HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ
DE LINARES
DOM. 12 de t.o C
23-JUNIO- 2013
Año V- Nº 229
Editorial
“CON LAMENTOS NO ARREGLAMOS NADA”
Llevamos mucho tiempo en la onda del “usar y tirar”, de tal forma que un ciudadano europeo produce 200 veces más basura que uno del tercer mundo y cada ciudadano consume al día tres veces más agua que una familia africana en una semana. Esto es debido a que la cultura del dinero exige consumir sin límites, para producir y ganar sin límites. Para el sistema, el ser humano no es más que una máquina que consume y produce. Cuando esto falla, se le quita de en medio, pues su dimensión de persona no pinta para nada.
El Papa nos decía a este respecto: “Así, hombres y mujeres son sacrificados a los ídolos del beneficio y del consumo. Es la cultura del desecho, del descarte. Si se rompe un ordenador es una tragedia, pero la pobreza, los necesitados, los dramas de tantas personas acaban por entrar en la normalidad”
Y esto es lo más triste y grave que nos puede ocurrir: que un teléfono móvil, que un ordenador, que un coche… sean más importantes que una persona; que haya subvenciones para comprarse coches y ordenadores y se justifiquen. En cambio, no hay ni se puede justificar una ayuda para pagar una operación de una persona o para atender a un anciano que se encuentra solo.
A esto hemos llegado, pero no porque falten medios, que los hay de sobra, sino porque se ha encallecido la conciencia de los seres humanos que han sido invadidos por la misma avaricia del sistema y no se han visto hartos de robar y extorsionar. No se trata, pues, de una falta de recursos, sino de conciencia, de ética, de dignidad y de “humanidad”.
¿Qué hacer ante esto? No queda más remedio que emprender una regeneración desde la misma base, no permitiéndonos el más mínimo desvío y, a partir de ahí, tampoco permitírselo a los políticos y dirigentes, castigándolos por burlarse del pueblo, mentirle y negar la evidencia. Es descarado y vergonzoso el espectáculo que nos tienen montado.
Palabra de Dios
Lectura del libro de Zacarías 12, 10-11; 13, 1
Así dice el Señor: "Derramaré sobre la dinastía de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de clemencia.
Me mirarán a mí, a quien traspasaron, harán llanto como llanto por el hijo Único, y llorarán como se llora al primogénito.
Aquel día, será grande el luto en Jerusalén, como el luto de Hadad-Rimón en el valle de Meguido."
Aquel día, se alumbrará un manantial, a la dinastía de David y a los habitantes de Jerusalén, contra pecados e impurezas.
Lectura de la Carta de San Pablo a los Gálatas 3, 26-29
Hermanos: Todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo os habéis revestido de Cristo.
Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos sois uno en Cristo Jesús.
Y, si sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán y herederos de la promesa.
Lectura del Evangelio de San Mateo, 9, 18-24
Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?"
Ellos contestaron: "Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas."
Él les preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?"
Pedro tomó la palabra y dijo: "El Mesías de Dios."
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: "El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día."
Y, dirigiéndose a todos, dijo: "El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará."
Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 78
El sacrificio del hijo único (d)
Christian (Cristiano o seguidor de Cristo). Ni que decir tiene, mi entrañable amigo Abraham, que saltarías de alegría, al ver que tu hijo unigénito había sido salvado por Dios.
Abraham: Ya puedes figurarte. Abracé a mi hijo y él se abrazó a mí y los dos contemplamos extáticos, viendo cómo el cordero se iba consumiendo, y juntos dimos gracias a Dios. Para no olvidar aquel trance yo puse a aquel lugar «Yahveh provee», de donde se dice hoy en día: «En el monte "Yahveh provee"»
Christian. Hace tiempo que leí un comentario a este texto y hablaba del “grito de alegría de Dios” al ver vuestros saltos de júbilo. Yo creo que, en realidad, lo que Dios quería es rechazar los sacrificios humanos, tan corrientes en otras religiones colindantes.
Abraham: Pues sí, y por eso me llamó otra vez desde los cielos, el ángel de Yahve y me dijo:
«Por mí mismo juro, oráculo de Yahveh, que por haber hecho esto, por no haberme negado tu hijo, tu único hijo, yo te colmaré de bendiciones y acrecentaré muchísimo tu descen-dencia como las estrellas del cielo y como las arenas de la playa, y se adueñará tu descendencia de la puerta de sus enemigos.
Christian: Veo, amigo Abraham que, después de la prueba, vuelve a aparecer el Dios siempre fiel.
Abraham: Es verdad, pues Dios me dijo que su bendición pasará a todas las generaciones por mi descendencia. Y esto en pago de haberle obedecido.
Christian: Yo también me alegro de que haya respirado tu alma; porque has respirado el puro amor, la fe total; la esperanza contra toda esperanza. Perdona si te digo que has subido a la cima de la verdadera religión, de la obediencia religiosa, del abandono. Dios ha salvado a tu hijo, pero también es verdad que Isaac ha renacido por tu fe.
Abraham: Todo es don de Dios. No lo entendemos muchas veces. La fe no es la evidencia: es entrar en el misterio de Dios, pero sin comprenderlo; nuestra inteligencia es muy pequeña para meter en ella a Dios, como si se tratara de una idea o de una cosa. Dios es para nosotros un misterio, que llegaremos a comprender cuando “Él sea todo en Todos”.
Ve y lo cuentas
Hacemos frente al espectáculo vergonzoso de los dirigentes con el que nos hacen desayunar, almorzar y cenar cada día porque no encontramos otras cosas en los medios de comunicación. Los mismos medios parece que optaron por no buscar otra cosa que dé ánimos a la población, más que desparramar basura, de forma que lleguemos a sospechar todos de todos y a no fiarnos nadie de nadie.
En medio de esta situación, nos encontramos con gente que es capaz de romper el cerco y hacer gestos tan lindos como las cofradías de un pueblo (X): como gesto de la fe que confiesan públicamente, esta vez salieron en procesión, no con una imagen, sino todos los componentes, de una forma festiva, acompañados de sus bandas de música, repartiéndose cada cofradía un sector del pueblo, para decir a todos que estamos juntos, que nadie podrá con nosotros, aunque nos quieran convencer de que estamos solos y acosados; realizaron una fiesta solidaria como hermanos que comparten la misma fe. Me contaron que recogieron alrededor de 6.000 kg de comida que depositaron en su Cáritas parroquial, con lo que han dado un respiro para un poco de tiempo a todos los que se encuentran sin medios para poder salir adelante.
Gestos para llorar
Pero lo mismo que es para alegrarnos del gesto que hemos expuesto, es para echarnos a llorar lo estamos viendo: gente que opta por vivir de rodillas y que no está dispuesta a mover un dedo exigiendo siempre que se lo den todo hecho y resuelto. Atender a esta gente no es CARIDAD, sino fomentar el hundimiento moral.
Estamos viendo cómo han robado el comedor de Caritas cinco o seis veces y los que están disfrutando de él no son capaces de hacer una piña y defenderse impidiendo que esto se haga y sacando al ladrón. ¿Qué esperan, que sea la policía la que lo averigüe? Y mientras tanto exigen que les den la comida.
Algo parecido ha ocurrido en nuestra casa de acogida.
No hay cosa más triste y lamentable que un esclavo que opta por vivir de rodillas y no está dispuesto a mover un dedo para levantarse, ese es el último escalón que baja una persona en su degradación.