HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ
DE LINARES
PENTECOSTÉS B
27-MAYO-2012 Año IV- Nº 182
Editorial
EN MAYO, COMUNIONES.
Un año más, cada domingo del mes de mayo, contamos con un ramillete de niños inmaculados que adornan el presbiterio en torno al Altar, para ocupar por primera vez un sitio en la Mesa del Señor.
Y de nuevo, una pregunta merodea en la mente de los catequistas… ¿Volverán? ¿Habrá servido para algo el tiempo dedicado a su preparación? Porque todos acariciamos la secreta esperanza de verlos continuar el camino que han iniciado. Pero, lamentablemente, cada curso se viene repitiendo que, después de la celebración de su Primera Comunión, una gran mayoría desaparece de nuestro entorno y no persevera en su formación cristiana. Y nos queda la impresión de que, en lugar de acercarlos a Jesús, hemos sido un simple instrumento necesario para celebrar una fiesta familiar.
Y es que las condiciones tampoco son favorables: la falta de apoyo y motivación por parte de la familia, la relajación de la disciplina y la carencia de una cultura del esfuerzo, por una parte, y las actitudes antirreligiosas fomentadas en la sociedad, por otra, hacen que cada vez sea más dificultosa la tarea.
Por eso, actualmente, tenemos que contentarnos con hacer sencillamente lo que sea posible, sin más pretensiones, y dejar en manos de Dios los frutos de ese pequeño servicio prestado a nuestra comunidad. Al fin y al cabo es lo único que se nos pide: Dar testimonio de nuestra experiencia de fe y transmitir la Buena Noticia que nos anunció Jesús, de parte de Dios. Ojalá que, los próximos domingos, nos encontremos con un gran grupo de niños dispuestos a continuar ocupando su sitio en la Eucaristía de cada domingo, y que, a la vuelta del verano, decidan completar su bautismo preparándose para la Confirmación.
Palabra de Dios
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 2, 1‑11
Todos los discípulos estaban juntos el día de Pentecostés. De repente un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería.
Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos preguntaban: ¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿como es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa?
Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua.
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12, 3b‑7. 12‑13
Hermanos:
Nadie puede decir “Jesús es Señor”, si no es bajo la acción del Espíritu Santo.
Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de servicios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
Lectura del santo Evangelio según San Juan 20, 19‑23.
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. En esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: “Paz a vosotros”.Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: “Paz a vosotros”. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 33
Caín y Abel (g)
P: Quedamos el domingo pasado de tratar hoy sobre el juicio que la Biblia sostiene sobre las ciencias, las artes y las técnicas, según aparece cuando trata de Caín y sus descendientes. ¿Cómo es que las tiene como que llevan una marca contaminada?R: Se ve claro cómo el autor quiere polemizar aquí contra la cultura circundante, hostil al mundo nómada, al que Israel se sentía vinculado. Las grandes ciudades mesopotámicas y cananeas eran consideradas como nidos de corrupción y de falsa religiosidad.
P: Yo creo que, de hecho, la ciencia nos lleva a conocer, en profundidad, toda la creación.
R: Eso es verdad, y ahí aparece el hombre “dominando”, como Dios le dijo, todo cuando había hecho. Lo que pasa es que, tanto la ciencia, el arte, la cultura, la civilización del bienestar, no siempre se utilizan para fomentar la vida, sino todo lo contrario.
R: Claro, pensemos en la contaminación atmosférica, en la cantidad de animales y plantas que el hombre está haciendo desaparecer, en la utilización, para la guerra, de la energía atómica, en la ciencia aplicada en el campo de la genética, etc., etc. Supongo que a esto apuntará esa oposición que marca la Biblia, al tratar de Caín y su descendencia, entre la vida en las ciudades y la vida nómada.
R: Así es. En definitiva, la Biblia nos ayuda a recordar que la ciencia es un instrumento extraordinario, pero que se la debe usar con corazón limpio. Cuando el hombre se endiosa con la ciencia trata de suplantar a Dios y olvidarse del hermano.
