La Cabria, nº 180


HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ
DE LINARES
6º DOM. PASCUA-B
13-MAYO-2012

Año -IV- Nº 180



Editorial

Es imposible que nadie se haya enterado de que España tiene un problema muy serio de recortes ligado a la necesidad de reducir su déficit. Lo que no estamos seguros de que todos conozcamos es cómo funciona eso del déficit y la deuda.

Resulta que la mayor parte de la deuda y sus intereses se pagan a bancos privados. El BCE (Banco Central Europeo), pagado con nuestros impuestos, presta a los bancos al 1% de interés; éstos, a su vez, prestan ese dinero entre el 6% y el 10% a los estados como España; o sea, que por la simple intermediación, sin poner un euro propio ni mover un dedo, se quedan con unos beneficios que, si le echáramos cuentas, veríamos que superan la cifra total de los recortes que estamos sufriendo.

Quiere decir que si, en vez de darlo a los bancos, el BCE prestara el dinero directamente a los estados sin intereses (al fin y al cabo es dinero de los propios ciudadanos), no habría que realizar recorte alguno. Y, ¿por qué no se hace? Pues porque el Tratado Europeo, en sus estatutos, prohíbe específicamente al BCE prestar dinero a los estados. Algunos creemos que en esta decisión algo tuvieron que ver estos poderes financieros que se están enriqueciendo con nuestros recortes.

A nosotros, estos hechos nos recuerdan aquellos que hicieron indignarse al mismo Jesucristo. Veamos: los impuestos de los ciudadanos equivalen a los diezmos y tributos de los judíos (entrega de animales); el poder financiero de hoy sería la autoridad del templo de entonces; el dinero que necesitan los estados para mantener los servicios lo tienen que pagar al precio que mandan los mercados, y entonces, los animales necesarios para el sacrificio los tenían que pagar igualmente al precio que marcaban las autoridades religiosas. Así que, en ambos casos, los ciudadanos pagan dos veces como mínimo: primero, en concepto de impuestos o tributos y luego, al recuperar lo que necesitan.

Además, al restarle recursos a los estados, merman la calidad de los servicios públicos esenciales, por lo que en casos necesarios (la salud, por ejemplo) habrá que añadir una nueva carga que se nos está imponiendo paulatinamente: los servicios privados.
En nuestra reacción ante esta situación quizá deberíamos recordar precisamente la de Jesús ante los mercaderes del Templo.

Palabra de Dios

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10, 25‑26. 34‑35. 44‑48

Cuando iba a entrar Pedro, salió Cornelio a su encuentro y se echó a sus pies a modo de homenaje, pero Pedro lo alzó, diciendo: Levántate, que soy un hombre como tú. Pedro tomó la palabra y dijo: Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea.+

Todavía estaba hablando Pedro, cuando cayó el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban sus palabras. Al oírlos hablar en lenguas extrañas y proclamar la grandeza de Dios, los creyentes circuncisos, que habían venido con Pedro, se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se derramara también sobre los gentiles. Pedro añadió: ¿Se puede negar el agua del bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros? Y mandó bautizarlos en el nombre de Jesucristo. Le rogaron que se quedara unos días con ellos.

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 4, 7‑10

Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como victima de propiciación por nuestros pecados.

Lectura del Sto evangelio: Juan 15, 9‑17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.+

Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 32

Caín y Abel (e)

P: Te recuerdo los dos aspectos que me gustaría tratar: la soledad del pecador y el comportamiento de Dios con una sociedad donde existe el pecado.

R: Primero vamos a tratar de la soledad del pecador y nos puede ayudar el recuerdo de cómo Adán y Eva se escondieron después del pecado, y fue preciso que Dios los buscara. Algo parecido hace Caín. Y es que el pecador, en este caso fratricida, rehúye la presencia de Dios, tratando de sustraerse de au mirada.

P: ¿Y no es verdad que Caín queda excluido también del trato con los demás?

R: Llevas toda la razón del mundo. No hay nada más que fijarse en lo que Dios le dijo: “maldito seas, lejos de este suelo, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. Aunque labres el suelo, no te dará más su fruto. Vagabundo y errante serás en la tierra".

Encontramos en el texto dos palabras que entrañan la exclusión de la comunión fraterna.

P: ¿Quieres decirme y explicarme cuáles son?.

R: Para eso estoy, amigo. Las dos palabras, los dos términos que se nos pueden quedar inadvertidos son: “vagabundo” y “errante”.

Con el término “vagabundo”, se indica “un moverse de acá para allá, un andar sin rumbo y la pérdida del sentido de la vida. Son acertadísimas y llenas de realismo las palabras del Salmo 56,9: “solo Dios lleva las cuentas de nuestro peregrinar”.

P: ¿Y qué significa andar errante? Me interesan mucho estos detalles porque pueden enseñarnos a leer los pasajes bíblicos sosegadamente y en constante búsqueda.

