La Cabria, nº 341




HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ DE LINARES 
DOMINGO DE RAMOS-C 
20 DE MARZO de 2016 
Año -VIII- Nº 341 
EDITORIAL 

LA HISTORIA SIGUE

Sin lugar a duda, vivimos situaciones muy semejantes y paralelas, aunque cambien un poco las formas, a las que se vivieron en tiempos de Jesús: aquella Pascua fue muy especial a las otras que había vivido: Jesús había tenido que dejar Galilea, su tierra, donde el pueblo se cerró en banda y no quiso aceptar la propuesta que les presentó en la que les pedía que hicieran un cambio de postura, dejando a un lado los esquemas con los que habían venido caminando y abrirse a la fraternidad, basada en el amor que traería la justicia y la paz… Esto no lo quiso entendió nadie, a pesar de estar viviendo en la miseria. Tampoco entendería esto en Jerusalén donde estaba afincada la cabeza del poder.

Ahora damos un salto de 2000 años hacia adelante y nos encontramos con un mundo en un cambio radical; no da la sensación que hayan pasado tantos años, se nos vuelve a pedir lo mismo mientras estamos viendo que los dirigentes, a nivel del mundo, siguen disputándose las poltronas y, como no tienen ni proyectos ni ideas que estén encaminadas a crear la justicia y la paz entre los hombres, se dedican a destruir aquello que les denuncia a cada momento y atacan los sentimientos religiosos de la gente: allí mataban a quien decía algo en contra de la religión que era la dictadura del pensamiento único y aquí se quitan de en medio a quien habla de valores religiosos, morales y transcendentales que atentan sobre la misma actitud, de forma que parece que lo único que estorba es el sentimiento religioso del pueblo para establecer la misma dictadura, de la misma manera que en aquel tiempo estorbaba la figura de Jesús porque ponía en peligro lo mismo.

PALABRA DE DIOS

Lectura del libro del profeta Isaías 50,4-7

En aquellos días dijo Isaías:

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento.

Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados.

El Señor Dios me ha abierto el oído; y yo no me he rebelado ni me he echado atrás.

No oculté el rostro a insultos y salivazos. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba.

Mi Señor me ayudaba; por eso no quedaba confundido; por eso ofrecí el rostro como pedernal, y sé que no quedaré avergonzado.
Palabra de Dios

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los FILIPENSES 2,6-11

Hermanos:

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someter­se incluso a la muerte, y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo, y le concedió el «Nombre-sobre todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble -en el Cielo, en la Tierra, en el Abismo-, y toda lengua proclame: «Jesucristo es Señor!», para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 28-40

En aquel tiempo, Jesús echó a andar delante, subiendo hacia Jerusalén. Al acercarse a Betfagé y Betania, junto al monte llamado de los Olivos, mandó a dos discípulos, diciéndoles:

—«Id a la aldea de enfrente; al entrar, encontraréis un borrico atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta: "¿Por qué lo desatáis?", contestadle: "El Señor lo necesita".»

Ellos fueron y lo encontraron como les había dicho. Mientras desataban el borrico, los dueños les preguntaron:

—« ¿Por qué desatáis el borrico?»

Ellos contestaron:

— «El Señor lo necesita.»

Se lo llevaron a Jesús, lo aparejaron con sus mantos y le ayudaron a montar.

Según iba avanzando, la gente alfombraba el camino con los mantos.

Y, cuando se acercaba ya la bajada del monte de los Olivos, la masa de los discípulos entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos, por todos los milagros que habían visto, diciendo:

—«¡Bendito el que viene como rey, en nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en lo alto.»

Algunos fariseos de entre la gente le dijeron:

—«Maestro, reprende a tus discípulos.»

Él replicó:

—«Os digo que, si éstos callan, gritarán las piedras.»

Palabra del Señor

LA PASCUA

DOMINGO DE RAMOS

La subida a Jerusalén iba a suponer el viaje definitivo de Jesús. Hasta entonces había estado recorriendo su tierra por todos los pueblos y aldeas y la gente optó por seguir viviendo de espaldas a Dios, anclada en sus ritos, en sus costumbres, en su aceptación de un dios que ha hecho pacto con los poderosos y vive atormentando al pueblo, es decir: el pueblo optó por vivir en la esclavitud antes que comprometerse en vivir en libertad y levantar su dignidad.

