La Cabria, nº 227

HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ 
DE LINARES
DOM. 10 T.O.-C
9-JUNIO- 2013
Año V- Nº 227

Editorial

PRECIOSA HOMILIA

Durante la misa del viernes 31 de mayo, el Papa Francisco llamó a los fieles a vivir el gozo que da el Espíritu Santo y dejar de lado los lamentos, pues con caras “de funeral” no se puede anunciar a Cristo.

El Papa, advirtió que los cristianos no estamos acostumbrados a hablar de gozo, de alegría y nos gusta más lamentarnos”. Y en cambio, quien “nos da el gozo es el Espíritu Santo”.

El Espíritu Santo, afirmó, “es el autor de la alegría, el Creador del gozo. Y este gozo en el Espíritu, nos da la verdadera libertad cristiana. Sin gozo, nosotros cristianos no podemos llegar a ser libres, nos convertimos en esclavos de nuestras tristezas”.

Recordó que su predecesor, el gran Pablo VI decía: “no se puede llevar hacia delante el Evangelio con cristianos tristes, desalentados, desanimados”. No se puede. Muchas veces los cristianos tienen más la cara de ir a un funeral cuando van a misa que de ir a alabar a Dios. 

Explicó que a Dios se le alaba saliendo de sí mismos, “gratuitamente, como es gratuita la gracia que Él nos da”.

“Tú, que estás aquí en Misa, ¿alabas a Dios o sólo pides y agradeces a Dios? – interpeló. Esto es una cosa nueva, nueva en nuestra vida espiritual. Alabar a Dios, salir de nosotros mismos para alabar, perder el tiempo alabando. ‘Esta Misa, ¡que larga se me ha hecho!’. La Misa se te hará larga si no alabas a Dios, no conoces aquella gratuidad de perder el tiempo alabando a Dios. Pero si vas con esta actitud de la alegría, de la alabanza a Dios, ¡eso es lo bello! La eternidad será eso: ¡Alabar a Dios! Y eso no será aburrido, ¡será bellísimo! Esta alegría nos hace libres”, afirmó el Santo Padre.

En ese sentido, dijo que Santa María es el modelo de esta alabanza y de este gozo, por ello “la Iglesia la llama ‘causa de nuestra alegría’.¿Por qué? Porque trae el gozo grande que es Jesús”.

Nos gusta que nuestro Papa hable con palabras sencillas de cosas profundas, así nos resulta más fácil entenderlo y hacer vida sus palabras. Gracias Santidad.

Palabra de Dios

1Reyes 17, 17-24 

Mira, tu hijo está vivo 

En aquellos días, cayó enfermo el hijo de la señora de la casa. La enfermedad era tan grave que se quedó sin respiración. Entonces la mujer dijo a Elías: "¿Qué tienes tú que ver conmigo? ¿Has venido a mi casa para avivar el recuerdo de mis culpas y hacer morir a mi hijo?" 

Elías respondió: "Dame a tu hijo." Y, tomándolo de su regazo, lo subió a la habitación donde él dormía y lo acostó en su cama. Luego invocó al Señor: "Señor, Dios mío, ¿también a esta viuda que me hospeda la vas a castigar, haciendo morir a su hijo?" 

Después se echó tres veces sobre el niño, invocando al Señor: "Señor, Dios mío, que vuelva al niño la respiración." 

El Señor escuchó la súplica de Elías: al niño le volvió la respiración y revivió. Elías tomó al niño, lo llevó al piso bajo y se lo entregó a su madre, diciendo: "Mira, tu hijo está vivo." Entonces la mujer dijo a Elías: "Ahora reconozco que eres un hombre de Dios y que la palabra del Señor en tu boca es verdad." 

Gálatas 1, 11-19 

Os notifico, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo. 

Habéis oído hablar de mi conducta pasada en el judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que muchos de mi edad y de mi raza, como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados. 

Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a Damasco. 

Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas, y me quedé quince días con él. 

Pero no vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor. 

Lucas 7, 11-17 

En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío. 

Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acom-pañaba. 

Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: "No llores." 

Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: "¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!" El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. 

Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: "Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo." 

La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.

Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 76

El sacrificio del hijo único (b)

Christian (Cristiano o seguidor de Cristo): Mi amigo entrañable Abraham: te ví el otro día muy nervioso.

Abraham: Es que es muy duro oír a mi hijo preguntarme inocentemente: 

Padre: «aquí está el fuego y la leña pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?»

Christian: Ciertamente tendrías el alma destrozada.

Abraham: Y más que destrozada. Resonaban en mí las promesas que Dios me hizo varias veces: te daré una descendencia más numerosa que las estrellas del cielo y que las arenas del mar. Te haré padre de una gran muchedumbre. Esto ha-cía que viera la esperanza en Dios como una torcía de candil, esperanza que me llevaba a fiarme de Él sin reservas.

Christian: Me desconciertas, amigo Abraham y me haces sentir una gran admiración, pues esperas contra toda esperanza. ¿Y qué contestaste a tu hijo?

Abraham: Dios me dio una seguridad inexplicable, pues con toda fortaleza y confianza a la pregunta de mi hijo sobre el cordero para el holocausto le contesté: «Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío.» Y seguimos andando los dos juntos.

Christian: El camino del silencio, el camino de la amargura, el camino de la prueba, el camino hacia la cruz, el camino de la duda, el camino del sufrimiento, el camino del amor frustrado, el camino de la espera sin razones para esperar...los caminos incomprensibles de nuestro Dios.

Abraham: Cierto, ese fue nuestro camino hacia el monte Moriah, y digo “nuestro” porque estoy seguro de que mi hijo iría también desorientado. Tengo un nudo en la garganta, por lo que seguiremos el próximo día.

Ve y lo cuentas

Estamos de enhorabuena. Beatriz, la madre salvadoreña a la que se ha tratado de imponer un aborto, ha dado a luz sin ningún riesgo para su vida.

Todo lo que contaron (y siguen contando) los abortistas se ha demostrado falso. La salud de Beatriz es buena y se encuentra perfectamente dentro de la vigilancia y cuidados médicos que requiere su enfermedad. Y ya ha sido madre de dos niños. Hace un año tuvo a su primer hijo. Y el pasado 4 de junio, a las 2:00 h., nació el segundo, una niña. Era lo que todos los médicos esperaban que se hiciera, el procedimiento lógico en embarazos complejos: estabilizar a la embarazada, esperar a que el bebé crezca, sacarlo por cesárea cuando es necesario. Es decir, salvar a los dos pacientes, como pide la ética médica. 

Esta criatura venía con anencefalia, una enfermedad que reduce drásticamente la vida. La niña vivió cinco horas. Y en esas cinco horas esta niña ha hecho algo grandísimo: ha demostrado que no es necesario el aborto para salvar la vida de la madre. 

Cesárea no es aborto, aunque algunos medios de comunicación, juegan a la confusión y titulen "Logran interrumpir su embarazo" Una cesárea salva bebés, una "interrupción de embarazo" es un término eufemístico para el aborto, que no salva, sino que mata al bebé. 

En estos días se han presentado a las organizaciones Provida y a los católicos como seres sin sentimientos e inhumanos. Afortunadamente, los hechos nos han dado la razón aunque los proabortistas quieran presentarlo como un éxito de ellos.

¿Sabías que...?

Chile, con el aborto prohibido completamente desde 1989, es el país con mejor salud maternal y perinatal de todo el continente americano, superado solo por Canadá. Además, al contrario de lo que sucede en Polonia e Irlanda, en que hay cierto número de mujeres que acuden a abortar a países vecinos, en Chile los países vecinos tampoco practican el aborto: pese a eso, no hay mujeres dañadas o fallecidas en abortos ilegales en Chile, un país de impecables registros sanitarios.

Tampoco las hay en Irlanda, otro país que tiene el aborto completamente prohibido. No es el aborto lo que salva a las mujeres (Estados Unidos o Cuba, con aborto legal, generalizado y medicalizado, tienen peores índices de salud maternal que Chile o Irlanda) sino el acceso a la medicina y la formación.