R: Bien dicho. La palabra errante significa “un caminar a tientas, como los ciegos, pero, además quien ha roto, con el homicidio, las relaciones humanas, se convierte en un ser solitario, perseguido, errante, sin amigos, u errabundo sin tregua.

P: La soledad. Mientras me has explicado esos dos términos, estaba pensando en la soledad. Esa situación oscura torturante y dolorosa en la que vive tanta gente, aunque estén físicamente rodeados de una muchedumbre. ¿No es verdad que también sobre el justo puede ensañarse la desdicha de la soledad, del aislamiento?

R: Puedes verificarlo al ver lo que los discípulos hicieron con Jesús durante la Pasión. Se durmieron, lo abandonaron, Pedro lo negó. La negra oscuridad de la soledad hundió sus tentáculos en el corazón de Cristo. Hasta se vio abandonado por su Padre.

P: Creo que todavía hay algún cabo suelto. ¿Seguiremos el próximo día?

R: Es verdad: nos quedan otra cuestión: Dios no abandona a Caín, sino que se compromete a evitar que se cumpla la ley de la venganza, tan corriente en todos los tiempos.

Ve y lo cuentas

En este apartado de los científicos creyentes, no he querido silenciar el testimonio de un paisano nuestro: el insigne filósofo Manuel García Morente -(Arjonilla, Jaén, 22 de abril de 1886 -Madrid, 7 de diciembre de 1942) Fue un filósofo de cuño original, y gracias a su magisterio oral y escrito se iniciaron en la filosofía multitud de promociones universitarias. Cuando solo tenía 9 años murió su madre y, desde entonces, se declaró ateo hasta los últimos años de su vida

Cursó el bachillerato en Bayona y obtuvo el diploma de licenciado en Letras en la Universidad de Burdeos (1905). En 1912 obtiene la cátedra de Ética de la Universidad de Madrid.. Fue miembro de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Cuando estalló la guerra en España en julio de 1936, era Decano de la Universidad de Madrid y, aunque aparentemente, no era una persona con un perfil que diera motivos para temer nada de la República española y, además era conocido públicamente como ateo, fue destituido de su cargo y de la Cátedra.

”El 28 de agosto de 1936 recibí la noticia del fallecimiento de mi yerno. Yo comprendí enseguida que había sido asesinado. Caí desvanecido al suelo. Me encontraba en la Universidad para realizar el acto de entrega del Decanato, a mi sucesor, el señor Besteiro, por cuya influencia mi familia pudo trasladarse de Toledo a Madrid y más tarde a Barcelona. El 26 de septiembre del 1936, recibí el aviso confidencialísimo de que urgía me ausentara de casa, y, si fuera posible, de España, pues se había acordado, por ciertos elementos descontentos de mi gestión en el decanato de la Facultad de Filosofía y Letras, darme la muerte, como era usual entonces".

Marché a Paris, donde tuvo lugar el hecho extraordinario que marcó mi vida. Lo veremos el próximo día.

Lo que no vende

“Apenas hay una señal más eficaz para medir la verdadera estatura democrática de una nación moderna que el comportamiento que muestra para con los inmigrados” (Juan Pablo II, Homilía en Guadalupe, España, 1982). Pues hete aquí que entre las primeras medidas de recorte de nuestro gobierno está la de que desde el próximo 1 de septiembre, a las personas inmigrantes que no tienen regularizada su situación administrativa, se les negará la tarjeta sanitaria y, por tanto, la atención sanitaria que puedan necesitar (con excepción de las urgencias y la atención a menores de edad y mujeres embarazadas). Eso simplemente es una injusticia y una inmoralidad que niega un principio básico de humanidad en el que ha insistido la Doctrina Social de la Iglesia: “Todo emigrante goza de derechos fundamentales inalienables que deben ser respetados en cualquier situación” (Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes, “Ergamigrantes caritas Christi”, n. 5). Los obispos españoles han concretado este principio diciendo: “Para la Iglesia, el emigrante, independientemente de la situación legal, económica, laboral, en que se halle, es una persona con la misma dignidad y derechos fundamentales que los demás, es un hijo de Dios (…) El inmigrante no es “una fuerza de trabajo”, sino una persona. Con esto está dicho todo lo que a dignidad humana y derechos fundamentales se refiere” (Conferencia Episcopal Española, “La Iglesia en España y los Inmigrantes”, n. 5). Más claro, el agua.

En esta semana

  • Día 10- 4 pm. Confesiones de los niños.
  • Día 11- 4 pm. Preparación de la Eucaristía.
  • Desde nuestra Cabria queremos felicitar al grupo de niños que hacen su primera comunión, pero de una forma especial queremos felicitar esta semana al grupo de jóvenes que se han confirmado. Queremos decirles que tienen su puesto preparado, esperando.