el discípulo de Cristo se deja traspasar por su amor, por su proyecto y deja que el Espíritu Santo, el mismo Espíritu de Jesús, entre en su vida y la transforme, convirtiéndolo en otro Cristo, ese momento, podemos decir que tenemos UN CRISTIANO y eso ocurre el momento en que recibimos la CONFIRMACIÓN con el Espíritu Santo. 

El Espíritu Santo es la VIDA de la Iglesia y del cristiano, sin Él, no somos nada; con Él, en cambio, nos convertimos en la nueva presencia de Cristo resucitado en la tierra. Quien ha dejado que el Espíritu Santo llene su vida y con Él se ha unido a Cristo, se convierte en una persona completamente nueva que su vida se transforma.

Palabra de Dios

Lectura del libro de los Proverbios 8, 22-31 

Así dice la sabiduría de Dios: 

«El Señor me estableció al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras antiquísimas. En un tiempo remotísimo fui formada, antes de comenzar la tierra. 

Antes de los abismos fui engendrada, antes de los manantiales de las aguas. Todavía no estaban aplomados los montes, antes de las montañas fui engendrada. No había hecho aún la tierra y la hierba, ni los primeros terrones del orbe. 

Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la faz del abismo; cuando sujetaba el cielo en la altura, y fijaba las fuentes abismales. 

Cuando ponía un límite al mar, cuyas aguas no traspasan su mandato; cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como aprendiz, yo era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia: jugaba con la bola de la tierra, gozaba con los hijos de los hombres. 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 1-5 

Hermanos: Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos; y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Más aún, hasta nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce constancia, la constancia, virtud probada, la virtud, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. 

Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 12-15 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. 

Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará.

Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 74

El sacrificio del hijo único 

Christian (Cristiano o seguidor de Cristo): Amigo Abraham: Pasa algún tiempo y tu querido hijo, sobre cuya cabeza descansa toda la promesa, crece. Es vuestro consuelo. Ahora sabes lo que es ser padre: después de esperar que Dios te lo diera, como te había prometido. 

Abraham: Tienes razón. Mi hijo Isaac es el centro de mi cariño y de mis desvelos; en él veía cumplidas la promesa, tantas veces repetidas, de darme descendencia. Pero otra vez yo no entiendo a Dios. Por lo visto quiere probar mi fe. 

Christian: Pero ¿cómo quiere probar tu fe? Yo te veo altamente preocupado y triste. La prueba debe ser muy costosa; se tiene que tratar de algo que te llega al alma, que te rompe el corazón, y que, a veces, nos desorienta hasta ponernos en peligro de dudar de que Dios nos quieire. 

Abraham: Pues así es lo que Dios me pide y que yo no acabo de entenderlo y menos encajarlo humanamente. 

Christian: Amigo Abraham: cuéntame de qué se trata, cuál es la prueba que Dios te pide, por si yo te puedo ayudar aunque sea pidiendo a Dios por tí. 

Abraham: Pues mira, amigo: Dios me llamó: «Abraham». Y le contesté: «Heme aquí». Fue entonces cuando me dijo: «Anda, toma a tu hijo, a tu unigénito, a quien tanto amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécemelo allí en holocausto, sobre uno de los montes que yo te indicaré» ((Gén 22,1-2). 

Christian: Pero querido amigo Abraham: ¿no estarías soñando? ¿Es posible que Dios te pida que sacrifiques a tu hijo en holocausto? 

Abraham: De soñar, nada. Yo estaba bien despierto y escuché perfectamente lo que Dios me decía. Lo especificó con claridad: hablaba de mi hijo, el unigénito, a quien tanto amas, y luego el nombre: Isaac. 

Christian: Y tu contestación fue: heme aquí. El caso es que esa es la respuesta de todos los amigos de Dios. Así contestó también la virgen María: “he aquí la esclava del Señor”. Y ¿qué piensas hacer? 

