La Cabria, nº 228

HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ 
DE LINARES
DOM. 11 t.o.
16 JUNIO- 2013 
Año V- Nº 228

Editorial

¿ESTAMOS PERDIDOS?

Es impresionante observar la situación en la que nos movemos: no te encuentras ni una sola persona que vea el horizonte con alegría y esperanza, todo el mundo habla de lo mismo: “ se han perdido los valores”, “se ha perdido el puesto de trabajo”, “se ha perdido la red industrial”, “se han perdido un montón de miles de millones”, “se ha perdido la vergüenza”, “se ha perdido el respeto”, “se ha perdido la esperanza”, la alegría, la ilusión, se ha perdido… ¿Se puede saber qué es lo que se ha encontrado? 

Da la impresión que nos encontramos con una sociedad que ha perdido no solo el norte, sino el sur y todos los puntos cardinales, algo así como el que se encuentra con un GPS sin actualizar y comienza a darle vueltas por la ciudad sin saber dónde se encuentra y sin tener idea de la salida.

Efectivamente, es un momento crítico, en donde no vale la pena ponerse nerviosos, sino sentarse y orientarse, ponerse de acuerdo y no empezar cada uno a tirar por un sitio, porque no llegaríamos a ninguna parte.

El papa Francisco, el día 5, ante más de 80.000 personas en la plaza de S. Pedro, celebrando la Jornada Mundial del Medio Ambiente, denunciaba abiertamente que hemos cometido un gran fallo: nos hemos puesto en manos del mundo del dinero, creyendo que era como el GPS más actual que nos lleva a la libertad y nos hemos echado en brazos de un sistema económico carente de ética que no duda en “sacrificar hombres y mujeres a los ídolos del beneficio y del consumo” y la misma naturaleza se está destruyendo junto con las relaciones humanas en aras de la economía”. 

Frente a este disloque, el Papa invitaba a tomar una postura de cuidar la naturaleza y acabar con la destrucción que se está dando de alimentos en beneficio de las grandes multinacionales.

Palabra de Dios

Lectura del 2º Libro de Samuel 12, 7-10. 13 

En aquellos días, Natán dijo a David: "Así dice el Señor, Dios de Israel: ‘Yo te ungí rey de Israel, te libré de las manos de Saúl, te entregué la casa de tu señor, puse sus mujeres en tus brazos, te entregué la casa de Israel y la de Judá, y, por si fuera poco, pienso darte otro tanto. ¿Por qué has despreciado tú la palabra del Señor, haciendo lo que a él le parece mal? Mataste a espada a Urías, el hitita, y te quedaste con su mujer. Pues bien, la espada no se apartará nunca de tu casa; por haberme despreciado, quedándote con la mujer de Urías.’" David respondió a Natán: "¡He pecado contra el Señor!" 

Natán le dijo: "El Señor ha perdonado ya tu pecado, no morirás." 

Lectura de la carta a los Gálatas 2, 16. 19-21 

Hermanos: Sabemos que el hombre no se justifica por cumplir la Ley, sino por creer en Cristo Jesús. 

Por eso, hemos creído en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe de Cristo y no por cumplir la Ley. Porque el hombre no se justifica por cumplir la Ley. 

Para la Ley yo estoy muerto, porque la Ley me ha dado muerte; pero así vivo para Dios. Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí. 

Yo no anulo la gracia de Dios pero, si la justificación fuera efecto de la Ley, la muerte de Cristo sería inútil. 

Lectura del evangelio de S. Lucas 7, 36-8, 3 

En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: "Si este fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora." 

Jesús tomó la palabra y le dijo: "Simón, tengo algo que decirte." Él respondió: "Dímelo, maestro." Jesús le dijo: "Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?" Simón contesto: "Supongo que aquel a quien le perdonó más." Jesús le dijo: "Has juzgado rectamente." Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: "¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama." 

Y a ella le dijo: "Tus pecados están perdonados." Los demás convidados empezaron a decir entre sí: "¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?" 

Pero Jesús dijo a la mujer: "Tu fe te ha salvado, vete en paz." Después de esto iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.

Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 77

El sacrificio del hijo único (c)

Christian (Cristiano o seguidor de Cristo): Por fin llegásteis a la cima del monte...

