HOJA PARROQUIAL DE SAN JOSÉ DE LINARES
DOM. TRINIDAD C
26-mayo- 2013 Año V- nº 225
Editorial
LA CONFIRMACIÓN
El Domingo pasado celebramos un momento clave de la vida de la Iglesia: LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO; en ese momento nació una dimensión completamente nueva que tendrá su culminación en la resurrección del universo entero.
Hasta ese momento, los apóstoles y todos los que siguieron a Jesús, se habían unido a Él afectivamente, les había resultado atractivo e interesante, tanto su persona como su mensaje, pero no había pasado de la superficie, hasta que, llegado este momento, el mismo Espíritu que había fortalecido, y vivificado a Cristo, llenó el corazón y la mente de aquellos que habían creído en Él y los convirtió en un reflejo vivo de Cristo Resucitado, que daría paso a un movimiento que se ha convertido en signo vivo del Reino de Dios: la Iglesia.
En el mundo hay mucha gente que reconoce a Jesucristo, que lo estima y muchos, incluso, manifiestan públicamente con un rito llamado bautismo, que se consideran sus seguidores, sus “fans” -diríamos en términos populares-, pero no pasan de ahí, no dejan que su mensaje ni su cariño traspase la piel, se quedan en la superficie y no son reflejo de Cristo para nadie. Tal como le ocurría en el principio a los mismos apóstoles.
Cuando el discípulo de Cristo se deja traspasar por su amor, por su proyecto y deja que el Espíritu Santo, el mismo Espíritu de Jesús, entre en su vida y la transforme, convirtiéndolo en otro Cristo, ese momento, podemos decir que tenemos UN CRISTIANO y eso ocurre el momento en que recibimos la CONFIRMACIÓN con el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo es la VIDA de la Iglesia y del cristiano, sin Él, no somos nada; con Él, en cambio, nos convertimos en la nueva presencia de Cristo resucitado en la tierra. Quien ha dejado que el Espíritu Santo llene su vida y con Él se ha unido a Cristo, se convierte en una persona completamente nueva que su vida se transforma.
Palabra de Dios
Lectura del libro de los Proverbios 8, 22-31
Así dice la sabiduría de Dios:
«El Señor me estableció al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras antiquísimas. En un tiempo remotísimo fui formada, antes de comenzar la tierra.
Antes de los abismos fui engendrada, antes de los manantiales de las aguas. Todavía no estaban aplomados los montes, antes de las montañas fui engendrada. No había hecho aún la tierra y la hierba, ni los primeros terrones del orbe.
Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la faz del abismo; cuando sujetaba el cielo en la altura, y fijaba las fuentes abismales.
Cuando ponía un límite al mar, cuyas aguas no traspasan su mandato; cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como aprendiz, yo era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia: jugaba con la bola de la tierra, gozaba con los hijos de los hombres.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 1-5
Hermanos: Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos; y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Más aún, hasta nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce constancia, la constancia, virtud probada, la virtud, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.
Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 12-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará.
Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 74
El sacrificio del hijo único
Christian (Cristiano o seguidor de Cristo): Amigo Abraham: Pasa algún tiempo y tu querido hijo, sobre cuya cabeza descansa toda la promesa, crece. Es vuestro consuelo. Ahora sabes lo que es ser padre: después de esperar que Dios te lo diera, como te había prometido.
Abraham: Tienes razón. Mi hijo Isaac es el centro de mi cariño y de mis desvelos; en él veía cumplidas la promesa, tantas veces repetidas, de darme descendencia. Pero otra vez yo no entiendo a Dios. Por lo visto quiere probar mi fe.
Christian: Pero ¿cómo quiere probar tu fe? Yo te veo altamente preocupado y triste. La prueba debe ser muy costosa; se tiene que tratar de algo que te llega al alma, que te rompe el corazón, y que, a veces, nos desorienta hasta ponernos en peligro de dudar de que Dios nos quieire.
Abraham: Pues así es lo que Dios me pide y que yo no acabo de entenderlo y menos encajarlo humanamente.