Abraham: Amigo entrañable, eso ni se pregunta: mi fidelidad a Dios pesa mucho más que la duda. Me fio de Dios. No lo entiendo pero me fío de Dios y pienso hacer lo que Él me pida. 

Christian: Amigo del alma, te ruego que intercedas por mí para que nuestro Dios me dé una fe como la tuya: “desnuda”, que conozca los abismos de la oscuridad; que anda a tientas en busca de un sentido. 

Abraham: Tenemos que separarnos, pero seguiremos, pues necesito tu compañía.

Ve y lo cuentas

Aunque no entren ganas de contarlo, pues el hecho que constatamos es que cada año se confirman un grupo enorme de jóvenes y de adultos en nuestra ciudad; este año pasan los 200, pero lo curioso es que realizan el rito, hacen la preparación que se pide y… lo que se ve en sus vidas no es el reflejo de Cristo, sino de otra cosa: desaparecen de la Iglesia, que es la familia de los confirmados, sienten vergüenza de confesar a Jesucristo, se burlan de quien lo hace, y atacan los principios morales y éticos que establece el Evangelio. Queda una pregunta en el aire: ¿Por qué se confirman entonces? ¿Qué pretenden con esa farsa? Ser cristiano no es cuestión de haber pasado por una serie de ritos, sino de dejarse llenar del mismo Espíritu de Jesús.

Lo que no vende

Estamos viendo y sufriendo que hoy no vende el ser honrados, el ser justos, el ser valientes, el ser sinceros, el luchar por la vida a todos los niveles, el defender a la persona de cualquier agresión a su dignidad, el entregar la vida y los bienes en beneficio de la humanidad… Todo eso es considerado trasnochado, de gente atrasada, de fachas, de gente anclada en el pasado. El resultado, lo estamos viendo: no es, precisamente la FELICIDAD. Cristo nos invita a ser felices, a llenar nuestra vida, a darle sentido a todo y a construir un mundo en el que se pueda vivir. Lo que pasa es que eso hoy, es “contracultural”, hay que nadar contra corriente, hay que jugarse el tipo y hacer frente a ese ambiente que amenaza con tragarnos. Pero JESÚS nos dice: “No tengas miedo, estoy a tu lado” y el Espíritu que a Él lo sostuvo y le dio fuerzas, el mismo se queda con nosotros.

En esta semana

El día 2 van a recibir el ESPÍRITU SANTO 6 jóvenes de nuestra parroquia. Vendrá el Sr. Obispo a confirmar y la hará S. Juan de Ávila: la misa de esa tarde la tendremos en el cerro, acompañando a nuestros jóvenes. El día 2 es el día del CORPUS: la misa de las 10 de la mañana la tendremos en Sta. María, donde nos reuniremos todo Linares. En la parroquia solo tendremos la misa de 12.

Feliz semana

Desde nuestra hoja queremos felicitar a todos los niños que han hecho la primera comunión y al grupo de los 7 jóvenes que el próximo domingo se confirmarán. Queremos deciros que vuestro puesto estará siempre vivo.

La Cabria, nº 224

HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ 
DE LINARES 
DOM. PENTECOSTÉS. C 
19-mayo-2013 Año IV- Nº 224

Editorial

PENTECOSTÉS

¡Estamos de fiesta! Hoy celebra la Iglesia su cumpleaños, pues con el envío del Espíritu Santo sobre los discípulos cuando se encontraban reunidos, se cumple la promesa que les había hecho el Maestro antes de subir al cielo y se produce en ellos un cambio espectacular. El aliento divino los penetra con sus dones y todo cambia: la claridad inunda sus mentes y llena de sentido todo lo que habían vivido, y un impulso irrefrenable los empuja a dar testimonio. 

