DE LINARES
23 DOM. t.o. ciclo C
5 SEPT. del 2010
Año -II- Nº 102
EDITORIAL
NUEVO CURSO
Estamos de vuelta de un verano sofocante, unos con la alegría de haber podido descansar unos días, otros con la misma preocupación que no se han podido quitar de encima y otros, que ni han podido pensar en el descanso, ya que la vida se les puso en contra y por donde le entran parece que todo arremete contra ellos.
Unos y otros, después de este paréntesis, volvemos a retomar la marcha y a intentar que esto siga caminando.
Lo mismo que ocurre al principio del año, miramos al horizonte y le pedimos a Dios que ojalá este curso, las cosas se vayan enmendando y podamos terminarlo el próximo mes de julio con un balance positivo.
Indudablemente, todo va a depender de la actitud que mantengamos y de la decisión que tomemos de hacer las cosas de acuerdo a cómo Dios quiere, que es el referente que debemos tomar en nuestra actuación.
Queramos o no, tendremos que hacer frente a la “pelea” que la vida nos presenta y lo que no podemos ni debemos, de ninguna manera, es renunciar a la “pelea” y dar la batalla por perdida, sirviendo la derrota en bandeja.
Desde nuestra “CABRIA”, que acaba de cumplir 100 semanas, invitamos y animamos a toda la comunidad a meternos a fondo desde todas las áreas; que seamos capaces de sacar todo lo bueno que tenemos para que avancemos en el camino de la fraternidad, en la corresponsabilidad, en la solidaridad, en el respeto y el cariño a la Iglesia, de la que somos miembros, y vayamos construyendo cada día un signo vivo y auténtico de lo que Cristo dejó para este mundo.
En este año tenemos el proyecto de adecentar nuestro templo, que es el hogar de la comunidad, pero eso no sirve para nada si es que nosotros no nos sentimos más hermanos, más amigos, más solidarios… más familia. Este edificio debe ser expresión de la vida que llevamos y transmitimos, de otra manera no tiene sentido.
PALABRA DE DIOS
Lectura del libro de la SABIDURÍA 9,13-18
¿Qué hombre conoce el designio de Dios? ¿Quién comprende lo que Dios quiere?
Los pensamientos de los mortales son mezquinos, y nuestros razonamientos son falibles; porque el cuerpo mortal es lastre del alma, y la tienda terrestre abruma la mente que medita. Apenas conocemos las cosas terrenas y con trabajo encontramos lo que está a mano: pues, ¿quién rastreará las cosas del cielo? ¿Quién conocerá tu designio, si tú no le das sabiduría, enviando tu santo espíritu desde el cielo? Sólo así fueron rectos los caminos de los terrestres, los hombres aprendieron lo que te agrada, y la sabiduría los salvó.
Palabra de Dios
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a FILEMON 9b-10.12-17
Querido hermano:
Yo, Pablo, anciano y prisionero por Cristo Jesús, te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado en la prisión; te lo envío como algo de mis entrañas. Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en tu lugar, en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido retenerlo sin contar contigo; así me harás este favor, no a la fuerza, sino con libertad.
Quizá se apartó de ti para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino mucho mejor: como hermano querido.
Si yo lo quiero tanto, cuánto más lo has de querer tú, como hombre y como cristiano.
Si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí mismo.
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san LUCAS 14,25-33
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío.
Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: «Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar». ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.
Palabra del Señor
DIÁLOGOS DESDE EL EVANGELIO
N: Querido Maestro: La verdad es que muchas veces no te entiendo. Creo que eres demasiado exigente con la gente. Eso de posponer al padre, a la madre, a la mujer, a los hijos y a los hermanos…y a uno mismo, para ser tu discípulo, ¿no te parece demasiado?
Pero me extraña más cuando veo que te sigue mucha gente.
