La Cabria, nº 178


HOJA PARROQUIAL DE SAN JOSÉ 
DE LINARES
 4º DOM. PASCUA B 
29-ABRIL.-2012 
Año -III- Nº 178 

Editorial

EL BÁLSAMO DE LA CARIDAD

Que la vida no es la panacea que nos habíamos llegado a creer pocos años atrás, instalados en la ilusión de que todo era fácil y que habíamos emprendido el camino de la prosperidad sin vuelta, es una dura lección que hemos aprendido con la actual crisis. 

A muchas familias se les ha venido abajo cuanto habían emprendido. Se han visto despojados del trabajo, de su casa, de la paz y de la alegría. Han quedado sumergidos en un pozo de impotencia y desesperanza, y reducidos a una mera supervivencia llena de interrogantes en la que no caben los sueños. Y no se vislumbra un horizonte distinto a corto plazo. Dicen que la crisis es un tiempo de oportunidades, de desprenderse del adormecimiento en que nos ha sumido la comodidad y agudizar el ingenio, trabajar para paliar sus efectos, buscar salidas y abrir nuevas posibilidades al futuro. 

Desde la fe, que es confianza en un final feliz, sea cual sea el camino intermedio a recorrer, la situación actual puede ser una ocasión extraordinaria para sembrar el Reino en nuestra sociedad, si somos capaces de hacerlo presente con nuestras obras. Y qué mejor ejemplo que el de las primeras comunidades cristianas: “…Lo compartían todo…” 

Tal vez sea el mejor momento para plantearnos vivir con lo realmente necesario y potenciar los recursos de nuestra Cáritas, tanto materiales como personales, para poder curar o simplemente aliviar algunas de las muchas heridas sangrantes de nuestro barrio, haciendo presente a Jesucristo en medio de los más afectados. Prestarle a Dios nuestras manos y nuestros bienes para que su misericordia y bondad llegue a los más desfavorecidos. 

Palabra de Dios 

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 8 12 

En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo: *Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.+

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 1 2

Queridos hermanos: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. 

Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 11 18 

En aquel tiempo, dijo Jesús: Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre. 

Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 30 

Caín y Abel (c) 

Caín, dijo a su hermano Abel: "Vamos afuera." Y cuando estaban en el campo, se lanzó Caín contra su hermano Abel y lo mató. 

P: Este es el fruto de la envidia almacenada en el corazón del hombre. La envidia se degenera en odio, que convierte a Caín en el primer fratricida. ¿Y no es verdad que el crimen de Caín simboliza a todos los fratricidios de la historia? 

R: Así es. La acción sangrienta y detestable de Caín abre una cadena de muertes entre hermanos, muertes que van empapando la tierra con la sangre de las víctimas. Nos recuerda también a los hermanos de José, que lo vendieron a unos mercaderes, también por envidia. Menos mal que no se atrevieron a matarlo, pero sí que hirieron el corazón de su padre Jacob con una especie de muerte, quizás más dolorosa que la muerte física. 

P: Y es que hay muchas formas de matar, ¿verdad? 

R: Cierto, amigo. Aunque sea muy fuerte decirlo, pero uno se pregunta: ¿cuántos hermanos de sangre se matan por la herencia?; ¿cuántos se han matado en los frentes de las guerras? ( y ninguna guerra es justa), ¿cuántos niños inocentes son sacrificados en el vientre de la madre?, y ¿cuántos mueren de hambre, mientras permanecen impasibles quienes viven en la sociedad del bienestar y de la abundancia?, ¿cuántos son asesinados por defender los derechos de los excluidos, de los desheredados, de los injustamente explotados…? 

P: Todo esto me inquieta y hace que afloren en mi corazón como cardos con espinas punzantes. En esta línea me he preguntado muchas veces: ¿por qué mataron a Cristo? Y, -te lo digo con plena confianza:-, temo encontrar la respuesta. Uno se ve implicado de alguna forma 

R: En esto coincidimos los dos. A veces me pregunto: ¿con quién me identifico yo más, con Caín o con Abel?. Y , fácilmente, descarto la idea de tener algo en común con Caín, pero cuando lo pienso bien y entro en mi interior, descubro mi pasividad, mi indiferencia, mis miedos, mi vida demasiado instalada, mi falta de compromiso por hacer un mundo más justo, etc., etc. 

P: Sí me gustaría saber qué fue de Caín, después del pecado. 

R: Lo veremos el próximo día, pero no debemos quedarnos solo con el aspecto cainita que radica en nosotros. También tenemos muchos rasgos de Abel. Me atrevo a decir que en nuestro mundo hay mucha gente que obran más como Abel que como Caín. 

Ve y lo cuentas 

MARAÑÓN GREGORIO 

(a) Nace: 19 de mayo de 1887, en Madrid., y muere: 27 de marzo de 1960, en Madrid. 
Médico, científico, historiador, escritor y pensador español, considerado uno de los más brillantes intelectuales españoles del siglo XX. He aquí algunos de sus pensamientos: “Ciego será quien no vea que el ideal de la etapa futura de nuestra civilización será un simple retorno de los valores eternos y, por ser eternos, antiguos y modernos: a la supremacía del deber sobre el derecho; a la revalorización del dolor como energía creadora; al desdén por la excesiva fruición de los sentidos; al culto del alma sobre el cuerpo; en suma, por una u otra vía, a la vuelta hacia Dios” "La vida de la humanidad, como la vida del individuo, es una continua renovación. La renovación tiene que realizarse sobre la estructura de los principios eternos del amor, de la justicia, del deseo de saber, del ansia de comprender.” “Con la idea clavada en el corazón de que trabajamos con instrumentos imperfectos y con medios de utilidad insegura, pero con la conciencia cierta de que hasta donde no puede llegar el saber, llega siempre el amor”. 

Lo que no vende 

UN SIGNO DE RESURRECCIÓN 

Hemos tenido la oportunidad de compartir mesa y Misa con un grupo de reclusos del Centro penitenciario Jaén 2, que venían acompañados por el sacerdote encargado de la Pastoral Penitenciaria, varios voluntarios, y dos funcionarios que asumen la responsabilidad al margen de sus funciones habituales, para que puedan tener la oportunidad de salir un día del centro, hacer una visita cultural y compartir comida y sobremesa con un grupo parroquial. Por sus testimonios, sentimos que han merecido la pena las horas que dedicamos a estar con ellos. Pero nos llamó la atención especialmente el de un hombre joven, alto, fuerte y bien parecido. La droga había provocado que la mitad de su vida haya trascurrido en la cárcel, privado de libertad. Hoy, cumplida la condena y superada su dependencia, es voluntario de la Pastoral para acompañar y ayudar a los internos, a fin de liberarlos en lo posible de la maldita esclavitud a las sustancias que tanto daño están haciendo a nuestros jóvenes, mientras enriquecen a tantos respetados sinvergüenzas.