La Cabria, nº 300

HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ DE LINARES
DOMINGO DE RAMOS.-B
29 DE MARZO de 2015
Año -VI- Nº 300

Editorial

CAMINO A JERUSALÉN

Un año más hemos venido caminando en nuestra comunidad hasta llegar a estos momentos en los que nos reunimos para celebrar la cumbre de nuestra vida cristiana: la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús que, en cierto modo, es también nuestra “pasión” diaria, nuestra “muerte” y la celebración de nuestra “Esperanza”. Ésta nos dice que si somos capaces de unir nuestra vida a la de Cristo, haciendo de ella una muerte diaria en el amor, nuestro final es también el suyo: LA RESURRECCIÓN. 

Pero tristemente, a nosotros, al modo de los discípulos primeros, nos cuesta despojarnos de nuestros esquemas y asumir el proyecto que Jesús nos propone; seguimos pensando, sintiendo y ansiando lo que propone el imperio, lo que dicta el “Cesar” del momento.

Por ello, Jesús quiso usar una imagen que les entrase por los ojos de que Él no iba en la onda por la que ellos estaban pensando ni por la que nosotros seguimos sosteniendo: no hizo una exhibición de potencia, como suelen hacer los grandes: hacen pasear sus tanques, sus ejércitos, sus aviones, sus bombas, su material destructor y de muerte y un sin fin de armas mortíferas para persuadir al enemigo que es peligroso acercarse a él.

Jesús entra en Jerusalén representando la instauración del reino de Dios, pero no es el reino que todos imaginan, sino que rompe todos los esquemas y aparece subido sobre un burro que es un animal despreciado, símbolo de la pobreza de los débiles.

La imagen de Jesús entrando en Jerusalén, subido sobre un burro, representa un cambio radical de esquemas y de realidad: el Reino de Dios no está basado en la fuerza, en el poder, en el miedo, en las armas… ni el reino es una acumulación de poder, de riquezas, de fuerza o de violencia.

Jesús hace que el reino de Dios entre triunfalmente en Jerusalén y Él lo hace como Rey; pero El rey no es el que se carga de poder y de riqueza sobre un pueblo, sino el que se pone a la cabeza de la causa de la verdad, de la justicia, del amor y de la paz y sus súbditos son todos aquellos que lo sigue.

Palabra de Dios

Lectura del libro del profeta ISAÍAS 50,4-7 

En aquellos días dijo Isaías: 

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. 

Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. 

El Señor Dios me ha abierto el oído; y yo no me he rebelado ni me he echado atrás. 

No oculté el rostro a insultos y salivazos. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba. 

Mi Señor me ayudaba; por eso no quedaba confundido; por eso ofrecí el rostro como pedernal, y sé que no quedaré avergonzado. 

Palabra de Dios 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los FILIPENSES 2,6-11 

Hermanos: 

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someter­se incluso a la muerte, y una muerte de cruz. 

Por eso Dios lo levantó sobre todo, y le concedió el «Nombre-sobre todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble -en el Cielo, en la Tierra, en el Abismo-, y toda lengua proclame: «Jesucristo es Señor!», para gloria de Dios Padre. 

Palabra de Dios 

Lectura del santo evangelio según san MARCOS 11,1-10 

Se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al Monte de los Olivos, y Jesús mandó a dos de sus discípulos, diciéndoles: 

Id a la aldea de enfrente y, en cuanto entréis, encontraréis un borrico atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle: El Señor lo necesita y lo devolve­rá pronto. 

Fueron y encontraron el borrico en la calle, atado a una puerta; y lo soltaron. Algunos de los presentes les preguntaron: 

-¿Por qué tenéis que desatar el borrico? 

Ellos le contestaron como había dicho Jesús; y se lo permitieron. 

Llevaron el borrico, le echaron encima sus mantos, y Jesús se montó. 

Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante y detrás gritaban: 

-Viva, bendito el que viene en nombre del Señor. Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David. ¡Viva el Altísimo! 

Palabra del Señor 

La Pascua

DOMINGO DE RAMOS 

Los apóstoles han de pensar distinto a como lo hace el imperio romano y el poder establecido en Israel. Jesús les ha dicho que ellos no pueden ser como esos, sino que han de distinguirse por su manera de servir y de tratar a la gente: “El que quiera ser el más grande, que se haga el servidor y el esclavo de todos”. Pero, por más que se lo dice, no entienden. La mejor forma de enseñárselo es con gestos que lo puedan ver: se coge un burro, que es un animal menospreciado, pues solo lo tienen los pobres, para que vean que no se trata de ostentación ni de ambición de poder, que está en otra escala de valores. 

