La Cabria, nº 90

HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ DE LINARES
11º DOMINGO t.o. C
13 de JUNIO del 2010
Año -II- Nº 90

EDITORIAL
¡¿Y QUÉ HA HECHO EL TÍO ESE!?

Esta era la expresión inmediata que te lanzaban a la cara los jóvenes a quienes les invitaba a asistir a la ceremonia de beatificación de LOLO. Pero prácticamente es la misma expresión –un poco más pulida- de las personas mayores, pero al final con el mismo sentido: “¿Qué ha hecho de especial que se salga de lo normal y merezca la pena ser mencionado?”.
Y es que hoy, todo funciona así:
-Has de ser campeón del mundo en alguna disciplina deportiva,
-Que hayas conseguido hacer algo con lo que ganes los millones a montones,
-Que hayas conseguido el primer puesto en algún concurso de TV y eso te abra la puerta para la fama…
Si no eres protagonista de alguna cosa así, no eres nadie, no merece la pena que se te tenga en cuenta. El canon de valoración actual está en ser “EL MÁS” guapo/a, el más fuerte, el más poderoso, el más rico, el más inteligente, el más atrevido, el más famoso… pero aquella persona que no entra en el marco de la competición, no merece la pena fijarse en ella y, en consecuencia, nos encontramos un montón de LOLOS escondidos, con quienes convivimos y no nos damos cuenta de la grandeza de sus personas, del valor de su acción diaria.
El acontecimiento al que asistimos ayer (12-06-10) en el recinto ferial, fue el grito de proclamación de la grandeza y del valor de tanta gente escondida, que está quemando su vida en favor de los demás, de todos esos enfermos que están llevando su enfermedad con una dignidad de verdaderos héroes, de toda esa gente que no entra en los moldes del culto actual al cuerpo, pero representan la grandeza del alma del ser humano. ¡¡BENDITO SEAS, SEÑOR, PORQUE NOS REGALAS A MILLONES DE LOLOS CADA DÍA!!

PALABRA DE DIOS

Lectura del segundo libro de SAMUEL 12,7-10.13
En aquellos días, Natán dijo a David: Así dice el Señor, Dios de Israel: «Yo te ungí rey de Israel, te libré de las manos de Saúl, te entregué la casa de tu señor, puse sus mujeres en tus brazos, te entregué la casa de Israel y la de Judá, y, por si fuera poco, pienso darte otro tanto.
¿Por qué has despreciado tú la palabra del Señor, haciendo lo que a él le parece mal? Mataste a espada a Urías, el hitita, y te quedaste con su mujer. Pues bien, la espada no se apartará nunca de tu casa; por haberme despreciado, quedándote con la mujer de Urías».
David respondió a Natán: ¡He pecado contra el Señor!
Natán le dijo: El Señor ha perdonado ya tu pecado, no morirás.
Palabra de Dios

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los GALATAS 2,16.19-21
Hermanos: Sabemos que el hombre no se justifica por cumplir la Ley, sino por creer en Cristo Jesús. Por eso, hemos creído en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe de Cristo y no por cumplir la Ley. Porque el hombre no se justifica por cumplir la Ley. Para la Ley yo estoy muerto, porque la Ley me ha dado muerte; pero así vivo para Dios. Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí. Yo no anulo la gracia de Dios. Pero, si la justificación fuera efecto de la Ley, la muerte de Cristo sería inútil.
Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san LUCAS 7,36-8,3
En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora.
Jesús tomó la palabra y le dijo: Simón, tengo algo que decirte.
Él respondió: Dímelo, maestro.
Jesús le dijo: Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?
Simón contestó: Supongo que aquel a quien le perdonó más.
Jesús le dijo: Has juzgado rectamente.
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama.
Y a ella le dijo: Tus pecados están perdonados.
Los demás convidados empezaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?
Pero Jesús dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vete en paz.
Palabra del Señor

