HOJA PARROQUIAL DE
S. JOSÉ DE LINARES
DOMINGO III de ADVIENTO –A-
11 de diciembre de 2016
Año -IX- Nº 369
EDITORIAL
El diálogo
Dice el diccionario que “Diálogo” es 1. Conversación entre dos o más personas que exponen sus ideas y comentarios de forma alternativa. 2. Discusión sobre un asunto o sobre un problema con la intención de llegar a un acuerdo o de encontrar una solución.
Y tiene gracia todas las apelaciones permanentes al diálogo que parten de la premisa “obvia” de que yo tengo razón, así que a ver cómo convenzo a este de una vez.
En el seno de la familia hay dos ámbitos de diálogo que son fundamentales: el diálogo entre marido y mujer y el diálogo entre padres e hijos.
En el primero va en gran medida la salud del matrimonio que, no lo olvidemos, constituye los cimientos de la familia entera. Así que más nos vale cuidarlo mediante un adecuado uso de los gestos, los momentos y las dinámicas personales que fomenten un diálogo sincero y profundo. Un auténtico diálogo entre esposos debería ser humilde por ambas partes, paciente (a pesar del poco tiempo que tenemos), simpático y empático, cálido (al fin y al cabo, nos queremos, ¿no?), oportuno (las cosas es mejor hablarlas cuando toca), constante y renovado (https://goo.gl/hDq9uC).
En el segundo, el que se refiere a las relaciones entre padres e hijos, es, si cabe, aún más delicado, porque afecta a generaciones diferentes que han vivido cosas diferentes y a personas en muy distintos momentos vitales. Quizá por eso es fundamental que los padres y madres asumamos que la experiencia que nosotros vivimos como jóvenes en su momento sólo nos sirve parcialmente porque, queramos a no, la vida ha cambiado, quizá incluso para bien.
PALABRA DE DIOS
Lectura del libro de Isaías 35, 1-6a. 10
El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerá como flor de narciso, se alegrará con gozo y alegría.
Tiene la gloria del Líbano la belleza del Carmelo y del Sarión.
Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios.
Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes; decid a los cobardes de corazón: «Sed fuertes, no temáis.
Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y os salvará.»
Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará, y volverán los rescatados del Señor.
Vendrán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua; Siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán.
Palabra de Dios
Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 7‑10
Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor.
El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía.
Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca.
No os quejéis, hermanos, unos de otros para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta.
Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 2‑11
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos:
-“¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”
Jesús les respondió: -“Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio.
¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!”
Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:
-“¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?
Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito:
“Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti. ”Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.”
Palabra del Señor
NOS HABLA EL PAPA
En este capítulo 3º el Papa hace una análisis de la situación actual por la que atraviesa la familia y ve todos los cambios sociales que se están dando a los que la familia no puede permanecer aislada y se siente marcada por esta realidad que la envuelve: “El cambio antropológico-cultural hoy influye en todos los aspectos de la vida y requiere un enfoque analítico y diversificado ».9 En el contexto de varias décadas atrás, los Obispos de España ya reconocían una realidad doméstica con más espacios de libertad, « con un reparto equitativo de cargas, responsabilidades y tareas […]”
Esta nueva realidad en la que vivimos no permite de ninguna manera seguir anclados en los esquemas anteriores, cosa que tiene muy clara, no solo el Papa, sino todos los obispos del mundo: “Ni la sociedad en que vivimos ni aquella hacia la que caminamos permiten la pervivencia indiscriminada de formas y modelos del pasado » aunque también son conscientes que los cambios que está dando la sociedad y la dirección que van tomando las cosas no van precisamente en orden a sostener los valores que hasta ahora se han tenido: « somos conscientes de la dirección que están tomando los cambios antropológico-culturales, en razón de los cuales los individuos son menos apoyados que en el pasado por las estructuras sociales en su vida afectiva y familiar ». (N.32)
PROMOVER EL TRABAJO DIGNO, TAREA DE TODOS
Hace tiempo el que suscribe esta columna se comprometió a que en casa sólo entrarían a trabajar empresas que cumplieran con sus obligaciones fiscales y laborales: hablando en plata, que te hagan una factura con IVA y que tengan a su gente, asalariados o autónomos, dados de alta. Desde un fontanero hasta un pintor, pasando por el albañil para esa pequeña reforma.
Lo lamentable del tema es que hoy por hoy eso es más difícil de lo que parece, porque nos hemos acostumbrado a una vida “en B” que hace que partamos del hecho de que si nos podemos escaquear del IVA, mejor, y a no hacer preguntas sobre si fulano o mengano, que son muy manitas, trabajan con contrato o no, de tal manera que, creedme, a veces no es fácil en absoluto encontrar quien cumpla al 100%.
Y así nos va. Luego nos echamos las manos a la cabeza porque la Seguridad Social esté tiritando, porque la hucha de las pensiones no dé más de sí, porque alguna criatura tenga un accidente laboral y tenga que contar que se cayó en la calle o cosas así. O que haya tantos jóvenes no tan jóvenes que caminan hacia la jubilación sin haber cotizado apenas, condenados a pelear, cuando llegue el momento, por una pensión no contributiva… si es que llegado el momento hay pensiones no contributivas.
Y no nos damos cuenta de que nuestro escaqueo y nuestro mirar hacia otro lado no sólo es una irresponsabilidad personal, sino que afecta a quienes sí tratan de cumplir, porque la empresa que tiene a sus trabajadores en regla y que asume que los impuestos están para pagarlos, se ve obligada a competir en precios con quienes la única obligación que asumen es la de cobrar.
Nuestros amigos del Movimiento Cultural Cristiano se hacen eco en un artículo reciente de la situación de los 6 millones de trabajadores en España que no llegan al salario mínimo (https://goo.gl/2NqeZC) y que empalman contratos precarios uno detrás de otro. Por supuesto, los que no tienen ni eso no salen en las estadísticas.
Así que la próxima vez que nos echemos las manos a la cabeza criticando a los políticos (motivos no nos faltan), pensemos si cumplimos nosotros en la medida en que nos toca con la tarea de todos de promover el trabajo digno y una economía justa y sostenible.
¡EN LA PRÓXIMA SEMANA!
- Día 12 - Reunión padres de 4º
- Día 13 - Reunión padres de 2º