LA CABRIA, nº 94

HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ DE LINARES
DOMINGO XV del T. O. -C-
11 de Julio DE 2.010
Año –II- Nº 94





EDITORIAL





VACACIONES Y FAMILIA

Cada año, a la vuelta de las vacaciones que ahora comienzan, nos sorprenden con una estadística muy llamativa: las separaciones y los divorcios se disparan justo en estas fechas. Los “expertos” diagnostican que eso es debido a que pasamos más tiempo en familia, con lo cual todos los conflictos latentes salen a la luz.
Nosotros creemos que eso es un signo más de que parte de nuestra sociedad está muy enferma. Vivimos en un tiempo en el que en muchos de los matrimonios trabajan ambos, con jornadas usualmente de mañana y tarde, en el que apuntamos a los hijos, de forma voluntaria u obligados por las circunstancias, al aula matinal, al comedor, a inglés, baile, natación (si queda un hueco, incluso a catequesis), etc., lo que, en suma, hace muy difícil que pueda haber ratos en el día a día en los que una pareja, unos padres y unos hijos puedan convivir con normalidad.
¡Qué menos, por tanto, que aprovechemos los días de vacaciones que vamos a tener a lo largo del verano para vivir en familia con la intensidad que el ajetreo del resto del año nos impide! Si en números anteriores decíamos que el verano es un buen momento para la oración, no lo es menos para dedicarles a los nuestros más tiempo y mejor.
Lo que esas estadísticas ponen de manifiesto es que hay muchas familias que, desgraciadamente, de familias sólo tienen el nombre, en las que la pareja “se aguanta” mientras la presión no es demasiado fuerte, en las que los niños son una carga, en las que los abuelos son un engorro.
Nosotros, por el contrario, como ya pusimos de manifiesto en otros números de este año, creemos en la familia-fábrica de amor, imagen del Reino. ¡Bendito verano, que nos deja más tiempo para vivir en ella!

P.D. A propósito de la familia, si tienes tiempo, aprovecha estos días para leer http://sanjosearticulos.blogspot.com/2010/02/la-familia-cristiana.html




PALABRA DE DIOS


Lectura del libro del DEUTE-RONOMIO 30,10-14

Moisés habló al pueblo, dicien-do:
Escucha la voz del Señor, tu Dios, guardando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el código de esta ley; conviértete al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma. Porque el precepto que yo te mando hoy no es cosa que te exceda, ni inalcanzable; no está en el cielo, no vale decir:
«¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?»; ni está más allá del mar, no vale decir: «¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?»
El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca. Cúmplelo.
Palabra de Dios


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los COLOSENSES 1,15-20

Cristo Jesús es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Domi¬naciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud, y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Palabra de Dios


Lectura del santo evangelio según san LUCAS 10,25-37

En aquel tiempo, se presentó un maestro de la Ley y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?
Él le dijo: ¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?
Él contestó: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.
Él le dijo: Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida. Pero el maestro de la Ley, queriendo justificarse preguntó a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?
Jesús dijo: Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayo en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de lar¬go. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo, dio un rodeo y pasó de largo.
Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: «Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuel¬ta». ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?
Él contestó: El que practicó la misericordia con él. Díjole Jesús:
Anda, haz tú lo mismo.
Palabra del Señor


DIALOGOS DESDE EL EVANGELIO


N: Muy querido Maestro: al leer el evangelio, se levanta en mi interior una cierta rabieta, al ver cómo al maestro de la Ley no le importa conocer tu respuesta, sino que lo que primordialmente pretende es ponerte a prueba.

+Jesús: A mí esa actitud me causaba lástima, pues tan aferrados estaban a la Ley y tan seguros de su sabiduría, que les costaría mucho trabajo romper sus esquemas para sustituirlos con otras formas de pensar.

N: Pues es verdad, amigo Jesús. Eso mismo me pasa a mí en algunas ocasiones; sé lo que he de hacer para “heredar la vida eterna”, pero me busco razones para obrar de otra manera, sobre todo cuando se trata de personas que no me caen bien. Tú me dices que es preciso amar a Dios y al prójimo. Y esto desde dentro, de verdad, de corazón.

+Jesús: Así es, entrañable amigo. Ese es el camino; esa es la esencia de la vida cristiana; ese es el testimonio más verdadero y convincente. Recuerdo las palabras de mi discípulo Juan: “sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte”.

N: Es necesario tener las menos ataduras posibles. El sacerdote y el levita eran esclavos de la Ley, y “pasaron de largo”, mientras que el samaritano, sin ningunas ataduras externas e internas, tuvo tiempo para acercarse al herido, curarlo, montarlo en su cabalgadura y llevarlo a la posada, comprometiéndose a pagar todos los gastos.

+Jesús: A mí me da pena cuando veo que hay cristianos, seguidores y hermanos míos, tan ensimismados en sus tareas, en sus preocupaciones diarias, en sus prácticas piadosas, en sus actos de culto, en sus eufóricas fiestas…, pero van haciendo el camino sin caer en la cuenta de aquellos que han quedado en la cuneta, a veces, como fruto de la injusticia, del abandono y la despreocupación de muchos, incluidos los creyentes del tipo del sacerdote y del levita. Cuántos sufren las mortales heridas del hambre y, en general, de la carencia de los bienes primarios para la subsistencia.

N: Mi querido amigo Jesús: suscita en tu iglesia y en el mundo muchos buenos samaritanos.




VE Y LO CUENTAS


GRACIAS, MARUJA

La semana pasada murió nuestra hermana Maruja. En su funeral, nos recordaba Francisco Javier, su primo sacerdote que oficiaba, que la última vez que pudo hablar con ella, le decía: “Reza por mí, para que supere esto, pero si ha llegado mi hora, estoy preparada”.
Los que hemos tenido la suerte de conocerla, tenemos la sensación de que habría que correr a las plazas y las calles e ir y contar que ser cristiano es ser como Maruja, alguien que, aunque no saldrá en los titulares de los periódicos, ha pasado por este mundo como una madre, amiga, catequista, a la que no olvidaremos. Y tenía que morir así, dándonos su última lección de vida precisamente en el momento de la muerte.
Maruja, preciosa, te queremos y ya estarás siempre entre nosotros.
Te guardaremos para siempre tu sitio en el banco del coro.


LO QUE NO VENDE


Hay un programa de radio de la emisora musical más escuchada en el que el entretenimiento de turno consiste en una “prueba de novios”. Él o ella (generalmente ella) gastan una “broma” a su “cari” consistente en que alguien desconocido lo llama por teléfono insinuándose, tratando de concertar una cita con él. Todo esto, evidentemente, en riguroso directo. No sé si lo más triste es que la mayoría pican o la respuesta que escuché el otro día, a propósito de uno que no picó. El muchacho, cuando su novia le dijo que todo era una “broma”, le decía (en directo, ¡cómo no!) que qué motivos le había dado él para que le hiciera eso; mientras tanto, el locutor, muerto de risa le decía, “hombre: ¡mira que eres anticuado!”.¡Qué tristeza más grande ver que la fidelidad, el compromiso, la confianza en el otro, hoy en día, sean sinónimo de ser un anticuado! Pues hoy resulta no solo bien el atropellar estos principios en nuestra sociedad, sino que si se te ocurre defender tu religión, tus costumbres, tus principios… a eso se le considera xenofobia.


“Cuando doy de comer a un pobre me dicen santo;
y cuando pregunto por qué este pobre pasa hambre,
me dicen revolucionario”.    
HELDER CÁMARA