Para nosotros es un momento excepcional. Muchos cristianos han apuntalado su fe contemplando la fuerza del misterio que tan radicalmente transforma a los primeros componentes de la familia de la Iglesia. De estar encerrados y atemorizados, paralizados por el miedo y la incertidumbre, salen valientemente al mundo para dar testimonio de cuanto habían visto y oído, y se enfrentan decididamente a castigos, sufrimientos, trabas y persecuciones, hasta llegar a entregar su vida por el Reino que brotaba, crecía y se extendía imparable por todos los pueblos a los que pudieron llegar. 

Dentro de unos días, un grupo de jóvenes de nuestra parroquia van a recibir de manos del Obispo el sacramento de la Confirmación -su particular Pentecostés-. Aceptarán las promesas que sus padres asumieron por ellos en su bautismo, y recibirán el Espíritu Santo. Y serán enviados al mundo para que sean luz, dando un testimonio coherente y valiente de su fe. No les va a ser fácil, pero, si van bien dispuestos, mantienen su adhesión a Jesucristo y siguen enganchados a su comunidad, el Espíritu les colmará de sus dones para que perseveren por encima de decepciones, zancadillas, burlas y cuantos obstáculos puedan encontrar. 

De antemano, ¡enhorabuena! Contáis con el apoyo y el cariño de toda vuestra familia de san José, que os acompañará en este acto.

Palabra de Dios

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 2,1-11 

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería. 

Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos, preguntaban: ¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa? 

Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua. 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12,3b-7. 12-13 

Hermanos: Nadie puede decir: «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. 

Lectura del santo evangelio según san Juan 20,19-23 

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. 

Jesús repitió: Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: 

- Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.

Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 73

La amistad de Abraham con Dios 

Christian (Cristiano o seguidor de Cristo): Alguien dijo: “El mejor regalo que uno te puede dar es su amistad” 

Abraham: Es cierto. Hay muchas cosas asombrosas en la Biblia. Pocas, sin embargo, lo son más que esto: que Dios deseara ser amigo del hombre. 

Christian: Y Dios te eligió a tí. La verdad es, amigo Abraham, que, viendo tu relación con nuestro Dios, he aprendido y “gustado” esa relación de amistad. Dios te llama “mi amigo”: Por poner un ejemplo: “Pero tú, (dice Isaías) Israel, siervo mío, Jacob, a quien he escogido, descendiente de Abraham, mi amigo”. (Is. 41,8). 

Abraham: El caso es que yo tenía a Dios como un amigo normal. Señal de eso fue el regateo que tuve con Él cuando trataba de exterminar las ciudades de Sodoma y de Gomorra. 

Christian: Siempre he gozado al ver a Dios tan cercano al hombre. Me encantaba sobremanera ver también que realizabas otra función muy importante: interceder por los que habitaban aquellas ciudades. 

Abraham: Amigo Christian, yo era consciente de que Dios me quería, a pesar de las dudas y los calentamientos de cabeza que, en muchas ocasiones, causaban en mí sus mandatos, sus promesas de descendencia que tardaban mucho en hacerse realidad, y otras muchas cosas que yo no comprendía. Dios es cercano, pero inaccesible. Sus caminos no son siempre nuestros caminos. 

Christian: Se te llama amigo Abraham, nuestro padre en la Fe. Eres fundamental no solo en la tradición judía, sino también en la cristiana e igualmente para los musulmanes. 

Abraham: El señor es bueno conmigo. No sé por qué ha hecho que mi nombre sea conocido por tantas generaciones durante tantos siglos. 

Christian: Y te seguimos recordando en este siglo XXI. Es que eres presentado como modelo de fe para el cristiano (Rom. 4,18-25): una fe que acepta la palabra de Dios, y la toma en serio; una fe plenamente confiada, que admite los planes de Dios aunque sean misteriosos y desconcertantes. Por la fe acoges a Dios mismo y su salvación (cfr. también Heb. 11,8-19). A veces me pegunto: ¿Es así mi fe? 