Christian: Amigo Abraham: cuéntame de qué se trata, cuál es la prueba que Dios te pide, por si yo te puedo ayudar aunque sea pidiendo a Dios por tí.
Abraham: Pues mira, amigo: Dios me llamó: «Abraham». Y le contesté: «Heme aquí». Fue entonces cuando me dijo: «Anda, toma a tu hijo, a tu unigénito, a quien tanto amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécemelo allí en holocausto, sobre uno de los montes que yo te indicaré» ((Gén 22,1-2).
Christian: Pero querido amigo Abraham: ¿no estarías soñando? ¿Es posible que Dios te pida que sacrifiques a tu hijo en holocausto?
Abraham: De soñar, nada. Yo estaba bien despierto y escuché perfectamente lo que Dios me decía. Lo especificó con claridad: hablaba de mi hijo, el unigénito, a quien tanto amas, y luego el nombre: Isaac.
Christian: Y tu contestación fue: heme aquí. El caso es que esa es la respuesta de todos los amigos de Dios. Así contestó también la virgen María: “he aquí la esclava del Señor”. Y ¿qué piensas hacer?
Abraham: Amigo entrañable, eso ni se pregunta: mi fidelidad a Dios pesa mucho más que la duda. Me fio de Dios. No lo entiendo pero me fío de Dios y pienso hacer lo que Él me pida.
Christian: Amigo del alma, te ruego que intercedas por mí para que nuestro Dios me dé una fe como la tuya: “desnuda”, que conozca los abismos de la oscuridad; que anda a tientas en busca de un sentido.
Abraham: Tenemos que separarnos, pero seguiremos, pues necesito tu compañía.
Ve y lo cuentas
Aunque no entren ganas de contarlo, pues el hecho que constatamos es que cada año se confirman un grupo enorme de jóvenes y de adultos en nuestra ciudad; este año pasan los 200, pero lo curioso es que realizan el rito, hacen la preparación que se pide y… lo que se ve en sus vidas no es el reflejo de Cristo, sino de otra cosa: desaparecen de la Iglesia, que es la familia de los confirmados, sienten vergüenza de confesar a Jesucristo, se burlan de quien lo hace, y atacan los principios morales y éticos que establece el Evangelio. Queda una pregunta en el aire: ¿Por qué se confirman entonces? ¿Qué pretenden con esa farsa? Ser cristiano no es cuestión de haber pasado por una serie de ritos, sino de dejarse llenar del mismo Espíritu de Jesús.
Lo que no vende
Estamos viendo y sufriendo que hoy no vende el ser honrados, el ser justos, el ser valientes, el ser sinceros, el luchar por la vida a todos los niveles, el defender a la persona de cualquier agresión a su dignidad, el entregar la vida y los bienes en beneficio de la humanidad… Todo eso es considerado trasnochado, de gente atrasada, de fachas, de gente anclada en el pasado. El resultado, lo estamos viendo: no es, precisamente la FELICIDAD. Cristo nos invita a ser felices, a llenar nuestra vida, a darle sentido a todo y a construir un mundo en el que se pueda vivir. Lo que pasa es que eso hoy, es “contracultural”, hay que nadar contra corriente, hay que jugarse el tipo y hacer frente a ese ambiente que amenaza con tragarnos. Pero JESÚS nos dice: “No tengas miedo, estoy a tu lado” y el Espíritu que a Él lo sostuvo y le dio fuerzas, el mismo se queda con nosotros.
En esta semana
El día 2 van a recibir el ESPÍRITU SANTO 6 jóvenes de nuestra parroquia. Vendrá el Sr. Obispo a confirmar y la hará S. Juan de Ávila: la misa de esa tarde la tendremos en el cerro, acompañando a nuestros jóvenes. El día 2 es el día del CORPUS: la misa de las 10 de la mañana la tendremos en Sta. María, donde nos reuniremos todo Linares. En la parroquia solo tendremos la misa de 12.
Feliz semana
Desde nuestra hoja queremos felicitar a todos los niños que han hecho la primera comunión y al grupo de los 7 jóvenes que el próximo domingo se confirmarán. Queremos deciros que vuestro puesto estará siempre vivo.