La Cabria, nº 154


HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ
DE LINARES
33 DOM. t. o. A
13- noviembre-2011
Año -III- Nº 154


EDITORIAL

EN CAMPAÑA
Entramos en tiempo de promesas, de declaraciones de autosuficiencia, de explicaciones de las bondades propias y las incapacidades de los adversarios, de acusaciones y logros que en ocasiones utilizan las medias verdades que a cada uno le favorecen. Un batiburrillo del que no siempre es fácil sacar nada en claro, a no ser que ya tengamos hecha nuestra elección y nos limitemos a regalarnos los oídos con las “verdades” que promulgan nuestros favoritos.

La Iglesia reconoce y respeta, por encima de todo, la libertad de cada uno para elegir su opción. Lo que sí recomienda es leer los programas para sopesar el grado de implicación que cada uno tiene previsto asumir a favor de los colectivos más débiles y desfavorecidos, y las soluciones que ofrecen para afrontar los graves problemas que afectan a las familias a causa de la crisis y de la pérdida de valores.

No podemos encontrar ningún programa que nos satisfaga plenamente. Por eso debemos tener en cuenta las coincidencias o la cercanía de las distintas propuestas con los valores del Evangelio, que son la máxima aspiración para un cristiano.

La Doctrina Social de la Iglesia puede aclarar muchas dudas en los distintos campos en que el hombre desarrolla su actividad formando parte de la sociedad, y a algunos les sorprendería la claridad, valentía y actualidad con que están abordados los temas que más nos preocupan hoy en día. Y el principio fundamental es que la persona está por encima de todo, y lo demás, subordinado a ella y a su desarrollo personal, familiar y social.


PALABRA DE DIOS


Lectura del libro de los Proverbios 31,10 13.19 20.30 31
Trabaja con la destreza de sus manos

Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y lino, los trabaja con la destreza de sus manos. Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma de rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura, la que teme al Señor merece alabanza. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza.


Lectura de la 1ª carta del apóstol S. Pablo a los Tesalonicenses 5,1 6
Que el día del Señor no os sorprenda como un ladrón

En lo referente al tiempo y las circunstancias no necesitáis, hermanos, que os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: "Paz y seguridad", entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.


Lectura del santo evangelio según S. Mateo 25,14 30
Has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu señor

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno; a cada cual según su capacidad; luego se marchó. [El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.]
Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."
[Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.""


HACIA DIOS POR LOS CAMINOS DE LA BIBLIA, Nº 5

b) Primer relato de la creación

Hoy me vas a permitir que comparta contigo mis sentimientos. Ya lo hiciste tú el domingo pasado, pues ahora lo hago yo. Siempre que leo este primer pasaje de la creación, se despiertan en mi interior las vivencias de la Vigilia Pascua. Después de la bendición del fuego; después de que la luz del cirio pascual ahuyentaba las tinieblas de la noche; después del solemne canto del Pregón Pascual, el lector o lectora proclamaba la primera lectura, que es precisamente la del primer relato de la creación.

P: ¿Y qué es lo que sentías?

R: Una gran emoción. El Dios creador estaba allí, proclamando su poder, su grandeza, su sabiduría y, sobre todo, SU AMOR.

Me encantaba oír que “al principio creó Dios el cielo y la tierra”; “que la tiniebla cubría la superficie del abismo, mientras el espíritu de Dios se cernía sobre la faz de la tierra”. Y me daba cuenta de que era el mismo Espíritu que se estaba cerniendo sobre aquella comunidad que estaba celebrando el triunfo de Jesús resucitado, el triunfo de la Vida sobre la muerte, la victoria del AMOR sobre el odio.

P: ¿y qué más? Sigue, por favor, pues estás reviviendo en mí los mismos sentimientos.

R: Me conmovía escuchar, después de cada día de la creación, el mismo estribillo: “y vio Dios que era bueno”. Pasó una tarde, pasó una mañana, el día primero, el día segundo… “y vio Dios que era bueno”.
…Y la luz era buena, y la tierra era buena, y el mar era bueno, y las plantas y los árboles, y las lumbreras del firmamento eran buenas, y los animales del mar y de la tierra, todo era bueno.

P: Ya no te pregunto sobre los días de la creación, porque veo que se trata de un montaje litúrgico: seis días de trabajo y el séptimo debe ser para Dios.

Dice el texto que Dios bendijo el día séptimo y que descansó de toda la obra de la creación. Sabemos que Dios no puede cansarse. Lo pone como ejemplo para que nosotros guardemos el domingo.
Te emplazo, sin embargo, para el día que viene con la siguientes preguntas: Gn.1,26-31.
  • ¿En qué sentido el hombre y la mujer son imagen de Dios?
  • Si Dios confía al hombre el cuidado de la creación ¿qué debe hacer con ella?



VE Y LO CUENTAS

El pasado fin de semana recibimos con gran gozo a unos jóvenes del Seminario Menor Diocesano. Es un signo de auténtica esperanza que en medio de un mundo que reclama a los jóvenes a la desidia, al individualismo, al consumismo, ellos hayan sentido una llamada a la entrega a los demás, una incipiente vocación que nosotros tenemos que apoyar desde todos los frentes. También sería bueno que pusiéramos en valor la postura de sus familias, que también les apoyan en esta decisión que ellos han tomado, porque por desgracia también es atípico que haya padres y madres que animen a sus hijos a ganarse la vida en favor de los demás, en vez de en ganar cuanto más dinero mejor. Ojalá entre todos podamos lograr que de estos jóvenes, casi niños, salgan el día de mañana sacerdotes auténticamente comprometidos con la Iglesia.


LO QUE NO VENDE

En medio del desaliento generalizado por la clase política que vivimos, tenemos que reconocer, nosotros los primeros, que a veces caemos en la demagogia del “todos son iguales”. Es un gran error. Mejor nos iría a los cristianos y a la Iglesia si participáramos más en la vida pública, en todos los ámbitos: partidos, sindicatos, etc. En este sentido, a modo de ejemplo que no excluye otros, queremos poner en valor la figura de Julián Gómez del Castillo, de quien se cumplen ahora 5 años de su muerte. Julián nació en 1924, en una familia de izquierdas; descubrió a Cristo ya a los 18 años, cuando se bautizó, y dedicó gran parte de su vida a los más desfavorecidos desde su militancia en la HOAC y su trabajo en el mundo obrero. Vivió pobre y luchó por los más pobres en tiempos muy difíciles, los de la dictadura, mostrando ese rostro de la Iglesia que muchos ocultan y otros tantos no quieren ver. Julían, con su ejemplo, nos demuestra que tenemos mucho que hacer y que merece la pena que lo hagamos, buscando al Señor en aquellos que más lo necesitan, donando lo mejor de nosotros en el ejercicio de un ministerio en la vida pública, tomando partido, en el mejor sentido de la palabra, por los que Él tanto amaba.