Abraham: Doy gracias a Dios y, lo digo con plena humildad, me alegra sobremanera cuando dicen que la historia de salvación la empieza Dios con la fe y la obediencia que he recibido de Él. 

Christian: Hoy te pido, padre Abraham, que ruegues a Dios para que mi fe sea como la tuya.

Romerías

Ahora le toca a la del Rocío, que culmina en la madrugada que sigue a Pentecostés. Antes, toda una semana de peregrinación intensa, devota y festiva, que fluye de muy distintos lugares de nuestra geografía. Una explosión de color, en la que se convive y se comparte oración, cantes, bailes y viandas. Allí se junta la gente sencilla, que pone en manos de María: trabajos, dolor, inquietudes y esperanzas, y reza y llora con devoción; la gente que va como de feria, a lucirse, comer y beber en abundancia y disfrutar de unos días de juerga, y curiosos o turistas que se limitan a ver, para después contarlo. 

Vivirán, entremezcladas, la fe, la creencia, la superstición y las tradiciones, provocando una gran diversidad de sentimientos y emociones. 

Pero, por encima de todo, el amor de la Madre volverá a aglutinar a todos sus hijos, por diferentes que sean, en torno a su regazo.

Comuniones

Como todos los años, al brillo natural del mes de Mayo se le une una fiesta grande: los niños que completan su periodo inicial de catequesis se sientan por primera vez a la Mesa del Señor, que los invita y los acoge. Un hecho para disfrutar intensamente, que no cuesta nada y los enriquece interiormente para siempre. 

Lástima que los condicionamientos sociales, propiciados por el interés comercial, transformen este gran acontecimiento en una grave carga económica para muchas familias; o que, para algunos, lo principal quede relegado a un simple pretexto para hacer una fiesta. 

En general, somos conscientes de ello, nos quejamos, pero no nos decidimos a dar el paso para romper con la situación impuesta. 

Con qué alegría asistiríamos muchos a una Eucaristía que reuniera en torno al Altar a un grupo de niños vestidos sencillamente, que recibieran con fe al Señor -que se da hecho pan-, y poder celebrarlo después en el salón parroquial con un chocolate y bizcochos. ¡Soñar cuesta tan poco…!

En esta semana

  • Día 23, 4´30 pm. Confesión de los niños de primera comunión. 
  • Día 24, 4´30 pm. Ensayo de la Celebración de la Eucaristía. 
  • Día 25. Celebraremos la Eucaristía por el gran don de la VIDA; a continuación tendremos una charla coloquio sobre el tema del aborto. Quedan invitados todos a participar. 
  • Felicitamos y damos la bienvenida a todos los niños que en esta semana han hecho su primera comunión. Esperamos que sigan unidos a JESÚS.

La Cabria, nº 223

HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ 
DE LINARES 
ASCENSIÓN DEL SEÑOR. C 
12-mayo- 2013 Año V- Nº 223

Editorial

MARÍA, EN EL MES DE MAYO

Tradicionalmente el mes de mayo está dedicado a la Virgen, devoción que con el paso de los años ha ido cargándose de ritos, celebraciones y fiestas que si bien el pueblo las hace con amor sincero a la Madre, si se queda solo en esto, es una pobre experiencia de fe. 

No se trata de acudir a Ella para obtener su protección por realizar determinadas penitencias o rezar regladas oraciones. La devoción a María tiene que abrir al cristiano al proyecto de Dios al mundo, y no recluirlo sobre sí mismo y sus circunstancias. 

El mes de Mayo tiene que servirnos para acercarnos a María como madre de Jesucristo, primera discípula de su Hijo y modelo de auténtica creyente. 

En la Virgen tenemos la aceptación fiel, obediente y libre de la voluntad de Dios. 

Oremos con el Magníficat, encontraremos a una Mujer comprometida con los que padecen el dolor y la pobreza, comprometida desde el principio con el Reino de Dios. 

