HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ DE LINARES
CAMPO DE TRABAJO
en La Casa de Acogida para Madres Gestantes “Sta. Mª Rosa Molas” HH. de la Consolación
Parroquia de San José
LINARES 2009
Del 3 al 12 JULIO
http://parroquiasanjoselinares.blogspot.com
En este tiempo de vacaciones, no todos piensan que hay que evadirse y dar rienda suelta a la búsqueda del placer para el cuerpo, sin pensar en otra cosa que en gozar.
Terminaron el curso, cansados como todos, pero con deseos de hacer otra cosa, algo que rompa el ritmo normal en el que andamos y llene los anhelos del espíritu, les haga encontrarse consigo mismos, sentir el dolor y el sufrimiento de otras personas, a las que la vida no les ofreció las mismas oportunidades, realizar otra actividad que propicie otros resultados diferentes a los que establece el sistema en el que vivimos…
Y respondieron a la llamada de Beatriz que les proponía una pequeña aventura: vivir un espacio chiquito al lado de quienes la vida no les ha sonreído para que de esa manera tengan un elemento más para valorar lo que a ellos les dio la vida como una suerte.
EDITORIAL
Un grupo de jóvenes de nuestra parroquia y de Albacete (Esther, Ángel, Amparo, Carmen, Inma, Jose, Ana, Cristina, Fina, Macarena y Carmen) junto con la Hermana Beatriz decidieron tener una vacaciones distintas: dedicadas a los demás, pasando diez días en la Casa de Acogida que las Hermanas de la Consolación tienen en Linares, apostando y apoyando así la vida, ayudando a las madres (que a pesar de las dificultades graves que tienen) decidieron seguir con su embarazo adelante.
Los objetivos de este campo de trabajo han sido:
+ Fomentar la unidad entre las madres.
Hacerlas sentirse amadas (por Dios, por sus hijos, por nosotros…).
“Crear” o hacerlas conocedoras de una “ Esperanza de Vida”
+ Inculcarles el valor de los pequeños detalles.
Todos estos objetivos deben conseguirse desde un enfoque divertido, a la par que profundo.
Para ello planificaron y han desarrollado:
talleres como:
- “Testimonio de Vida”,
- “Juegos” con las madres y los niños en el agua, taller de baile,
- “Experiencia de Vida”(en relación con su embarazo y maternidad),
- “Abiertas a la esperanza” (taller emocional),
- “El valor de lo pequeño”, Manualidades con Fimo (para hacer pulseritas, colgantes, chapas…), - “Compromiso con Jesús”,
- “Bautismo y Comunión”,
- “Pregúntame” y
- “Acercando España a las Mamás”, “Lo mejor de mi país”.
Salidas y excursiones:
Visita al Museo Arqueológico,
Salida a una casa de campo con piscina, césped…,
Viaje a la Sierra de Cazorla.
Otras actividades como cine-forum.
Otras actividades como cine-forum.
Oraciones comunitarias: preparada cada día por un voluntario.
Pero también realizaron las tareas que habitualmente se hacen en una casa: comprar, cocinar, limpiar, poner lavadoras…
No solo se han conseguido los objetivos propuestos sino que gracias a la convivencia de estos días, se han conseguido muchos otros que no preveían, uno fundamental: formar una gran familia y establecer vínculos de amistad muy fuertes.
Recogemos algunos testimonios de los jóvenes sobre la experiencia que han vivido en este Campo de Trabajo, son realmente impresionantes. Animamos a los jóvenes para que en septiembre se acerquen a la Casa de Acogida, la conozcan y se hagan voluntarios.
El último día se concluyó con la Eucaristía, en la que bautizamos a dos niñas nacidas en la casa, junto con otro niño de la comunidad parroquial y dos madres de las niñas participaron por vez primera en la “Mesa del Señor” para lo que se han venido preparando desde que entraron en la casa.
Al final de la eucaristía terminaron con este testimonio de agradecimiento ante el Señor y la comunidad:
Pero también realizaron las tareas que habitualmente se hacen en una casa: comprar, cocinar, limpiar, poner lavadoras…
No solo se han conseguido los objetivos propuestos sino que gracias a la convivencia de estos días, se han conseguido muchos otros que no preveían, uno fundamental: formar una gran familia y establecer vínculos de amistad muy fuertes.
