HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ
DE LINARES
25 DOM. t. o. C
19 de SEPT. del 2010
Año -II- Nº 104
EDITORIAL
¡PUES YO NO SOY IGUAL!
Observo con pesimismo que tenemos una muy fea costumbre de criticar actitudes que, de una forma u otra, muchos repetimos luego, de forma más o menos consciente. Podría poner cientos de ejemplos: criticamos a los políticos corruptos, pero luego, si podemos, le metemos un pequeño "gol" a Hacienda, al INEM o a quien se ponga por delante ("Con lo que roban ellos, esto no es nada. Además, todo el mundo lo hace"). Nos quejamos de que ya no hay gente con valores, pero si nos encontramos una cartera con dinero, ¿cuántos la devuelven intacta? ("Niño, ¡que el dinero no tiene nombre!"). Nos quejamos de que el Ayuntamiento (o quien sea) no limpia, "que está todo hecho un asco", pero, ay, ¿cómo dejamos el banco en el que pasamos un rato después de nuestras chuches o nuestro cigarrito? Vemos con horror cómo el clima va cambiando a peor, cómo nos cargamos el planeta inexorablemente pero, "¡que lo arreglen los políticos!": ¿cuántos de nosotros no reciclan "porque no nos caben más cubos en el lavadero", o ponemos el aire bien fresquito, "¡que para eso pagamos la luz!", o vamos en coche hasta a comprar el pan?
Yo, desde hace tiempo, he decidido que me planto. Me apetece levantarme por la mañana y mirarme al espejo sin tener que apartar la mirada. Y es que lo mínimo que deberíamos exigirnos los unos a los otros, ¡LO MÍNIMO!, es que fuéramos, al menos, buenos ciudadanos, de esos que le ceden el asiento a los mayores, que dejan el sitio por el que pasan mejor de lo que estaba, que no abusan de lo público con la excusa de que es de todos... Y lo digo alto y claro. Así, cuando algunos sueltan eso de "si es que somos todos iguales", yo sí puedo contestar: "Yo no. Y tú, si quieres, tampoco".
PALABRA DE DIOS
Lectura del libro del profeta Amós 8,4-7.
Escuchad esto los que exprimís al pobre, despojáis a los miserables, diciendo: ¿Cuándo pasará la luna nueva para vender el trigo, y el sábado para ofrecer el grano?
Disminuís la medida, aumentáis el precio, usáis balanzas con trampa, compráis por dinero al pobre, al mísero por un par de sandalias, vendiendo hasta el salvado del trigo.
Jura el Señor por la gloria de Jacob que no olvidará jamás vuestras acciones.
Palabra de Dios
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo Timoteo 2,1-8.
Te ruego, pues, lo primero de todo, que hagáis oraciones, plegarias, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que están en el mando, para que podamos llevar una vida tranquila y apacible, con toda piedad y decoro. Eso es bueno y grato ante los ojos de nuestro Salvador, Dios, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
Pues Dios es uno, y uno solo es el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, que se entregó en rescate por todos: éste es el testimonio en el tiempo apropiado: para él estoy puesto como anunciador y apóstol -digo la verdad, no miento-, maestro de los paganos en fe y verdad.
Encargo a los hombres que recen en cualquier lugar alzando las manos limpias de ira y divisiones.
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Lucas 16,1-13.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo: «¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido.»
El administrador se puso a echar sus cálculos: «¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa.»
Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo, y dijo al primero: «¿Cuánto debes a mi amo?»
Este respondió: «Cien barriles de aceite.»
Él le dijo:
«Aquí está tu recibo: aprisa, siéntate y escribe "cincuenta".»
Luego dijo a otro: «Y tú, ¿cuánto debes?»
Él contestó: «Cien fanegas de trigo.»
Le dijo: «Aquí está tu recibo: escribe "ochenta".»
Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.
Y yo os digo: Ganaos amigos con el dinero injusto para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo. tampoco en lo importante es honrado.
Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, lo vuestro ¿quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos amos: porque o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Palabra del Señor
DIÁLOGOS DESDE EL EVANGELIO
N: Buena parábola, amigo Jesús, pero no fácil de interpretar. El administrador es un tío listo. Hay que ver cómo se las inventa cuando es descubierto por el amo de la hacienda. Sabe que le espera el despido irrevocable y se inventa astutamente la forma de salir del atolladero. No sólo es un hombre sin conciencia, avaro y ladrón, sino que es altamente sagaz.