+Jesús: Mira, amigo: es cuestión de prioridades. Recuerda lo que decía Pablo: “todo lo estimo basura, con tal de ganar a Cristo”. “Ya no soy yo quien vive; es Cristo quien viven en mí”. “Mi vivir es Cristo”. Recuerda cuando hace unos domingos estuvimos hablando del mismo tema y yo te decía que los primero de todo es el Reino de Dios.
N: Perdona, querido amigo Jesús: soy tardo para entender. Ahora recuerdo lo que dijo Pedro en Cesarea de Filipo: “Tú eres Cristo, el Hijo de Dios vivo”, o “tú eres el Mesías de Dios”. Y es que ¡me cuesta tanto creer… El caso es que yo lo he dejado todo por seguirte y, además, me siento contento y te doy gracias por tu llamada. El día que me dijiste: “sígueme” marcó mi existencia, cambiando radicalmente mi forma de pensar, de actuar y de relacionarme. Lo de la cruz me cuesta pero lo tengo más asumido. Me pesa mucho la cruz con que hemos cargado a los marginados y me revela que traten de poner lo religioso como un lastre social, propio de los intransigentes, de los fundamentalistas y de los retrógrados.
+Jesús: Me alegra que hables así porque es señal de que calculas como lo hicieron los dos personajes de las parábolas: el de la torre y el rey.
Hacen falta, entrañable amigo, cristianos, seguidores míos, creyentes decididos, socialmente sensibles, preocupados por la vida en el campo de la economía, de la política, de los medios de comunicación, dotados de un sano y fino sentido crítico constructivo. Creyentes capaces de despertar la conciencia de mucha gente, atrofiada, en muchos casos, por la vida fácil y ramplona de las ofertas de bienestar y de falsa felicidad. Cristianos que no renuncien a su condición de personas y de ciudadanos.
VE Y LO CUENTAS
NADAR CONTRA LA CORRIENTE
Es curioso constatar que con todo el mundo que hablas te dice lo mismo: que el camino que llevamos no tiene salida, que las actitudes que estamos manteniendo y transmitiendo a nuestros niños y a nuestra juventud les están cerrando el horizonte… y todos estamos de acuerdo en que hemos entrado en una dinámica de destrucción que nos está matando y, por tanto, nadie está de acuerdo con lo que hay.
Pero si esto es así, si estamos viendo que esto es un “suicidio” y una condena para las generaciones venideras, ¿por qué lo mantenemos?, ¿por qué no damos un cambio?
Ahora estamos comenzando un nuevo curso: ¿quién quiere subirse al carro? Necesitamos catequistas que entusiasmen a los niños con otras ideas distintas; necesitamos voluntarios para Caritas, para enfermos, para monitores de un movimiento juvenil… Necesitamos gente que se implique en la parroquia y esté dispuesta a entregar un poco de su tiempo en beneficio de la comunidad. ¡¡Anímate, te esperamos!!
LO QUE NO VENDE
EL GOZO DE LO BIEN HECHO
Hacer algo bueno y bien hecho a fondo perdido, sin esperar recompensa, sin buscar el reconocimiento, es considerado una pérdida de tiempo y cosa de tontos. Es decir, se ha impuesto el interés sobre la gratuidad. La satisfacción de lo bien hecho, el gusto de ver disfrutar y ser feliz a alguien con aquello que yo he hecho con cariño, lo hemos cambiado por la avaricia, con lo que jamás nos sentimos contentos, pues nunca sentimos que ha sido suficientemente pagado aquello que hemos hecho.
Te invitamos a gozar con lo “bien hecho”, con “lo gratuito” aunque te llamen tonto, es decir: te invitamos a “nadar contra corriente”
EN ESTA SEMANA
Invitamos a todos a ir retomando la marcha para este nuevo curso, especialmente a todos los niños que continúan la catequesis y, de forma especial, aquellos que han de comenzarla.
Recordamos que deben inscribirse los niños que comienzan el primer curso escolar.