Recogemos algunos testimonios de los jóvenes sobre la experiencia que han vivido en este Campo de Trabajo, son realmente impresionantes. Animamos a los jóvenes para que en septiembre se acerquen a la Casa de Acogida, la conozcan y se hagan voluntarios.
El último día se concluyó con la Eucaristía, en la que bautizamos a dos niñas nacidas en la casa, junto con otro niño de la comunidad parroquial y dos madres de las niñas participaron por vez primera en la “Mesa del Señor” para lo que se han venido preparando desde que entraron en la casa.
Al final de la eucaristía terminaron con este testimonio de agradecimiento ante el Señor y la comunidad:
¡¡Hola Jesús!!
Nos presentamos ante ti, somos los voluntarios que esta semana hemos estado en el Campo de Trabajo de La Casa de Acogida (Inma, Ana, Jose, Ángel, Esther, Carmen, Fina, Paco, Cristina, Macarena, Carmen y Amparo).
En esta semana hemos tenido la oportunidad de conocer a gente impresionante: mujeres que tienen a sus espaldas un testimonio de vida y unas experiencias que nos han dejado con la boca abierta. Las mujeres de la casa de acogida son valientes, sinceras, simpáticas, personas de buen corazón y que nos han acogido en su casa como uno más, bueno… como doce más.
Por las mañanas veíamos a una mamá dándole el biberón a su bebé y ya se te escapaba la primera sonrisa del día. Desayunábamos todos juntos y al comenzar nuestros talleres llegaba otra mamá y revolucionaba la casa con su simpatía y su sentido del humor, nos hacía sentir en familia. A Mediodía llegaba otra mamá de trabajar corriendo a abrazar a su niña, simplemente precioso. Y durante toda la mañana las niñas jugando y regalándonos su alegría… y sus llantos.
Por todas las experiencias que hemos compartido, por nuestro encuentro con Jesús, queremos darte las gracias. Uno de los talleres era “abiertos a la esperanza” y estas mamás, estas super-mamás fueron un ejemplo, compartiendo sus testimonios con nosotros, dándonos cuento que el mundo perdería sin FE, AMOR Y ESPERANZA.
También queremos darte gracias por la amistad. El día 3 de julio llegamos doce desconocidos a la casa de Linares y hoy día 11, somos una piña, nos organizamos perfectamente para hacer los desayunos, preparar las oraciones, poner la mesa, la comida…podemos decir sinceramente que nos llevamos amigos de verdad, de los que no se olvidan y se lecha por conservar.
Los voluntarios queremos darle las gracias a la Hermana Beatriz, que siempre ha estado a nuestro lado, en todo momento, siendo nuestra guía y ejemplo, nuestra amiga; Señor, tenla siempre presente y que no se separe de nosotros y esté siempre en nuestro camino.
No nos olvidamos de los niños y de las mamás que hoy se bautizan y toman la comunión. Te damos gracias por haber infundido Tú Espíritu en ellas.
¡¡Bienvenidas a esta comunidad!!
Nada más Señor, nos despedimos de ti dándote las gracias por la vida y por tu amor.
Un beso,
Fdo. La Sal y la Luz
(Carta de Acción de Gracias escrita por los voluntarios del Campo de Trabajo de La Casa de Acogida “Sta. Mª Rosa Molas” de Linares en la misa celebrada en San José)
VE Y LO CUENTAS
Presentamos los testimonios que nos han dado algunas de las jóvenes que han vivido la experiencia, que nos han pedido que lo contemos, pues no es honrado guardarse la alegría y el bien que se ha recibido de forma egoísta; ellas quieren gritar a todos los jóvenes y adultos que es posible vivir de otra forma, que es posible romper el cerco de donde nos han querido arrinconar como borregos a quienes se encierra en un establo y les obligan a comer la paja que se ha determinado por quienes tienen las llaves del corral.
