La Cabria, nº 132


HOJA PARROQUIAL DE SAN JOSÉ
DE LINARES
DOM. 4º Cuaresma A
3 ABRIL 2011
Año -II- Nº 132

EDITORIAL


LA DIFICIL UNIDAD

Un importante filósofo, conocido de todos, dijo aquello de “yo soy yo y mis circunstancias”. O sea, que por nacimiento y entorno, cada ser humano es único.

Ante tal diversidad, es casi una utopía plantearse la unidad de acción. Sin embargo, entender que cada uno es diferente, pero a la vez semejante, es básico para que las personas con un pensar o sentir similares, puedan realizar proyectos en común. La Iglesia lleva caminando más de veinte siglos, y en cada una de nuestras comunidades se ha experimentado también, antes o después, el problema de la unidad. Y eso que lo que nos une es mucho más grande y trascendental que cualquier otro objetivo en el mundo.

Jesucristo ya lo intuía cuando rezaba al Padre: “Que todos sean uno, como Tú y Yo somos uno”, y para fortalecerla, envió a su Iglesia el Espíritu Santo. De ahí la vital importancia que tiene el mantener la unidad, para realizar la tarea de construir el Reino.

Y es que el demonio tiene una virtud: el tesón, en su intento de romper la cohesión. La táctica del “divide y vencerás” le ha dado muy buenos resultados. A veces no somos conscientes de lo fácil que se lo ponemos cuando caemos en la trampa de las pequeñas tentaciones de nuestro ego (vanidad, prestigio, autosuficiencia…) que nos llevan a enfrentarnos al hermano y nos distraen de nuestra misión de ganarle el terreno para Dios.

San Pablo les dio una fórmula a los filipenses para superar este problema: “Tened entre vosotros los mismos sentimientos de Cristo Jesús”. O sea, abajaros y anonadaros hasta haceros servidores unos de otros hasta las últimas consecuencias. Este tiempo de Cuaresma puede ser propicio para meditarlo e intentar llevarlo a la práctica.


PALABRA DE DIOS

Lectura del libro 1º de Samuel 16,1b.6 7.10 13a
En aquellos días, el Señor le dijo a Samuel: "Llena la cuerna de aceite y vete, por encargo mío, a Jesé, el de Belén, porque entre sus hijos me he elegido un rey." Cuando llegó, vio a Eliab y pensó: "Seguro, el Señor tiene delante a su ungido." Pero el Señor le dijo: "No te fijes en las apariencias ni en su buena estatura. Lo rechazo. Porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia; el Señor ve el corazón." Jesé hizo pasar a siete hijos suyos ante Samuel; y Samuel le dijo: "Tampoco a éstos los ha elegido el Señor." Luego preguntó a Jesé: "¿Se acabaron los muchachos?" Jesé respondió: "Queda el pequeño, que precisamente está cuidando las ovejas." Samuel dijo: "Manda por él, que no nos sentaremos a la mesa mientras no llegue." Jesé mandó a por él y lo hizo entrar: era de buen color, de hermosos ojos y buen tipo. Entonces el Señor dijo a Samuel: "Anda, úngelo, porque es éste." Samuel tomó la cuerna de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. En aquel momento, invadió a David el espíritu del Señor, y estuvo con él en adelante.

Lectura de la carta del apóstol S. Pablo a los Efesios 5,8 14
Hermanos: En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz toda bondad, justicia y verdad son fruto de luz , buscando lo que agrada al Señor, sin tomar parte en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien denunciadlas. Pues hasta da vergüenza mencionar las cosas que ellos hacen a escondidas. Pero la luz, denunciándolas, las pone al descubierto, y todo descubierto es luz. Pero eso dice: "Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz."

Lectura del santo evangelio según S. Juan 9,1 41
En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo: "Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado."). Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban: "¿No es ése el que se sentaba a pedir?" Unos decían: "El mismo." Otros decían: "No es él, pero se le parece." Él respondía: "Soy yo."
Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista. Él les contestó: "Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo." Algunos de los fariseos comentaban: "Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado." Otros replicaban: ¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?" Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego: "Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?" Él contestó: "Que es un profeta."
Le replicaron: "Empecatado naciste tú de pies a cabeza, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?" Y lo expulsaron. Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo: "¿Crees tú en el Hijo del hombre?" Él contestó: "¿Y quién es, Señor, para que crea en él?" Jesús les dijo: "Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es." Él dijo: "Creo, señor." Y se postró ante él.


DIÁLOGOS DESDE EL EVANGELIO

N: Querido Maestro: He leído en el Evangelio todo el pasaje de la curación del ciego de nacimiento. Lástima no poder ponerlo aquí entero, por falta de espacio. Lo primero que me ha extrañado ha sido la pregunta de tus apóstoles:¿ Quién pecó, este o sus padres?

