La Cabria, nº 218


HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ 

DE LINARES 
DOM. 2º de Pascua-C 
7-abril 2013 Año V- Nº 218

Editorial

Expectativas ante el nuevo pontificado

Mucho se está hablando y escribiendo en torno a nuestro nuevo Papa. Afortunadamente, para variar, casi todo son alabanzas ante gestos que se interpretan desde la sencillez, la austeridad y nueva vuelta de tuerca en la opción preferencial por los pobres. 

Pero más allá de los gestos más externos, todos sentimos la curiosidad de saber cuál es la dirección hacia la que quiere dirigir el Papa su acción en el pontificado. En este sentido, muchos hablan del Documento de Aparecida, aprobado en 2007 por la Conferencia General del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM) para promover la evangelización las Iglesias de América Latina, como un documento clave para entender su forma de actuar. Él mismo participó en su elaboración, que fue celebrada por el entonces Papa Benedicto XVI con el deseo de que fuera“luz y aliento para una fecunda labor pastoral y evangelizadora en los años venideros”. 

En ese Documento de Aparecida (es fácil de encontrar en Internet) destacan de forma clara objetivos como la búsqueda de la justicia, la lucha contra la pobreza, la doctrina social y la paz, por encima incluso de temas estrictamente doctrinales. El concepto de “conversión pastoral” permanece, pero junto con una opción por los más pobres sin el recurso fácil a la lucha de clases o al consuelo espiritual.

En cualquier caso, el camino del nuevo Papa no va a estar exento de dificultades. Algunos parecen estar más a gusto en el inmovilismo, anclados en una mal entendida tradición. Sirvan de ejemplo las críticas que ha recibido por lavarle los pies a una mujer musulmana el Jueves Santo: dicen que “el relativismo se nos mete en casa”. Increíble. A este respecto, el portavoz del Vaticano tuvo que puntualizar que “el rito era para una pequeña comunidad compuesta también de mujeres, una situación específica en la que excluir a las chicas habría sido inoportuno a la luz de la simple intención de comunicar un mensaje de amor a todos en un grupo que ciertamente no incluía refinados expertos en normas litúrgicas.”

Palabra de Dios

Lectura de los Hechos de los Apóstoles. 5,12 16. 

Los apóstoles hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Los fieles se reunían de común acuerdo en el pórtico de Salomón; los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente se hacía lenguas de ellos; más aún, crecía el número de los creyentes, hombres y mujeres, que se adherían al Señor. La gente sacaba los enfermos a la calle, y los ponía en catres y camillas, para que al pasar Pedro, su sombra por lo menos cayera sobre alguno. Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén llevando enfermos y poseídos de espíritu inmundo, y todos se curaban. 

Lectura del libro del Apocalipsis 1,9-11a.12-13.17-19. 

Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la esperanza en Jesús estaba desterrado en la isla de Palmos, por haber predicado la palabra de Dios y haber dado testimonio de Jesús. Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente, como una trompeta, que decía: -Lo que veas escríbelo en un libro, y envíaselo a las siete iglesias de Asia. Me volví a ver quién me hablaba, y al volverme vi siete lámparas de oro, y en medio de ellas una figura humana, vestida de larga túnica con un cinturón de oro a la altura del pecho. Al verla, caí a sus pies como muerto. El puso la mano derecha sobre mí y dijo:-No temas: Yo soy el primero y el último, yo soy el que vive. Estaba muerto, y ya ves, vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la Muerte y del Infierno. Escribe, pues, lo que veas: lo que está sucediendo y lo que ha de suceder más tarde. 

Lectura del santo Evangelio según San Juan. 20,19-31 

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: -Paz a vosotros. Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:-Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: -Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidas. Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: -Hemos visto al Señor. Pero él les contestó: -Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo. A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: -Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: -Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Contestó Tomás: -¡Señor mío y Dios mío! Jesús le dijo: -¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto. Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su Nombre.

Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 67

En el encinar de Mambré. (c). La risa de Abraham y de Sara. Gn. 17,16-22. (Gn. 18,9-15) 

Christian (Cristiano o seguidor de Cristo): Teniendo delante el texto bíblico, veo que ahora son los huéspedes los que toman la iniciativa en el diálogo, pero antes quiero recordarte, amigo Abraham, el pasaje en que también tú te reíste ante la promesa que Dios te hizo de darte un hijo de Sara. 

Abraham: Es verdad y, por mucho que los creyentes han intentado dar a mi risa un sentido de acatamiento, no puedo negar que, tanto mi risa como la de Sara rezumaban dudas. Esto fue lo que Dios me dijo: “Sara, tu mujer, te dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Isaac”. Y es que yo pensaba: ¿A un hombre de cien años va a nacerle un hijo?, ¿y Sara, a sus noventa años, va a dar a luz?» Gn. 17,19. 

Christian: Aunque sabemos que Dios lo puede todo, la fe incluye también oscuridad y fatiga. Recuerdo que también la virgen María preguntó al ángel: “cómo puede ser esto si yo no conozco varón?”. Retomemos ahora lo que decía al principio. Dejemos hablar a los huéspedes. 

Abraham: Me parece muy bien. Preguntaron por mi mujer, Sara, y uno de ellos prosiguió: "Dentro de un año volveré. Para entonces, tu mujer, Sara, habrá tenido un hijo". Seguro que Sara estaría mirando y escuchando por las rendijas de la tienda y, al oír lo que decían, se echó a reír, pensando para sí: "¿Después de haber envejecido he de conocer el placer, siendo también mi marido viejo?". 

Christian: Tengo curiosidad por saber cual fue vuestra reacción cuando pasó un año y qué significa el nombre “Isaac”. 

Abraham: Como Dios había prometido, Sara concibió y dio un hijo en mi vejez, y le puse por nombre Isaac, que significa “que Dios sonría”.Gn.21,2. Y dijo Sara: «Dios me ha dado de qué reír; todo el que lo oiga se reirá conmigo.» 

Christian: Nos quedan algunas reflexiones interesantes, pero tenemos que dejarlas para el próximo día.

Ve y lo cuentas

Quizá por su coincidencia con el Domingo de Ramos (24 de marzo), este año ha pasado algo más desapercibido el aniversario del asesinato de Monseñor Óscar Romero. Para muchos de nosotros, se trata de una figura central de la Iglesia moderna, y creemos que merece la pena conocerlo y recordarlo. 

Óscar Arnulfo Romero y Galdámez fue un sacerdote católico salvadoreño y el cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador (1977-1980). Se volvió célebre por su predicación en defensa de los derechos humanos y murió asesinado en el ejercicio de su ministerio pastoral. 

Como arzobispo, denunció en sus homilías dominicales numerosas violaciones de los derechos humanos y manifestó públicamente su solidaridad hacia las víctimas de la violencia política. Fue asesinado por paramilitares el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba la misa.

Lo que no vende

No podemos pasar por alto la situación de profunda crisis por la que pasa nuestro país. Por eso queremos hacernos eco de la publicación del Informe Foessa que anualmente se edita por iniciativa de Cáritas Española. Valorando dicho informe, el secretario general de Cáritas Española, Sebastián Mora, hablaba de “una pobreza más extensa, intensa y crónica”. Los datos de 2013 indican que ese proceso de empobrecimiento se ha profundizado en extensión e intensidad. Sin embargo, el hecho más destacado es “el incremento severo de la desigualdad social que nos muestra una sociedad fracturada. […] La fractura social se ha instalado entre nosotros y con el tiempo cada vez será más difícil que las personas empobrecidas puedan salir de la exclusión”.

En esta semana

Cristo ha resucitado y nos invita a buscarlo, pero es necesario que vayamos a la fuente y no nos quedemos en las estructuras que hemos montado, en las posiciones que hemos tomado construidas a nuestra medida y no a la de Él.