Sentimos la gran alegría de que haya jóvenes rebeldes que no se dejen encadenar a los esquemas insolidarios y adormecedores del sistema que les mata la libertad y les hace sentirse a gusto en el vacío.
Así lo vivieron y así se sintieron al terminar su experiencia en la casa de acogida:
Esther -27 años, Albacete-
“Si tuviera que definir con una palabra la experiencia de este campo de trabajo sería sin duda alguna “COMUNIDAD”. Comunidad de vida, de esperanza, de fe.
Comunidad de vida porque hemos compartido la vida cotidiana en todas y cada una de sus facetas. En poco tiempo muchos de nosotros pasamos del paralizante desconcierto de lo desconocido a la suave sensación de sentirse cómodo y confiado con el otro. Ha cobrado verdadero sentido la palabra hermano. Hermano para reír, para compartir, para comunicar, incluso para pedirle que triga un vaso de agua como si se lo pidieras a tu madre.
Comunidad de esperanza porque ahora tengo la absoluta certeza de que todos hemos sido para todos esperanza. Esperanza de que el ser humano es capaz de dar lo mejor de sí mismo al lado del otro. De que es capaz de realizarse dando y compartiendo. Descubres que el mundo no está “echado a perder”. Esto no lo cuenta en las noticias.
Comunidad de fe. Fe que nace desde la Vida y para la Vida, que se asienta en la esperanza y la convierte en amor. Un amor que empieza en uno mismo pero que se realiza y acaba en el otro. Una fe cuyo centro es Cristo, principio y fin, ejemplo de vida y único camino.
Nuestro aquí y ahora puede ser “el mejor lugar del mundo” para ponerlo en práctica, solo es cuestión de proponérnoslo y llevarlo a cabo todos los días, estés dónde estés, hagas lo que hagas.”
Carmen -17 años, Linares-
“En los últimos días de mi preparación para La Confirmación (sería el 2 de Julio) la hermana Beatriz me habló del Campo de Trabajo que iban a realizar en la Casa de Acogida del 3 al 11 de julio, me pareció muy interesante y un buen compromiso para después de mi confirmación. Según se acercaba el día del comienzo sentía mucha inseguridad. Pero cuando llegó el día ahí estaban la Hermana Bea y el resto de voluntarios esperándome y acogiéndome.
He tenido una experiencia muy bonita. Destacaría que por las noches me quedaba a dormir con una de las mamás - de tan solo dieciocho años-, que tiene dos niñas de veinte y tres meses, para echarle una mano cuando se despertaban de madrugada, me llenaba de alegría cuando ella nos agradecía que nos quedáramos con ella.
También era muy bonito cuando por las mañanas nos levantábamos y lo primero que hacíamos era darle los buenos días a Jesús y las gracias por el nuevo día que nos regalaba y en el que pedíamos que todo saliera bien.
Doy gracias al Señor por poner en mi vida a personas que me guían por el buen camino, que me ayudan a conocerlo más, por todo lo que he aprendido en estos días en la que hemos formado una nueva familia, por enseñarme que las cosas insignificantes, las cosas más pequeñas a las que casi nunca le damos importancia son las más grandes, las que más valor tienen, como una simple sonrisa.
Estoy muy orgullosa de haber dedicado mi tiempo a las mamás y sus bebés de la casa y haber compartido tantas vivencias y experiencias con los jóvenes voluntarios y con ellas. Gracias a esto hoy tengo otra nueva familia.
Yo animaría a los jóvenes a que no sigan el ritmo del consumismo de la sociedad porque hay cosas que aunque parezcan insignificantes son las realmente importantes para la vida, esas son las que realmente llenan por dentro a la persona.”
Beatriz (hermana de la Consolación)
“Para mí ha sido una experiencia única. Una experiencia que ha valido la pena y por la que doy sobre todo gracias a Dios por haberla puesto en nuestro camino. Un GRACIAS con mayúsculas por el trabajo en equipo y la unidad, un gracias por compartir desde dentro la VIDA, un gracias por decir bien alto que vale la pena seguir apostando por los demás, que merece la pena seguir comprometiéndose desde los gestos más pequeños, especialmente por los que más lo necesitan, en este caso por nuestras mamás y sus bebés, experiencias muy duras, mucho sufrimiento vivido en sus cortas vidas, pero nos une LA FE, LA ESPERANZA Y LAS GANAS DE VIVIR y poder decir bien alto que EL SEÑOR NO NOS A VA A DEJAR NUNCA PORQUE NOS QUIERE CON LOCURA.