+Jesús: Es que se creía que las enfermedades, especialmente la ceguera y la lepra, venían por los pecados personales o de los ascendentes.

N: Resulta que entonces estos enfermos estaban marginados socialmente y religiosamente.

+Jesús: Así es, amigo. Te diré algo sobre el contexto de esta curación: Estábamos celebrando la fiesta de las Chozas o de los tabernáculos, una de las fiestas más populares. Yo subí a Jerusalén a enseñar en el templo.
N: Y fue allí donde, puesto de pie, gritaste: “si alguno tiene sed, que se acerque a mí, y que beba quien me da su adhesión. Como dice aquel pasaje: De su entraña manarán ríos de agua viva” Esto me recuerda tu encuentro con la mujer de Sumaría en el pozo de Jacob.

+Jesús: Es verdad. Con respecto a la curación del ciego de nacimiento, te digo que también tuvo su contexto en la fiesta de las Chozas: se encendían en el patio de las mujeres grandes candelabros de oro. Cada candelabro sostenía cuatro cuencos de oro con aceite en el que ardían mechas fabricadas con hilos sacados de ornamentos sacerdotales. La luz de los candeleros se veía en toda la ciudad.

N: Me figuro la impresión que causaría cuando gritaste: “Yo soy la luz del mundo” .Qué bien, querido Maestro. Eres el agua viva y la luz del mundo. Ahora comprendo mejor la curación del ciego, pero también me recuerdan otras cegueras: la de la soberbia, la del materialismo, la del rechazo de la verdad, la de la marginación de todo lo religioso en la sociedad, la de cerrar los ojos ante la miseria de los hermanos, la de las leyes que van abiertamente en contra de la vida…Tantas y tantas cegueras. Con razón nos dice tu discípulo Juan: “vino a los suyos y los suyos no lo recibieron”.

+Jesús: No sabes, querido amigo, cuánto me duele la actitud de rechazo que tienen muchos con respecto a la luz. Es nefasto preferir las tinieblas a la luz, tener el corazón a oscuras, maquinar durante la noche la ruina, el dolor y la muerte de otros.

N: Me extrañan, amigo Jesús, las distintas posturas ante el milagro de la curación del ciego, que, como signo de fe en tu palabra, se deja untar los ojos con barro, va a lavarse a la piscina de Siloé y vuelve alegre y contento, aunque no atosigan con tanta pregunta. Los fariseos lo desprecian, otros preguntan por simple curiosidad, los padres se lavan las manos por miedo y el ciego curado profesa su fe firme en Ti.

+Jesús: a los míos les sigo diciendo: “vosotros sois la luz del mundo”.


VE Y LO CUENTAS

Comenzamos la Cuaresma con una exhortación: “Convertíos, y creed en el Evangelio”. ¡Una llamada a la renovación!

Hemos vuelto a nuestro remozado templo. Lo hemos cambiado con el esfuerzo y la colaboración de todos para mejorarlo. Aprovechando la inercia, tal vez sea el momento de plantearnos también un cambio en nosotros a fin de mejorar nuestras actitudes y nuestro comportamiento en este lugar sagrado. Todos somos conscientes de que no siempre guardamos el debido silencio y respeto.

Os invitamos, empezando por los más habituales, a mejorar nuestras costumbres. A ser ejemplo para los que vienen ocasionalmente. Si precisamos hablar, podemos hacerlo en voz baja, brevemente, y tratando de evitar las conversaciones en grupos que siempre suben de tono. 

El ambiente es muy importante para la oración. Recordad que Jesucristo siempre buscaba el silencio para orar.


LO QUE NO VENDE

Hoy no vende precisamente aquello que debe distinguirnos a los cristianos: la austeridad y el espíritu de servicio. En una sociedad que derrocha, a pesar de la crisis, y en la que la importancia de la persona va en función de todo aquello de lo que puede presumir o hacer ostentación, nosotros estamos llamados a vivir con lo necesario y a compartir con los más desfavorecidos.

Y no podemos justificarnos en “normas sociales” para cambiar nuestros principios y actuar de modo diferente, porque nos apartamos del Evangelio. Nuestra misión es trabajar para cambiar el mundo y establecer el Reino de Dios y su justicia, y no la de contaminar la Iglesia con las cosas del mundo.


EN ESTA SEMANA

  • Reunión de padres de los niños de catequesis:
    • Lunes, 4, los de 2º curso.
    • Martes, 5, los de 4º curso.
    • Miércoles, 6, los de 3º curso.
    • Jueves, 7, los de 1º curso.
    • Todos los días a las 18 horas.