HOJA PARROQUIAL DE
S. JOSÉ DE LINARES
PENTECOSTÉS -A
4 DE JUNIO de 2017
Año -X- Nº 394
EDITORIALES
La fuerza del Espíritu
Una de nuestras canciones de siempre dice “No os quedéis mirando al cielo y a las nubes, esperando un nuevo gran libertador. Buscadlo por las plazas y las calles: en cada ser que vive está el Señor”. Seguro que muchos nos acordamos de ella cuando la semana pasada oíamos «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que ha sido tomado de entre vosotros y llevado al cielo, volverá como lo habéis visto marcharse al cielo».
Lo que oímos este domingo es parte de la promesa de los ángeles, es la narración del regalo del Espíritu mediante el que Dios se encarna definitivamente y se hace presente donde dos o más se reúnan en su nombre o, más aún, haciendo de cada uno de nosotros templos suyos.
Que la Pascua acabe así no es casualidad. Sentirnos transidos de la presencia del Espíritu Santo no puede dejarnos indiferentes, y el mismo Cristo nos lo dice muy claro: “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”.
Sectarismo
Otro whatsapp alarmante hace un par de día nos llega con la noticia de que “Los musulmanes ya han puesto en marcha una campaña en redes sociales en la que piden "respeto para el Ramadán y que no se utilicen bikinis en nuestras playas" tal como hicieron el año pasado” (https://goo.gl/CpSAz4).
Primero de todo hay que decir que la redacción de la noticia es un despropósito: no son los “musulmanes” sino un grupo de musulmanes que, básicamente, se representan a sí mismos, no nos equivoquemos. Por tanto, la primera señal de sectarismo la de quien intenta manipular una noticia para encasillar a toda una religión.
Pero segundo y quizá más importante señal de sectarismo: la noticia es un signo, uno más, de la guerra que se está produciendo dentro del Islam. Harán mal los verdaderos musulmanes si miran hacia otro lado o si se enrocan en que estos tipos no le representan pero no hacen nada por pararles los pies, porque estos tipos son cada día más y tienen más poder.
PALABRA DE DIOS
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. Hch 2, 1-11
AL cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.
Residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban todos estupefactos y admirados, diciendo:
«¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos, elamitas y habitantes de Mesopotamia, de Judea y Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tanto judíos como prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua».
Palabra de Dios
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 12, 3b-7. 12-13
HERMANOS:
Nadie puede decir: «Jesús es Señor», sino por el Espíritu Santo.
Y hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.
Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
Palabra de Dios
Lectura del santo Evangelio según san Juan. Jn 20, 19-23
AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Palabra del Señor
NUESTROS ENFERMOS
La Cabria
Veo que hay algo para lo que no nos preparan en la vida: para sufrir y enfrentarnos al dolor y al sufrimiento, a pesar de ser lo más cercano y normal que nos ocurre a diario. Es más, siempre andamos huyendo de ellos y ni siquiera nos gusta hablar del tema; esto es un error gravísimo, pues la vida está llena de dolor, dificultades y sufrimiento que nos van apareciendo a cada instante, mientras que el gozo y el placer suelen ser muy escasos; por eso, cuando alguno de ellos nos llegan se nos hace todo tan duro y difícil y nos venimos abajo.
A estas alturas y en estas circunstancias, me estoy dando cuenta del error tan grande que hemos cometido… y quieras o no, el miedo al dolor que pueda llevar consigo la muerte es algo que aterra, pues no tienes ni idea de cómo será.
En cuanto a ese miedo que me compartes, te diría que no te preocupes, hoy está muy avanzado todo el tema de cuidados paliativos en medicina y, el dolor es algo que se tiene completamente controlado; nadie tiene por qué sufrir el dolor, si es que no quiere y eso se controla con mucha facilidad.
POLÍTICAS DE IGUALDAD
Hace años que nuestra sociedad viene peleando para acabar con unas costumbres mal amparadas en la tradición y alcanzar una igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Hace, de hecho, muchos años.
Quizá hace tantos años que algunos creemos que deberíamos empezar a pedir explicaciones a quienes lideran las acciones en pos de esta igualdad desde la política cumpliendo el encargo democrático que les hemos hecho en las urnas. Porque lo cierto es que nos parece que, hasta ahora, éxito, lo que se dice éxito, no han tenido mucho.
Hace unos días una familia de nuestra comunidad participó en una jornada organizada por un centro educativo (¡en un centro educativo!) de nuestro entorno cercano, dentro de la cual los chavales habían organizado un “maratón de reggaetón”. El padre y la madre de esta familia tuvieron la desoladora sensación de que, después de tantos años de “políticas de igualdad”, los resultados son terribles. Los bailes consistían, fundamentalmente, en que las niñas se movían de la forma más provocadora posible, sonrientes e insinuantes ante los chicos, mientras se oían letras tan lindas como
“Te dije mami, tomáte un trago
Y cuando estés borracha pa' mi casa nos vamos
[…]
Y tranquila ma, no pasa na’. Enloqueciste pero mas na’
Pedías a grito que te besara en la escalera y en el sofá
Y tranquila ma, no pasa na’.
Conozco ya tu debilidad.
Bastaron solo un par de copas para conocerte en la intimidad”.
Creednos que hay otras que nos ha dado vergüenza incluir aquí.
Pues sí: esto es lo que están oyendo tanto nuestros hijos, aprendiendo a “tratar” a la mujer, como nuestras hijas, aprendiendo a “ser tratadas”.
¡Que alguien haga algo! Padres y madres queremos apoyo porque no puede ser que nosotros tratemos de enseñar a nuestros hijos a respetar a la mujer y a nuestras hijas a exigir respeto para que en el entorno en que ellos viven el ocio y la fiesta los roles sean mucho peores que los del pasado. Porque el dichoso reggaetón sólo es una anécdota, pero la sensación cuando vas por la calle y ves los grupos de jóvenes es que se está desandando todo lo que habíamos conseguido con esfuerzo. Y las dramáticas noticias sobre violencia de género entre jóvenes son un fiel reflejo de lo que hablamos.
Y mientras tanto, eso sí, recibimos notas en casa con “Estimado/a padre/madre… ” o asistimos a interesantes debates sobre la conveniencia de imponer paridad en los consejos de administración.
Muchos pensamos que a las actuales “políticas de igualdad” se les acaba el crédito. Van camino de ser definidas con otra palabrita de moda: van camino de quedarse en simple POSTUREO.