Abraham: Por favor, no sigas porque se me encoge el corazón y se me conmueven las entrañas.

Christian: Perdona, amigo Abraham, Te he preguntado porque ya sé el desenlace. Tu hijo está vivo y sólo quiero saber, por el ejemplo que me das con tu fe firme y tu esperanza inquebrantable.

Abraham: En primer lugar te diré que la fe es un don de Dios, aunque es verdad que he pasado a la historia como el padre de los creyentes. Te contaré, amigo Christian: mandé a los criados que se quedaran y nos esperaran y los dos empezamos a subir hacia la cima del monte. Cuando llegamos construí el altar, puse la leña, luego até a Isaac, mi hijo y lo puse sobre la leña, 

Christian: Perdona, ¿y qué hizo tu hijo?

Abraham: No sé si por miedo o porque pensó que Dios lo pedía, lo cierto es que mi hijo estaba, en profundo silencio y callaba.

Christian: Recuerdo ahora que también Jesús callaba durante la pasión. No en vano Juan Bautista lo presentó como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dios es quien preparó un cordero para el holodauto, un Cordero inmolado desde el principio del mundo, pero, por favor, sigue con tu historia.

Abraham: Pues mira: cuando tenía la mano armada con el cuchillo levantada para matar a mi querido hijo, y el fuego preparado para encender la leña, me llamó el Angel de Yahveh desde los cielos diciendo: ¡Abraham, Abraham!» Yo le dije: «Heme aquí.»

Christian: Amigo Abraham: y sigues todavía con la expresión de inquebrantable obediencia: «Heme aquí.» ¿Y qué te dijo el ángel?

Abraham: Recibí la mayor alegría cuando el ángel me dijo: «No alargues tu mano contra el niño, ni le hagas nada, que ahora ya sé que tú eres temeroso de Dios, ya que no me has negado tu hijo, tu único hijo». Levanté los ojos y vi un carnero trabado en un zarzal por los cuernos. Tomé el carnero y lo sacrifiqué en holocausto en lugar de mi hijo. 

Christian: Seguiremos el próximo día.

El comercio honesto

Aseguraban nuestros mayores que “nadie da duros a cuatro pesetas”, un dicho o refrán que, como tantos otros, está cargado de sabiduría popular. 

El precio de un artículo tiene que cubrir el coste de unas buenas materias primas, unos salarios dignos, los gastos de gestión propios de una empresa que trabaja legalmente, más un margen razonable de beneficios. 

Lo anormalmente barato es sinónimo de trabajo en esclavitud, fraude o baja calidad. 

Y hay otro caso, muy generalizado: en prendas muy caras, comercializadas en tiendas importantes, figura en la etiqueta el dato “fabricado en (un país pobre donde se pagan sueldos miserables y las muertes por falta de seguridad son muchas)”. Significa que en nuestro país se pierden puestos de trabajo, mientras que el ahorro en “salario” de allí, no sirve para abaratar el artículo sino para engordar aún más las suculentas ganancias. 

Nosotros entendemos que ni lo uno ni lo otro es honesto, aunque sea legal. Por eso creemos que hay que pensar bien lo que adquirimos y dónde.

Aire joven

Nos acercamos al fin de curso. Y este año también hemos disfrutado de la presencia y la colaboración activa de un grupo de jóvenes que han traído una bocanada de aire fresco a nuestras Eucaristías, aportando sus dones a la comunidad como buenos cristianos. Han protagonizado lecturas, peticiones, ofrendas y cantos, y, cada uno en lo suyo, lo han hecho muy bien. Por eso queremos felicitarlos y animarlos para que nos sigan proporcionando muchas alegrías.

Ahora llegan las vacaciones y se acaban las clases, pero no se interrumpe la vida. La Eucaristía es parte de la vida de los cristianos, y una parte tan importante que no se puede dejar a un lado durante el verano. Por eso, salvo el periodo de ausencia por viajes o desplazamientos a otros lugares, nos gustaría seguir compartiendo con nuestros jóvenes la fiesta del Señor, cada domingo.

Feliz semana

Felicitamos a los jóvenes que se han confirmado este año, pero les recordamos que no han hecho otra cosa que definirse pública y solemnemente a favor de JESUCRISTO. Esperamos coherencia.