+Jesús: Y eso es lo que yo le alabo a ese hombre: su sagacidad y su astucia. Me da pena de que “los hijos de las tinieblas sean más astutos que los hijos de la luz”. De ninguna manera trato de aprobar y dar como bueno el fraude y la malversación de fondos que hace el protagonista de la parábola.
N: Por supuesto que no apruebas la conducta del administrador, siendo infiel a su amo y abusando de la confianza que había depositado en él. El amo no felicita a su mayordomo por lo que ha hecho sino por la forma que ha intentado asegurar su futuro. Seguro que ninguno de sus deudores se negó a que le rebajara la deuda, con lo que se hicieron cómplices de la torcida e injusta artimaña del administrador.
+Jesús: Los casos de enriquecimiento fácil siempre se han dado en la sociedad y, como comprenderás, esto me duele. Pero me duele más cuando veo a quienes han recibido bienes de todo tipo; la salud, el universo, la tierra, el trabajo, la familia, la inteligencia, el don de gentes, los amigos, la fe, etc,., etc. ..más claramente Dios Padre ha puesto en ellos su confianza, dándoles los bienes para servir a los demás, para hacer un mundo más solidario y más fraterno y han utilizado mal ese caudal de bienes.
N: Es verdad, querido Maestro. Somos fáciles a tergiversar, malversar y hasta dilapidar los bienes. Y esto creo que es más grave en los creyentes, que hemos percibido el amor que Dios nos tiene. A veces nos olvidamos de lo que nos dices en la parábola. Que “no podemos servir a Dios y al dinero”. Ojalá nos comportáramos en la tarea de hacer visible el Reino de Dios con el ahínco, la constancia y la tozudez y la diligencia con que obran los que tienen por meta en la vida juntar una gran fortuna, tener poder o fama o prestigio y pasarlo bien.
+ Jesús: Sigue adelante, amigo. Es preciso invertir en los pobres lo que hemos recibido.
VE Y LO CUENTAS
CAMINAR JUNTO A NUESTROS NIÑOS
Es necesario que tomemos conciencia de la importancia que tiene el que nos unamos a nuestros niños en el camino de la fe y les vayamos ayudando a descubrir la persona de Jesús que camina a nuestro lado en la vida.
La maduración y el crecimiento en la fe van unidos a la dimensión intelectual, social, religiosa, física… de la persona, porque la fe viene a ser como la luz que ilumina todo el camino de la persona y es muy bueno que vaya teniendo claridad desde el mismo comienzo, por tanto, no lo debemos dejar para cuando sea mayor y otras luces le hayan ido alumbrando un camino desviado completamente de la dirección que nos marca Dios para ser felices.
LO QUE NO VENDE
ENTREGAR LA VIDA
Me comentaban del hijo de 12 años de unos conocidos que andaba mucho por la iglesia y le decían a los padres que su hijo iba para cura en tono jocoso y guasón. Y justificaban esta “afición” del chiquillo porque tenía dos amigos que también iban por allí. Se me ocurrió decir que me parecía bien, que allí no iban a aprender nada malo sino cosas buenas para su vida. Me contestaron que nadie quería tener un hijo santurrón y que para qué tanto. Les pregunté si veían mejor a sus hijos enganchados en el botellón y me trataron de exaltada y extremista. Pero estas mismas personas que no quieren ni pensar que sus hijos puedan querer ser curas luego quieren tener curas para que los casen, bauticen a sus hijos, los entierren, etc. y además, se quejan si el cura no es como a ellos les gustaría (joven, simpático, comprensivo con su forma de pensar…¡guay!). Pues yo digo que tener un sacerdote en la familia o de una comunidad parroquial, es una bendición y un regalo de Dios, y no cabe sino estar profundamente agradecidos por ello.
EN ESTA SEMANA
Queremos recordar que deben inscribirse en la catequesis aquellos niños que comienzan el curso 1º en la escuela, para que comiencen también su andadura en el conocimiento de Jesús.
De la misma manera, les informamos que la catequesis de confirmación comienza este año en 5º de Ed. Primaria (Decreto del Sr. Obispo, de fecha 8 de septiembre de 2010) y tiene una duración de tres años, confirmándose aquellos niños que la realicen al finalizar 1º de la ESO. Es importante que los niños que hicieron su Primera Comunión continúen su camino hasta la confirmación, dando cumplimiento al compromiso que hicieron en el mes de mayo de seguir unidos a la comunidad que celebró su decisión y les dio un puesto en la mesa del Señor.