Esta experiencia ha sido una explosión de luz y de fuerza que nos anima ahora a seguir compartiendo desde nuestra realidad todo lo que hemos visto y oído, porque no nos lo podemos guardar para nosotros, porque tenemos que seguir dando gratis todo lo que gratis hemos recibido, porque el amor de Dios nos une.
“Que todo sea para gracia tuya y bien de nuestros hermanos, nada para nosotros”
¡¡GRACIAS SEÑOR!!”
Ana Rocío -24 años, Linares-
“Plasmar por escrito todo lo vivido en estos días es limitar muchísimo esta experiencia tan rica.
Han sido muchos y distintos los puntos desde los que hemos enfocado la convivencia en La Casa con las mamás y entre nosotros, pero siempre hemos tenido como eje central y vertebrador a Jesús, que es la candela que arde y brilla en nuestros corazones.
Cada día y como punto de partida, hemos orado en comunidad, cada día era preparada por uno de nosotros. La oración ha sido nuestro motor, que ha ido guiando nuestros quehaceres, nuestras palabras, nuestros gestos compartidos con las mamás, las niñas y entre nosotros.
En las comidas hemos vivido gran variedad de situaciones pero destacaría las largas e interesantes conversaciones que hemos mantenido mamás y jóvenes.
Durante los talleres, el aprendizaje de cada uno sobre los demás ha sido muy rico, nos ha permitido aumentar nuestro conocimiento y comprensión del otro y ha desarrollado nuestra capacidad de escucha y nuestra empatía al compartir las mamás o alguno de los voluntarios sus experiencias. Me pareció especialmente interesante lo que nos contó una de las mamás sobre la historia, geografía y costumbres de su país. El modo en que ella me ha explicado su cultura ha resultado más apasionante que ningún documental que pudiera ver. Esta mujer es una maestra de la vida, un ejemplo de valentía y lucha que nos demuestra que por muy hundidos que podamos estar el Señor siempre está sujetándonos y si nos fiamos de él, su ayuda y su amor nos saca del pozo más oscuro para llevarnos a la claridad más luminosa.
Los momentos vividos entre los voluntarios han sido sencillamente maravillosos, desde la sencillez de los gestos, las palabras, las sonrisas, los abrazos, nos hemos ido conociendo, respetando, comprendiéndonos y queriéndonos. Hemos formado una gran familia y el sentimiento de hermanos en la Iglesia.
Me llevo amistades duraderas para siempre, amigos que estarán junto a mí aunque estemos separados. SON MIS AMIGOS.
No podré olvidar nuestras noches de reunión y evaluación de lo vivido. Cómo nos hemos apoyado entre nosotros hasta hallar el camino, sintiendo la fuerte presencia de Jesús entre nosotros, de su amor infinito, cálido y consolador.
He podido ver, oír y sentir a Jesús en las sonrisas y miradas de nuestros niños, en las palabras y abrazos de las mamás y en la escucha y presencia de los voluntarios. Estos diez días de convivencia han sido un intenso encuentro con Jesús, con su rostro y su palabra.
Esta experiencia ha sembrado en mí una ilusión y un deseo de dedicación a los demás que marca mi futuro planteamiento de vida, y con la ayuda de Jesús seguiré día a día entregándome como instrumento en sus manos que soy.
Invito a los jóvenes a que no dejéis pasar las oportunidades que se os presente para dar, escuchar y acoger el amor de Jesús. Permitidle que revolucione vuestro mundo, vuestra vida.”
Amparo -23 años, Albacete-
Han sido muchos y distintos los puntos desde los que hemos enfocado la convivencia en La Casa con las mamás y entre nosotros, pero siempre hemos tenido como eje central y vertebrador a Jesús, que es la candela que arde y brilla en nuestros corazones.