P: Y ¿qué me dices de lo que se viene llamando "el estado de bienestar"?
R: Si es para todos, vale, pero si se tiene todo mientras que un sector grande la de sociedad vive en la miseria, será preciso esforzarse para construir un mundo más justo y más humano.
Quien lo tiene todo, el que está ahíto de cosas no sabe ya esperar ni amar.
P: Y sin embargo, en un mundo donde constantemente se enfrentan el mal y el bien, necesitamos vivir con esperanza. Es posible que el hombre vuelva a “cuidar y guardar” el jardín del mundo con su cultura, su ciencia y su técnica, haciendo historia de los deseos de Isaías: “forjarán azadones con sus espadas y hoces con sus lanzas. No alzará la espada nación contra nación ni se adiestrarán más en el arte de la guerra”. (Is. 2,4)
Ve y lo cuentas
Manuel García Morente.
"¿Y qué me había sucedido? Pues que la distancia entre mi pobre humanidad y ese Dios teórico de la filosofía me había resultado infranqueable. Demasiado lejos, demasiado ajeno, demasiado abstracto, demasiado geométrico e inhumano. Pero Cristo, pero Dios hecho hombre, Cristo sufriendo como yo, más que yo, muchísimo más que yo, a ése si que le entiendo y ése sí que me entiende, a ése sí que puedo entregarle fielmente mi voluntad entera, tras de la vida. Y puesto de rodillas empecé a balbucir el Padrenuestro. Y ¡horror!, ¡se me había olvidado!. Seguí de rodillas, rezando como podía. Recordé cómo mi madre me había enseñado a rezar, reconstruí el Padrenuestro, y el Avemaría... y de ahí no pude pasar. No importaba demasiado; lo cierto era que una inmensa paz se había adueñado de mi alma. Me sentía otro hombre, el "hombre nuevo" del que hablaba San Pablo.
Miré por la ventana: y vi lo de siempre, Montmartre. Pero los ojos eran nuevos, y vi un significado que no había aparecido antes, el Monte de los Mártires. Vi los mártires, que aceptaban libremente el supremo sacrificio.
Jesús de Nazaret estaba conmigo. Allí estaba él. Yo no lo veía, yo no lo oía, yo no lo tocaba. Pero Él estaba allí. (...) Y no podía caberme la menor duda de que era Él, puesto que le percibía, ¿Cómo es esto posible? Yo no lo sé".
En mayo de 1938 volvió a España, junto a su familia, con la intención de realizar los estudios preliminares al sacerdocio. Fue ordenado sacerdote en 1940.
En Manuel García Morente. El hecho extraordinario.
Lo que no vende
¿CRISTIANOS OCASIONALES?
A veces, ya sea por ignorancia, por simple distracción o, lo que es peor, por una grave falta de respeto hacia nuestras creencias y nuestro templo, los que celebramos nuestra fe con devoción y sentido, tenemos que tragar saliva y contar hasta… para evitar una respuesta adecuada a las actitudes de esas personas que convierten nuestra casa en un mentidero donde se habla de todo, sin medir el tono ni las formas, y sin importarles para nada dónde están ni lo que se está celebrando. Ni participan, ni dejan. Porque distraen y dificultan la escucha.
Es triste que por estos asistentes, que evidentemente no son cristianos y que aparecen sólo en determinados acontecimientos (bautizos, entierros, bodas y primeras comuniones), muchos fieles habituales se vayan a otras parroquias en el mes de mayo para poder participar dignamente en la Eucaristía. Porque, aunque no venda, ¿qué menos podemos pedir en la iglesia que educación, respeto y saber estar?
En esta semana
- Saludamos a todos los niños que van a hacer la 1ª comunión y les damos la bienvenida a la MESA DEL SEÑOR.
- Recordamos también que tenemos un cuadro de PILAR URTIAGA que nos regaló para seguir adelante con nuestra parroquia; a ella queremos también darle las gracias por su aporte y su generosidad.