Deja que la gente lo aclame, aunque no tengan idea de lo que aclaman o a quien aclaman. Pero hay una realidad: el reino de Dios está entre ellos y ÉL es la primera manifestación; esto ya no habrá quien lo detenga y no depende de la gente ni del sistema establecido ni de los poderes del mundo; esto seguirá adelante, lo acepten o lo rechacen, hasta que se establezca definitivamente en el mundo el reinado, no de un orden político, sino de la PAZ como consecuencia de la práctica de la JUSTICIA, del AMOR y de la VERDAD. 

JUEVES SANTO 

Todo esto que se ha proclamado el Domingo y que ha culminado con la denuncia de la corrupción del templo, que es el signo visible del sistema político, económico, legal y religioso que hay establecido, comienza una etapa completamente nueva, marcada con los signos y valores del REINO DE DIOS, que están movidos no por la fuerza, el dinero, las leyes o el acoso de la religión, sino por una alianza de AMOR que ha restaurado la naturaleza humana y ha convertido al hombre en el templo vivo donde habita el Espíritu Santo que va a ser quien avive, fortalezca, impulse y lleve adelante esta nueva realidad. 

El signo que va a marcar a estos hombres nuevos será el AMOR, que los identificará ante el mundo. Y un amor que se hace servicio, entrega, perdón y acogida. 

Jesús vuelve a utilizar otro gesto visible para que les quede claro: “Se levantó de la mesa, y se puso a lavarles los pies…” “¿Habéis visto lo que he hecho?... Pues si yo, que soy el Señor he hecho esto, es para que vosotros hagáis lo mismo entre vosotros…” 

VIERNES SANTO 

Esta Alianza de amor que celebramos ayer no es una idea, unos principios o una filosofía… palabras huecas que se lleva el viento, sino una realidad viva que marca la existencia, pues se asume y constituye una forma de vivir que te hace enfrentarte a la vida llena de dificultades. 

La CRUZ de Cristo no es más que la culminación de todo lo que hizo, pensó y sintió en su vida desde el primer momento de su encarnación en la naturaleza humana: asumió e hizo suyas todos las consecuencias que lleva consigo ser humano, como es el dolor, la guerra el hambre, la persecución…, la injusticia, la desolación la enfermedad, la muerte… 

Nada de todo esto va a hacer que cambie su decisión de amar y restaurar al hombre (Rm. 8, 35-39) 

SABADO SANTO 

Un día de luto y reflexión. 

Hay motivos sobrados para detenerse y pensar en todo lo que Dios ha hecho: se ha rebajado hasta ponerse al nivel del hombre, ha hecho suyas todas nuestras alegrías, nuestras, penas, nuestras luchas, nuestras ilusiones y esperanzas, nuestros sueños… Nos ha dado el sentido de la vida y nos ha hecho el gran regalo de la ESPERANZA: todo lo que le hombre hace y vive tiene su sentido, excepto aquello que el hombre decide asumir, que tiene como principio y fin la muerte; todo tiene su culminación en la resurrección de Jesús; todo está llamado a resucitar. La muerte ha sido vencida, ya no es el final del camino, sino el principio del triunfo… 

Pero el hombre ha despreciado el gran regalo que se le ha hecho. Por eso, el día de hoy es un día de luto, de tristeza, de reflexión, de avergonzarse ante el fracaso del hombre que una vez más le da la espalda a su propia salvación y grandeza, a Dios, y opta por su perdición y por la muerte. Por otro lado, el día de hoy es un día de grandeza, pues Dios le demuestra al hombre que, aunque se obstine en perderse, las puertas de la salvación seguirán estando abiertas de ahora en adelante. 

El gesto grande que indica el reconocimiento y el agradecimiento de lo que Dios nos ha hecho va a ser la renovación de nuestro bautismo, que es RENACER y ponernos en la onda de la resurrección. 

En esta semana

Domingo de Ramos: 

9 a.m. Santa Misa; 10 a.m. Procesión; 12 a.m. Santa Misa; 7 p.m. Santa Misa. 

Lunes Santo: 

7 p.m.: Eucaristía –oración. 

Martes Santo: 

11 a. m. Misa Crismal; 7. p.m. Eucaristía y Oración 

Miércoles Santo: 

6. p.m. Procesión de Jesús de la Buena Muerte. 7- Misa 

Jueves Santo: 

7 p.m. Cena del Señor; 11 p.m. Hora Santa 

Viernes Santo: 

11 a.m. Vía Crucis de los enfermos; 4 p.m. Adoración de la Cruz y Oración 

Sábado Santo: 

11 p.m. Vigilia Pascual 

Domingo de Resurrección: 

10 a.m. Eucaristía; 12 a.m. Eucaristía