Cada día y como punto de partida, hemos orado en comunidad, cada día era preparada por uno de nosotros. La oración ha sido nuestro motor, que ha ido guiando nuestros quehaceres, nuestras palabras, nuestros gestos compartidos con las mamás, las niñas y entre nosotros.
En las comidas hemos vivido gran variedad de situaciones pero destacaría las largas e interesantes conversaciones que hemos mantenido mamás y jóvenes.
Durante los talleres, el aprendizaje de cada uno sobre los demás ha sido muy rico, nos ha permitido aumentar nuestro conocimiento y comprensión del otro y ha desarrollado nuestra capacidad de escucha y nuestra empatía al compartir las mamás o alguno de los voluntarios sus experiencias. Me pareció especialmente interesante lo que nos contó una de las mamás sobre la historia, geografía y costumbres de su país. El modo en que ella me ha explicado su cultura ha resultado más apasionante que ningún documental que pudiera ver. Esta mujer es una maestra de la vida, un ejemplo de valentía y lucha que nos demuestra que por muy hundidos que podamos estar el Señor siempre está sujetándonos y si nos fiamos de él, su ayuda y su amor nos saca del pozo más oscuro para llevarnos a la claridad más luminosa.
Los momentos vividos entre los voluntarios han sido sencillamente maravillosos, desde la sencillez de los gestos, las palabras, las sonrisas, los abrazos, nos hemos ido conociendo, respetando, comprendiéndonos y queriéndonos. Hemos formado una gran familia y el sentimiento de hermanos en la Iglesia.
Me llevo amistades duraderas para siempre, amigos que estarán junto a mí aunque estemos separados. SON MIS AMIGOS.
No podré olvidar nuestras noches de reunión y evaluación de lo vivido. Cómo nos hemos apoyado entre nosotros hasta hallar el camino, sintiendo la fuerte presencia de Jesús entre nosotros, de su amor infinito, cálido y consolador.
He podido ver, oír y sentir a Jesús en las sonrisas y miradas de nuestros niños, en las palabras y abrazos de las mamás y en la escucha y presencia de los voluntarios. Estos diez días de convivencia han sido un intenso encuentro con Jesús, con su rostro y su palabra.
Esta experiencia ha sembrado en mí una ilusión y un deseo de dedicación a los demás que marca mi futuro planteamiento de vida, y con la ayuda de Jesús seguiré día a día entregándome como instrumento en sus manos que soy.
Invito a los jóvenes a que no dejéis pasar las oportunidades que se os presente para dar, escuchar y acoger el amor de Jesús. Permitidle que revolucione vuestro mundo, vuestra vida.”
Amparo -23 años, Albacete-
“Esta es mi segundo experiencia como voluntaria en La casa de Acogida. Pero esta segunda experiencia ha sido insuperable.
Venir aquí en Navidades cambió mi vida, ya no soy la misma ni mi mundo tampoco. Desde que regresé a mi casa me sentía más inquieta, me convertí en una luchadora por los derechos de las madres, por el derecho de los niños a nacer, por EL DERECHO A VIVIR. Me hice voluntaria de la asociación que lleva este nombre y junto con un grupo de amigos hemos realizado multitud de actividades en contra del aborto y a favor de la vida, la mujer y la maternidad. Yo no habría participado en todas estas actividades si yo no hubiese pasado por LA CASA DE ACOGIDA y no hubiera conocido a estas madres y a las Hermanas de la Consolación, auténticas heroínas. Las hermanas son un ejemplo de vida diaria, de dedicación, de fuerza. Las mamás son superheroínas en una sociedad que les pone al alcance una solución fácil y con todos los problemas que tienen deciden ser luz y tener a sus niños, apuestan por la maternidad, por la vida, por el amor; por ello ,merecen un reconocimiento, nuestra ayuda, ellas son la esperanza o al menos mi esperanza.