El mes de mayo, además coincide con la Pascua, aquí La encontramos viviendo las experiencias de la Resurrección con los primeros discípulos. No los dejó solos en su miedo, en sus temores y compartió con ellos la alegría del triunfo, siempre en un plano discreto, pero sosteniendo al grupo, sin protagonismos, siendo fiel a Dios y manteniendo y dando un ejemplo de servicio como su Hijo lo entendía. 

Fue la primera cristiana, porque en la unión de María con el Redentor se inicia el proceso que culmina en el nacimiento de la Iglesia. Y por eso la consideramos Madre de la Iglesia. En este hermoso mes donde la vida parece estallar por todos sitios, acerquémonos realmente a María y nos colocaremos en el punto central, para descubrir el misterio de Cristo y acogerlo.

Palabra de Dios

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 1, 1-11 

En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios. 

Una vez que comían juntos, les recomendó: «No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo.» 

Ellos lo rodearon preguntándole: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?» Jesús contestó: «No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.» Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse.» 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 17-23 

Hermanos: Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. 

Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos. 

Conclusión del santo evangelio según san Lucas 24, 46-53 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto. » Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.

Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 72

Abraham, intercesor de Sodoma y Gomorra. 

Christian (Cristiano o seguidor de Cristo): Amigo Abraham, te decía el día anterior que no comprendo que Dios castigue por igual a los jusros y a los pecadores. 

Abraham: Yo creo que, ante las grandes tragedias y calamidades que convulsionan a grandes y pequeños, a justos y pecadores, el hombre, y creo que especialmente el creyente, se pregunta: ¿por qué? 

Christian: Cierto; también hoy nos seguimos preguntando: ¿por qué? 

Abraham: Ten presente que han pasado siglos. En la mentalidad popular, en mis tiempos, ya existía la creencia de que Dios castiga el pecado de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación (Ez. 20,5). Recuerdo que cuando Jesús curó al ciego de nacimiento, le preguntaron: ¿Quién pecó, este o sus padres? 

Christian: Entonces eso es lo que quiere decir el proverbio: los padres comen agraces y los hijos sufren dentera (Ec. 18,2-4) 

Abraham: Exactamente, pero yo, como creyente, no lo admití nunca; pues me planteaba el problema de forma distinta. Mi pregunta era: ¿qué pesa más ante Dios, la maldad de la mayoría o la santidad de unos pocos? 

Christian: Esta es la razón por la que tú, amigo, intentaste jugar otra carta: la de la discusión con tu Dios. 

Abraham: Y lo intenté porque siempre he estado lleno de confianza y optimismo en la fuerza del bien y, por tanto, en la generosidad divina. 

Christian: Te convertiste en mediador entre Dios y aquellos pueblos pecadores; pediste a Dios que los perdonara, pero, al no encontrar 10 justos, Sodoma y Gomorra fueron destruidas. 

Abraham: Cierto: así nos lo han transmitido los mayores. Christian: Amigo entrañable, Dios manndaría después a su propio Hijo, Jesucristo, como único mediador y salvador de todo el género humano. Jesús vino a quitar el pecado del mundo y a formar un pueblo de santos (Jn. 1,29).

Diálogo en familia

Os proponemos siete frases para ponerlas en práctica en familia: estamos seguros que mejorará el clima de convivencia. 

1. Te amo. Ningún ser humano puede sentirse realmente feliz hasta escuchar que alguien le diga: “Te amo”. Atrévete a decirlo a tu cónyuge, a tus padres, a tus hermanos, a tus hijos, si es que nunca lo has hecho. Verás el resultado. 

2. ¡Qué bien lo has hecho! En la familia cada miembro tiene una cualidad o habilidad que merece la pena el reconocimiento: todos, en algún momento, sentimos la necesidad de que nos reconozcan algún logro. 

3. ¡Gracias! Una necesidad básica del ser humano es la de ser apreciado. No hay mejor forma de decir a una persona que es importante lo que hace por nosotros, que decirle ¡gracias! ¡Qué poco se lo decimos a las madres! Pero no lo hagas de forma mecánica sino con calor humano. 

