LA CABRIA Nº 18

HOJA PARROQUIAL -S. JOSÉ DE LINARES
DOMINGO -III- DEL T. ORDINARIO
25 de Enero 2009
Año -I- Nº. 18


EDITORIAL


ESTAMOS DE REBAJAS

Todos los comercios en esta época anuncian en sus escaparates ¡REBAJAS! ¡GRANDES REBAJAS! del 30%, 50 % y ¡hasta el 70% menos! Hay que vender lo que ha quedado de temporada y también lo de temporadas pasadas, para la próxima se habrán pasado de moda y necesitan sitio para lo nuevo.
A veces da la sensación que los cristianos estemos también de rebajas. Miremos nuestros valores, principios, convicciones, nuestro testimonio… Hemos rebajado la exigencia, la coherencia, la responsabilidad, hasta el mensaje del Evangelio… el relativismo que nos envuelve, también lo hace con nosotros y no nos atrevemos a defender LA VERDAD, sino que aceptamos que cada uno tiene derecho a su verdad y por ese derecho ya es válida. Hemos rebajado tanto en la educación de niños y jóvenes: esfuerzo, responsabilidad, trabajo…, que los dejamos sin recursos para afrontar las dificultades de la vida. La luz que encendimos en su bautismo vamos dejando que se apague, rebajando su formación espiritual hasta niveles casi inexistentes. Aceptamos las rebajas del lenguaje: interrupción del embarazo por aborto, muerte digna por suicidio asistido, pre-embrión por embrión implantado, clonación terapéutica por manipulación de embriones…Y así LA VERDAD se va diluyendo, confundiendo, olvidando.
San Pedro Poveda vivió unos momentos históricos muy difíciles y complicados para los católicos por eso animó a los seglares a hacer de su vida cotidiana un testimonio vivo de Cristo y les propuso como modelo a los primeros cristianos. Las orientaciones de nuestro santo universal vuelven a cobrar pleno sentido. No podemos andar con rebajas en nuestra fe, al contrario nuestro testimonio tiene que ser tan fuerte como lo fue el de ellos, el mensaje de Jesús no está pasado de moda, es plenamente actual ¡NO LO REBAJEMOS!

PALABRA DE DIOS


Lectura de la profecía de JONÁS 3,1-5.10

Dios llama al profeta Jonás para enviarlo a Nínive, donde vivían los enemigos encarnizados del pueblo de Israel. Los ninivitas, al oír a Jonás, se convierten y Dios los perdona.

En aquellos días, vino la palabra del Señor sobre Jonás: -Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.
Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando:
-¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida! Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños.
Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.
Palabra de Dios

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los CORINTIOS 7,29-31
En este mundo nada ni nadie puede ser un valor absoluto. Todo es pasajero.

Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante: Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.
Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san MARCOS 1,14-20
Hay que cambiar de vida y escuchar al Maestro que nos llama

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo:
-Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Palabra del Señor

AÑO DE S. PABLO

16 ENTREVISTA: En Tarso

Shalóm, amigo Pablo: Supongo que lo pasarías bien en tu tierra natal.

+- Siempre es agradable volver a las propias raíces. Allí nací, allí crecí y allí están arraigados muchos recuerdos y vivencias que llevo en el corazón. En esos años he trabajado por el Reino de Dios, predicando a Jesús, que es mi vida. Desde que me encontré con Él mi vivir es Cristo.
Inesperadamente vino Bernabé para llevarme a Antioquía.

No conozco Antioquía

+ -Es una ciudad muy antigua, fundada en el año 300 a.C. por Seleuco I Nicátor, capital de la provincia romana de Siria y residencia del gobernador romano. Está enclavada en una fértil llanura, entre los montes Amanor y Kasios, y es una rica plaza comercial, foco también de la cultura helenista,

Aunque sea curiosidad ¿Por qué Bernabé vino a buscarte para que te marcharas con él a Antioquía?

+- Es que en esta ciudad se instalaron muchos creyentes de los que huyeron de Jerusalén, a partir de la muerte de Esteban. (Hech. 11,19-26). Otros llegaron hasta Fenicia y Chipre. En Antioquía formaron una viva y pujante comunidad de la que hablaremos más largamente el próximo día.
Como dato curioso, te diré que fue en Antioquía donde los seguidores de Jesús empezaron a llamarse “cristianos”

Gracias, amigo, hasta la próxima entrevista.


VE Y LO CUENTAS

Entonces no había Misa por la tarde. Todas las mañanas, a las siete, se abría el templo parroquial. A esa hora recibía la Comunión un hombre, ya que por la tarde tampoco se podía impartir la Comunión y él tenía que incorporarse muy de mañana a su trabajo.
Poco después rompían el silencio unos pasos, con un suave taconeo. Pasos más bien lentos. Era una viejecita, vestida normalmente de oscuro, con un pañuelo cubriéndole la cabeza. Se ponía de rodillas, sacaba su rosario y se ponía a desgranar las cuentas y a musitar, una vez y otra, el Ave María.
He sido muy desgraciada, decía. De joven, con solo 16 años, tuve un desliz. Mi familia, especialmente mi padre, perteneciente a una clase con cierto relieve social, no pudo soportar aquella mancha, y me echaron de la casa.
Buscaba trabajo, pero cuando se enteraban por qué estaba fuera de casa siendo tan joven, me rechazaban. Me ofrecieron un trabajo pero “a costa de…”.Me acogieron muy bien en aquella casa. Hasta me mimaban por ser la más joven, pero yo veía que se quedaban enterrados para siempre mis más ansiados sueños: tener un hombre que me quisiera, con quien compartir la vida. Tener unos hijos por amor, formar una familia y gozar de una vida normal. Nadie puede figurarse lo que es ser un objeto de placer. Que lleguen, te paguen y que después en la calle, todo el mundo te desprecie.
Me acordaba de aquellos domingos y de aquellos meses de mayo, cuando, con mis amigas, íbamos a la iglesia y rezábamos a la Virgen y cantábamos en la Misa. Creo que por eso nunca he dejado de rezar, cuando tenía ocasión. Ya soy vieja y siento, como siempre lo he sentido, que Dios me acoge, me perdona y me quiere. También hay gente que, sabiendo lo que he sido, me quiere y me ayuda.
DIOS ES BUENO. VE Y LO CUENTAS.


LO QUE NO VENDE

Los padres que echaron de su casa a la joven de 16 años no tuvieron en cuenta la situación de su hija, ni su escasa edad, ni su falta de experiencia, ni la debilidad propia de la naturaleza humana. La pusieron en el borde de un precipicio con casi todas las posibilidades de despeñarse por él.
Para ellos lo único que importaba, LO ÚNICO QUE VENDÍA era el orgullo de clase, el prestigio social, el buen nombre de la familia, la bondad farisaica.
Es posible que fueran todos los domingos a Misa y hasta puede ser que tuvieran un reclinatorio solo para ellos., pero lo que más les importaba, LO QUE MÁS VENDÍA era mantener intacto el prestigio social. Eso VENDÍA más que la hija y más que el mismo Cristo.



FELIZ SEMANA

Quiero dar las gracias en nombre propio y de toda la parroquia al grupo de teatro de la A, de VV. S. José por el detalle que han tenido de presentar la obra del “Afortunado” en beneficio de la parroquia. Pero no quiero dejar de felicitarlos a todos por lo bien que lo hicieron y animarles a preparar obras en ese estilo, por todo el bien que pueden hacer.