Cuando llevaba unos meses trabajando en Derecho a Vivir comencé a hablar tan en serio de la vida con mis amigos, con mi familia, con mis compañeros que a muchos incomodaban mis palabras, en concreto a mi mejor amiga, que después de una discusión sobre el aborto dejó de hablarme. Su razones eran “no porque no”, me di cuenta que la mayoría de la gente no se cuestionaba nada y me hundí. Me ahogaba, sentí que nada de lo que hacía merecía la lucha, que era una causa perdida.
Pero el Señor me oyó y puso en mi camino a dos hermanas de la Consolación (Amparo y Beatriz) y me hablaron del campo de trabajo que estaban preparando en Linares. Y volvió LA ESPERANZA, si lucho, si me manifiesto, si grito, si soy voz de los sin voz es por LA ESPERANZA DE QUE PODEMOS CAMBIAR EL MUNDO.
La experiencia en este Campo de Trabajo ha sido insuperable, he conocido a gente estupenda, maravillosa, he hecho amigos que sé que no voy a perder. Los voluntarios nos hemos entregado al máximo, hemos compartido experiencias y hemos vivido juntos otras nuevas.
Podría decir que lo que comenzó siendo un campo de trabajo, después pasó a ser una convivencia y ha terminado siendo una semana entre amigos”.
Si este grupo de jóvenes lo han hecho, ya ves que es posible, que no es algo del otro mundo, pero sí es una forma distinta de la que se nos quiere vender como respuesta a nuestros deseos de felicidad y de libertad.
Venir aquí en Navidades cambió mi vida, ya no soy la misma ni mi mundo tampoco. Desde que regresé a mi casa me sentía más inquieta, me convertí en una luchadora por los derechos de las madres, por el derecho de los niños a nacer, por EL DERECHO A VIVIR. Me hice voluntaria de la asociación que lleva este nombre y junto con un grupo de amigos hemos realizado multitud de actividades en contra del aborto y a favor de la vida, la mujer y la maternidad. Yo no habría participado en todas estas actividades si yo no hubiese pasado por LA CASA DE ACOGIDA y no hubiera conocido a estas madres y a las Hermanas de la Consolación, auténticas heroínas. Las hermanas son un ejemplo de vida diaria, de dedicación, de fuerza. Las mamás son superheroínas en una sociedad que les pone al alcance una solución fácil y con todos los problemas que tienen deciden ser luz y tener a sus niños, apuestan por la maternidad, por la vida, por el amor; por ello ,merecen un reconocimiento, nuestra ayuda, ellas son la esperanza o al menos mi esperanza.
Cuando llevaba unos meses trabajando en Derecho a Vivir comencé a hablar tan en serio de la vida con mis amigos, con mi familia, con mis compañeros que a muchos incomodaban mis palabras, en concreto a mi mejor amiga, que después de una discusión sobre el aborto dejó de hablarme. Su razones eran “no porque no”, me di cuenta que la mayoría de la gente no se cuestionaba nada y me hundí. Me ahogaba, sentí que nada de lo que hacía merecía la lucha, que era una causa perdida.
Pero el Señor me oyó y puso en mi camino a dos hermanas de la Consolación (Amparo y Beatriz) y me hablaron del campo de trabajo que estaban preparando en Linares. Y volvió LA ESPERANZA, si lucho, si me manifiesto, si grito, si soy voz de los sin voz es por LA ESPERANZA DE QUE PODEMOS CAMBIAR EL MUNDO.
La experiencia en este Campo de Trabajo ha sido insuperable, he conocido a gente estupenda, maravillosa, he hecho amigos que sé que no voy a perder. Los voluntarios nos hemos entregado al máximo, hemos compartido experiencias y hemos vivido juntos otras nuevas.
Podría decir que lo que comenzó siendo un campo de trabajo, después pasó a ser una convivencia y ha terminado siendo una semana entre amigos”.
Si este grupo de jóvenes lo han hecho, ya ves que es posible, que no es algo del otro mundo, pero sí es una forma distinta de la que se nos quiere vender como respuesta a nuestros deseos de felicidad y de libertad.
Te invitamos a que te plantees en serio que eres tú el que tiene que dirigir tu vida, y no permitas que te manipulen. ¡¡¡ VIVE Y SE FELIZ !!!