4. ¡Perdona, me he equivocado! Decir esto no es fácil. Sin embargo, cuando cometas un error que ofenda o perjudique a otras personas, aprende a decir con madurez: ”Perdóname”. 

5. ¡Ayúdame, te necesito! Cuando no podemos o no queremos admitir o expresar nuestra fragilidad o la necesidad que tenemos de otros, estamos en un grave problema. No te deprimas. ¡Pide ayuda!, son muy importantes las palabras. 

6. Te escucho..., háblame de ti. ¿Cuántas veces le has dicho a algún miembro de tu familia háblame, te escucho?, ¿qué te pasa? Tal vez muchos problemas y malentendidos se resolverían si tan solo escuchásemos lo que nos tratan de decir. 

7. ¡Eres fenomenal! Es importante hacerles saber a tus seres queridos cuánto significan ellos para ti. Que lo sepan y que lo saboreen.

Lo que no vende

Efectivamente, estas frases, no se venden porque no tienen precio, pero en la sociedad que tenemos tampoco venden, parecen que han pasado de moda y abundan más situaciones como ésta:

En esta semana

  • Día 16 - 4.30 de la tarde. Confesiones de niños de la 1ª comunión. 
  • Día 17 - 4´30 de la tarde. Ensayo de la ceremonia.

La Cabria, nº 222


HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ 
DE LINARES 
DOM. 6º Dom. de Pascua-C 
5 de mayo 2013 Año V- Nº 222

Editorial

En los últimos años el número de matrimonios (tanto civiles como eclesiásticos) ha descendido dramáticamente, con el consecuente descenso también de la tasa de natalidad. 

Con frecuencia se exponen múltiples razones sobre porqué los jóvenes no se casan. Se suele decir, por ejemplo, que es muy caro casarse. Bueno, en realidad lo que es caro es invitar a cientos de personas, por el compromiso, a 60€ el cubierto, por aquello de quedar bien. Casarse por la Iglesia, por poner un ejemplo, en realidad es gratis, salvo que quieras colaborar con el mantenimiento (que se debería), en cuyo caso la diócesis sugiere un donativo voluntario de 150€. Se suele argumentar también lo difícil que lo tienen los jóvenes por el paro y la precariedad laboral. Además, eso lleva como consecuencia añadida lo difícil que es acceder a la vivienda en propiedad. 

A nuestro entender, este grave problema del empleo y de la vivienda entre los jóvenes, sin embargo, puede enmascarar una inversión en la escala de valores que los novios deberían tener en cuenta. Si unos novios se imponen como requisito para casarse trabajar ambos y, si es posible, con contrato fijo, tras haber comprado y amueblado con todo lujo de detalles el piso o la casita adosada, probablemente se exponen, en el mejor de los casos, a casarse con treinta y tantos y tener los hijos a una edad en que la naturaleza ya empieza a lanzar alarmas. Nosotros desde esta editorial quisiéramos poner en valor esas parejas de novios que dan el salto sin red, que optan por poner su amor y su proyecto de familia por encima de la seguridad, de la casa propia, del coche, del convite a todo tren o del trabajo de sus sueños. No pasa nada por vivir de alquiler, por dejar para más adelante lo de la casa, el coche, las vacaciones, un trabajo más seguro, porque lo importante es que llegado el momento en que dos personas se conocen lo suficiente y quieren pasar el resto de sus vidas juntos, hay que poner esa decisión por encima de todo lo demás que esta maldita sociedad de consumo parece querer imponernos.

Palabra de Dios

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 15, 1-2. 22-29 

En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia. 

Los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron entonces elegir algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas Barrabás y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y les entregaron esta carta: Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia convertidos del paganismo. Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alarmado e inquietado con sus palabras. Hemos decidido, por unanimidad, elegir algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que han dedicado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo. En vista de esto, mandamos a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación. Haréis bien en apartaros de todo esto. Salud. 

