La Cabria, nº 396

HOJA PARROQUIAL DE
S. JOSÉ DE LINARES
CORPUS CHRISTI -A
18 DE JUNIO de 2017
Año -X- Nº 396

CORPUS CHRISTI

“Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo”. Con estas palabras Jesús nos anuncia el gran regalo que dejo a su iglesia: “La Eucaristía”.

Hoy Celebramos la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, “El Corpus Christi”.Dios hecho Eucaristía.Jesús en la Última Cena, instauró este Sacramento. 

Pero, para un cristiano ¿Qué es recibir La Eucaristía?: Es compartir el amor que Cristo sembró con su Palabra y con su vida.Es decir un ¡Sí! al proyecto de Jesús, de cambiar los corazones duros y egoístas, por vivencias compartidas con los que sufren las injusticias del hambre y la guerra.Y aunque el cuerpo se nos deteriore y se desgaste por nuestra entrega, nuestra alma siempre vivirá junto a Jesús: “El que come de este pan, vivirá para siempre”.

A veces nos creemos autosuficientes, y vivimos alejados de Jesús,construyendo un mundo del “Todo vale”, sin compromisos ni ejemplos de vida para imitar.

Cuando vamos al banquete de una boda, dependiendo del compromiso, o de los lazos de unión con los novios, así es nuestro entusiasmo. Si no los conocesmucho, quizás ni te acerques a saludarlos.¿Cuál es nuestra actitud al entrar al templo? ¿Nos acercamos a saludar a Jesús Eucaristía en El Sagrario? ¿Qué lazos nos unen a Él?

Quizás se nos olvide que está ahí, esperando nuestro saludo, nuestra visita, nuestras muestras de afecto. A veces temo que nuestras prisas borren su presencia, y nos dediquemos “a lo nuestro”, sin pensar que a lo peor, nada tiene que ver con su proyecto de amor.

Cuando recibas la Eucaristía, quédate un momento en silencio, cierra los ojos para que Jesús entre suavemente dentro de ti.¡Él será tu consejero secreto! 

Él te guiará en tus vacilaciones, en tus dudas.Te saciará, te sentirás amado, y no podrás quedártelo solo para ti. ¡Amarás hasta el final de tus días! “CORPUS CHRISTI”, Cuerpo de Cristo, ¡Pan del verdadero cristiano!

PALABRA DE DIOS

Lectura del libro del Deuteronomio. Deut 8, 2-3. L4b-l6a

MOISÉS habló al pueblo diciendo:

«Recuerda todo el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para probarte y conocer lo que hay en tu corazón: si observas sus preceptos o no.

Él te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres, para hacerte reconocer que no solo de pan vive el hombre, sino que vive de todo cuanto sale de la boca de Dios.

No olvides al Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con serpientes abrasadoras y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres».

Palabra de Dios

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 10, 16-17

HERMANOS:

El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión del cuerpo de Cristo?

Porque el pan es uno, nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos comemos del mismo pan.

Palabra de Dios

Lectura del santo Evangelio según san Juan. Jn 6, 51-58

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:

«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».

Disputaban los judíos entre sí:

«Cómo puede este darnos a comer su carne?».

Entonces Jesús les dijo:

«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.

Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».

Palabra del Señor

NUESTROS ENFERMOS

La Cabria


Retomamos el tema que dejamos la semana pasada sobre algo tan natural como puede ser el miedo, pero que Jesús nos da la fuerza que necesitamos para enfrentarnos al dolor, a la enfermedad ya todo lo que lleva consigo; incluso, si le tienes miedo al momento fuerte de enfrentarte con la muerte, por el sufrimiento que pueda llevar consigo, porque tu enfermedad sea grave, si es que el médico ve que ya no hay vuelta atrás y no merece la pena que sufras, pues ya tu organismo no responde a los medicamentos, entonces se aplica una sedación que hace desaparecer el dolor para permitirnos morir tranquilamente y en paz.

Así es que pierde todos los miedos, levanta el ánimo y enfréntate con valentía a la vida. De todas formas es bueno que tengas las ideas claras de todo lo que hay, como la tienes clara que cuando te duele la cabeza te tomas un calmante y se pasa y no te creas problemas, de la misma manera queremos que sepas que existen también para esos momentos duros remedios que nos ayudan, y por eso te los vamos a indicar hasta para que tú mismo tomes tu decisión. Pero en medio de todo esto, no hay cosa mejor saludable que ponerte en manos de Dios y con toda confianza dejar que sea Él quien disponga en tu vida; la unción es un momento extraordinario pues con ella nos ponemos en paz con Dios, con toda nuestra familia y amigos, con el mundo entero y afrontamos lo que venga con toda tranquilidad.

ORIGEN DE LA CELEBRACIÓN DEL CORPUS CHRISTI

El día de Corpus Christi celebra la institución de la Eucaristía o Comunión, esto es la presencia de Cristo en cuerpo y sangre. La historia de esta celebración se debe a Santa Juliana de Monte Cornillon, nacida en el año 1193 en Bélgica. Desde pequeña fue muy devota al Santísimo Sacramento, y de joven tuvo una visión providencial que interpretó como lo siguiente: la Iglesia debía ofrecerle una fiesta a la Eucaristía. Le contó de esta visión al Obispo y al Archidiácono de su pueblo, Lieja. Años más tarde, en 1261, el segundo de ellos, es designado Papa, quien tomó el nombre de Urbano IV. El Papa, conociendo la visión de la religiosa, convocó la aprobación de la celebración primero en Lieja, y luego en el mundo entero en 1264. Se celebra el jueves siguiente al Domingo de la Santísima Trinidad.

VOLUNTARIO – VOLUNTARIOSO

Voluntario: Es la persona que hace actos de forma voluntaria, sin que le obligue otra persona.

Voluntarioso: que hace con voluntad y gusto una cosa, pero ¿A qué nivel de compromiso?

El ser catequista es una decisión que además de ser un acto voluntario, y un gesto voluntarioso, tiene una importancia vital para la vida de una parroquia. No solo es el encargado de trasmitir unos conocimientos sobre los sacramentos que se van a recibir, (hoy en día es fácil documentarse sobre cualquier tema) sino el sembrador del amor de Cristo en los corazones, por medio de una vida compartida en la Parroquia, centro Eucarístico de cada comunidad cristiana.

Si no conseguimos que amen a Cristo en la Eucaristía, debemos de pensar que algo falla: Quizás nuestra falta de amor a Cristo, quizás nuestros métodos o nuestra formación, o nuestro compromiso de vida comunitaria…

No consiste en ocupar nuestro tiempo, consiste en contagiar el amor de Cristo, de entusiasmarnos de su Palabra, de convertirlo en el centro de nuestras vidas.