La Cabria, especial Navidad 2009




LA CABRIA
PARROQUIA DE S. JOSÉ DE LINARES
“ESPECIAL NAVIDAD”
25 Diciembre
2009


PALABRA DE DIOS

Lectura del libro del profeta Isaías 9,1-3. 5-6.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló.
Acreciste la alegría, aumentaste el gozo: se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la vara del opresor y el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián.
Porque un niño nos ha nacido,
un hijo se nos ha dado:
lleva a hombros el principado,
y.es su nombre:
Maravilla de Consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de la paz. Para dilatar el principado con una paz sin límites, sobre el trono de David y sobre su reino. Para sostenerlo y consolidarlo con la justicia y el derecho, desde ahora y por siempre. El celo del Señor lo realizará.
Palabra de Dios

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito 2,11-14.
Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y a llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.
Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda impiedad y para prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras.
Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Lucas 2,1-14.
En aquellos días, salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero.
Este fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad.
También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret en Galilea a la ciudad de David, que se llama Belén, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada.
En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño, y un ángel del Señor se les presentó: la gloria del Señor los envolvió de claridad y se llenaron de gran temor.
El ángel les dijo: No temáis, os traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra.
Palabra del Señor

DIÁLOGOS DESDE EL EVANGELIO

N: Jesús, Dios hecho niño; Dios con nosotros, por el cual fueron hechas todas las cosas. Al contemplarte tan pequeño, recién nacido en las afueras de Belén y recostado en las pajas del pe-sebre de un establo, sobran tantas luces, tantos ruidos, tantas fiestas, tantos cotillones, tantas voces y tantas llamadas al consumo. Faltan, sin embargo, ratos de silencio para la contemplación.

N: Hoy prefiero hablar con tu Madre, María, pues Tú, siendo la Palabra, Dios como el Padre, que has puesto tu morada entre nosotros, todavía no sabes hablar porque eres un niño que ni siquiera has abierto los ojos.

N: María: ¿cómo te sientes?

María: Muy contenta y muy sorprendida. No entiendo nada. Con razón los profetas pusieron muchas veces en los labios de Dios esta expresión: “mis caminos no son vuestros caminos, y mis pensamientos no son vuestros pensamientos”. Contenta porque tengo a mi hijo en los brazos; confundida porque me sorprende tanta pobreza.

N: Es verdad. No entendemos a Dios. Esto del establo; lo del pesebre; que el Mesías prometido no tenga un sitio digno donde nacer...

María: En eso he pensado yo, pues el ángel me dijo que mi hijo iba a ser grande; que heredaría el trono de David, que reinaría en la casa de Judá y que su Reino no tendría fin. Pero ¿sabes lo que te digo? QUE DIOS NUNCA FALLA. SUS PROMESAS SIEMPRE LAS HA CUMPLIDO. Tenemos que FIARNOS de Él.

N: Y José ¿cómo se encuentra?

María: Permanece muchos ratos en silencio. Él es bueno y sabe que ante el misterio, el mejor lenguaje es el del silencio. Las cosas grandes se viven desde el corazón, que, en estos casos, no quiere ser turbado por nada.

N: Bueno, María, enséñanos a vivir la Navidad.


¿NAVIDAD? ¡¡SÍ, NAVIDAD!

No sé a quién se le ocurrió ponerle
tintes de ternura, luces, músicas,
angelitos y nubes de algodón,
a unas fechas como estas,
llenas de sufrimiento y dolor.

Aquellos días en que nació Jesús
no fueron fiestas que tuvieran panderetas ni villancicos;
ni la nieve tenía el resplandor de un blanco suave y romántico,
ni la vida de los pastores al raso presentaba un aspecto idílico.

¡Que un establo lleno de estiércol no tiene nada de bucólico,
ni un viaje de más de 100 kms. andando por las montañas,
para satisfacer el capricho y los intereses de un déspota,
tiene algo de romanticismo;
ni la mula y el buey, ni el establo,
con estiércol caliente,
eran signos de naturaleza pura que hoy llamamos ecología.

¡¡Que no, mira, que no!!
¿Quién le puso música y color a todo esto?

Una fecha en la que Herodes se puso tan indignado,
que su odio ha llegado hasta nuestros días
y su decreto de muerte,
por miedo a perder el puesto,
lo ha llegado a convertir en un derecho sostenido por su ley contra el niño,
que es el mayor signo de esperanza.

Navidad es dejar que nazcan
el amor, la paz y la esperanza.

Pero Herodes siempre teme esto
y se opone a dejarlo nacer más aún,
dejarlo crecer
y, peor todavía, dejarlo vivir y reinar.

También nosotros tememos,
y el miedo lo tapamos con ruidos,
con luces, con regalos,
con felicitaciones, con vacaciones.
Y después...

Después vuelve a quedar el frío y la soledad.

Pero Jesús sigue naciendo cada día
y no lo hace en el ruido, en la fiesta,
ni en el palacio de los grandes y poderosos que temen por su presencia.

Se va al silencio del pobre,
del que estos días está sin casa,
sin trabajo, sin juguetes, sin familia;
se une a la comitiva de los que huyen,
de los perseguidos, de los marginados,
de los que la sociedad les ha cerrado sus puertas
y los destierra al olvido.

Aunque los grandes no soporten su presencia,
aunque quisieran que desaparecieran
y quieran cambiar la realidad con músicas, regalos y luces de neón,
los hombres de buena voluntad,
los que esperan y sueñan con la justicia y la paz,
los que no han dejado que en su corazón mueran la esperanza y la fraternidad,
SON LOS ÁNGELES QUE CANTAN, 
GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS 
PORQUE EN LA TIERRA VIVE LA PAZ.


Os felicitamos a todos con el deseo de que
hagamos juntos
el camino sembrando
LA PAZ, LA JUSTICIA
Y EL AMOR

Juanjo, Pedro,
Melitón y
el Consejo Parroquial