Lectura del libro del Apocalipsis 21,10-14. 22-23 

El ángel me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios."Brillaba como una piedra preciosa, como Jaspe traslúcido. Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel. A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al occidente tres puertas. La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero. Santuario no vi ninguno, porque es su santuario el Señor Dios todopoderoso y el Cordero. La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero. 

Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 23-29 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.»

Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 71

El Dios amigo de Abraham 

Christian (Cristiano o seguidor de Cristo): Los hombres a quienes Lot les había dado alojamiento, dijeron a Lot: Saca de este lugar a tus hijos e hijas y a quien quiera que tengas en la ciu-dad, porque Yahveh nos ha enviado a destruir este lugar. Salió Lot y habló con sus yernos, y les dijo: «Levantaos, y salid de este lugar, porque Yahveh va a destruir la ciudad» Pero sus yernos lo tomaron a broma. 

Abraham: Me contó mi sobrino Lot que, al rayar el alba, los ángeles (Dios mismo), le avisaron diciendo: «Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que se encuentran»; y como Lot se hacía el remolón, los hombres les asieron de la mano lo mismo que a su mujer y a sus dos hijas y sacándoles los dejaron fuera de la ciudad. (Gn. 19,12 y ss.) 

Christian: Así fue, amigo Abraham. Me vas a permitir que te ruegue me digas tu diálogo con Dios, tratando de salvar los habitan-tes de Sodoma y Gomorra. 

Abraham: Sí. Me atreví a en-frentarme con mi amigo Dios. Le abordé y le dije: «¿Así que vas a borrar al justo con el malvado? Si hay 50 justos ¿los vas a borrar junto con los malvados? El juez de toda la tierra ¿va a cometer tal injusticia?» 

Christian: ¿Y qué te dijo Dios? 

Abraham: Lo que yo esperaba: Me dijo: «Si encuentro en Sodoma a cincuenta justos perdonaré a todo el lugar por amor de aquéllos». Y así fui bajando hasta diez, pero no había ni diez justos. Entonces Dios arrasó aquellas ciudades, con todos sus habitantes y la vegetacíon del suelo. 

Christian: Hay cosas que no entiendo, por lo que seguiremos el próximo día. 

Abraham: Muy bien. Trataré de clarificarte algunas cosas, pero así pensábamos entonces cómo actuaba Dios.

Ve y lo cuentas

Recuerdo en nuestro pueblo a nuestro párroco de toda la vida que, cuando nos veía a mi mujer (mi novia entonces) y a mí cogidos de la mano, en misa o dando un paseo, nos decía con una enorme sonrisa: “sois signos de la presencia del Reino de Dios en la Tierra, no lo olvidéis”. Ahora yo veo a otros novios, puedo ponerles rostro porque a veces también los veo en misa enfrente de mí, a veces cogidos de la mano, y también siento que muestran el camino del Reino de Dios. A ellos y a todas esas parejas de jóvenes cristianos que tratan de poner los pilares de su proyecto de familia en marcha, les deseamos mucho ánimo, esperanza y fe en el futuro.

Lo que no vende

Es curioso y a la vez tristísimo ver cómo nos lavan el cerebro con esas series americanas (o españolas de imitación de las americanas) en las que las relaciones de pareja se trivializan hasta niveles de lo absurdo. Al parecer, nos cuentan que esto ya ha calado en nuestra juventud hasta la médula. Lo que a mí me resulta más increíble es que en estas relaciones el sexo es lo más normal del mundo, que te puedes liar con alguien la primera noche sin apenas saber su nombre, que puedes dejarlo y volver con él o ella cuando te o le apetezca, pero eso sí, decirle un simple “te quiero” es como dar un paso abismal en la relación que más que menos te compromete de por vida. Como empezar una casa por el tejado, vamos.