DIÁLOGOS DESDE EL EVANGELIO
Amigo Jesús: precioso y conmovedor esta escena de la mujer pecadora. Aquel fariseo que deseaba comer contigo y el resto de los comensales se quedaron extrañados de tu comportamiento con aquella mujer.
+Jesús: La verdad es que sí. El primer extrañado era Simón. Posiblemente no esperaba que yo aceptara comer en su casa, pero su gran sorpresa fue ver cómo yo consentía que aquella mujer, públicamente conocida como pecadora, llorando, me ungiera los pies y me los secara con sus cabellos.
N: Hay que ver con qué facilidad pensamos mal de las personas. Primero, el fariseo duda de tu condición de profeta y segundo, de antemano condena a aquella mujer al aislamiento, al desprecio y a la marginación total y para siempre. Lo peor es, mi querido amigo Jesús, que muchas veces y muchos seguidores tuyos pensamos y nos comportamos igual que Simón el fariseo.
+Jesús: Eso es una pena. Se olvidan fácilmente de que “yo no he venido a los justos, sino a los pecadores”; que “no son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos”.
N: Y qué bien, Maestro bueno, eso de relacionar el perdón con el amor. A más amor, más perdón. Y nos dices: “al que poco se le perdona es porque ama poco”.
Y esto me sirve también a mí. Estoy casi seguro que mi comportamiento habría sido como el de Simón. Al menos, parecido. Encasillamos con suma facilidad a las personas, cuando han tenido la desgracia de equivocarse o de emprender un mal camino. A veces, nos basta que hayan tenido un mal tropiezo. Les ponemos su etiqueta (a veces para siempre) y nos quedamos tan tranquilos.
+Jesús: Me dio lástima de aquella mujer y, al mismo tiempo, me transmitió una buena dosis de alegría. Sus lágrimas eran sinceras y el mejor exponente del cambio que se había operado en su corazón. A juzgar por la expresión de su rostro, también mi amigo el fariseo admitió la reprimenda que, con todo cariño, le hice. La conversión de un pecador llena mi corazón de una alegría desbordante.
N: Era normal que el resto de los convidados se extrañara de que perdonabas los pecados, ya que sólo Dios puede hacerlo y a Ti no te conocían.
Y la mujer ¿cómo se encontraba?
+Jesús: Pues se encontraba confundida y contentísima. De antemano sabía a dónde iba, a quién se había acercado y qué es los que buscaba: el perdón y la reconciliación. Por eso le dije: “Tu fe te ha salvado. Vete en Paz".
N: Amigo Jesús: gracias por todo. Ayúdame a cambiar y fortalece mi fe.
VE Y LO CUENTAS
EL REGALO DE LA VIDA

Ser héroe en un momento está al alcance de cualquiera; es cuestión de prepararse un poco y enfrentarse a lo que haya que hacer. Sin embargo, mantenerse en una línea de coherencia, haciendo el bien y siendo testigo de paz, de alegría, de generosidad, de escucha, de comprensión… eso es de santos y eso es mucho más importante que cualquier acto heroico.
LOLO es un ejemplo patente de alguien que fue capaz de transformar el dolor en alegría y decirnos que un enfermo es alguien más importante que un cuerpo deteriorado, con dificultades para unas cosas, pero muy válido para otras. Tu imagen, Lolo, es para los linarenses hoy, una razón maravillosa para gritar que LA VIDA ES EL REGALO MÁS GRANDE QUE EXISTE.

LO QUE NO VENDE

¡¡¡Me cuesta tremendamente creer lo que les cuento!!! Simplemente transmito lo que escuché: “La niña tenía los orejas hacia delante y para que no tenga un mal recuerdo de su primera comunión, sus padres le han re-galado la operación de ponerle las orejas hacia atrás”. Juzgue cada uno el dato.
Pero independientemente de todas las razones que se puedan argüir, lo que me parece bien triste es que estemos llegando ahí: de que una niña no tenga mal recuerdo por el complejo de sus orejas y que no nos preocupe de que se prepare bien para lo que va a hacer y responda a la llamada que Dios le puede hacer en ese momento. Eso, no sólo no importa, sino que tampoco interesa.

EN ESTA SEMANA
Día 17 (jueves), 8 de la tarde: reunión de Consejo de Pastoral para hacer la evaluación final del curso y ver algunos proyectos para el próximo.