Jesús sube a Jerusalén donde se va a ratificar esta actitud del pueblo, pero al mismo tiempo se va a proclamar la postura de Dios que ha decidido abrir la dimensión definitiva para el hombre que sigue empecinado.

Será la primera vez que Jesús se deje aclamar como rey, pero no el reinado del poder que el pueblo espera, sino el REY de la verdad, de la justicia, de la paz y del amor… que el pueblo rehúye.

Jesús no entra en Jerusalén con un gesto de grandeza como lo suele hacer Herodes o los poderosos, sino de forma sencilla y humilde, indicando que su reino es una cosa muy diferente a lo que ellos piensan y buscan.

JUEVES SANTO

Es el momento cumbre de la semana; momento en el que Jesús había soñado y deseado ardientemente que llegase, pues es ahí donde sellaría el pacto definitivo de Dios con los hombres; es el objeto de su venida, la conclusión de su misión: LA EUCARISTÍA será como el punto de inflexión de toda la historia de la salvación; a partir de aquí nada seguirá siendo igual: Dios se ha encarnado y se ha hecho alimento y fuerza para el hombre y la Eucaristía es el sacramento que nos hace visible esta nueva realidad de Dios puesto al servicio del hombre, como un esclavo. Este momento es la culminación de la Encarnación. No es posible llegar más abajo y esto hace posible que el hombre no pueda llegar más alto.

VIERNES SANTO

La CRUZ preside como signo central todo el día. La CRUZ es también el signo que marca la vida del cristiano y lo identifica. En la cruz, Cristo dio muerte al egoísmo y a todos los miedos que pudieran acarrear la pérdida de todos los intereses personales y en ella proclamó que por encima del amor, de la verdad, de la justicia, de la paz, de la libertad, de la dignidad no puede ponerse ni el mismo chantaje de la muerte; por eso, la CRUZ es el signo que nos identifica como hombres libres que no se arrodillan ni claudican ante nada ni ante nadie. Esta actitud sacó de sus casillas a Anás, a Caifás, a Pilatos, al pueblo… y hoy sigue poniendo nerviosos a todos los poderes establecidos gestores de la muerte que no sirven al pueblo y, por eso, sienten grima ante ella.

SABADO SANTO

El sí definitivo y solemne que le damos a todo lo que ha hecho Dios a través de la historia y que Cristo ha culminado con su pasión, muerte y resurrección, queda reflejado en esta noche santa con la celebración del BAUTISMO, que es la aceptación y asunción de la Nueva Alianza, del misterio de la Encarnación y del nuevo proyecto que Dios inaugura para el hombre.

Si el momento cumbre por parte de Dios lo expresábamos en la celebración del Jueves Santo con la institución de la EUCARISTÍA, la aceptación de toda la obra de la salvación, por parte nuestra, la expresamos ahora con el BAUTISMO, con el que asumimos todo lo que Dios ha hecho y aceptamos la filiación que Cristo nos ha conseguido, pasando desde este momento, de la condición de esclavos y relegados a ser hijos de Dios que bien en libertad.

EN ESTA SEMANA

Domingo de Ramos:
· 9 a.m. Santa Misa
· 10 a.m. Procesión
· 12 a.m. Santa Misa
· 7 p.m. Santa Misa.
Lunes Santo:
· 7 p.m.: Eucaristía -oración
Martes Santo:
· 11 a. m. Misa Crismal
· 7. p.m. Eucaristía y Oración
Miércoles Santo:
· 6 p.m. Procesión de Jesús de la Buena Muerte.
· 7 p.m. Misa
Jueves Santo:
· 7 p.m. Cena del Señor
· 11 p.m. Hora Santa
Viernes Santo:
· 11 a.m. Vía Crucis de los enfermos
· 4 p.m. Adoración de la Cruz.
Sábado Santo:
· 11 p.m. Vigilia Pascual
Domingo de Resurrección:
· 10 a.m. Eucaristía 12 a.m. Eucaristía