La Cabria, nº 329

HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ 
DE LINARES 
DOM.1º de NAVIDAD: Sdª. FAMILIA 27 de diciembre de 2015 
Año -VIII- Nº 329 

EDITORIAL

JAQUE MATE A LA FAMILIA

Vivimos en un mundo de “apostasía” de los grandes valores que eran el referente para todo y la humanidad perdió el norte y se dirige hacia una situación de imprevisibilidad: lo estamos viendo que se pueden constatar, incluso a niveles físicos, con la agresión que se está haciendo al planeta que es el modelo de lo que se está haciendo a otros niveles.

En este marco, la FAMILIA CRISTIANA está sufriendo las peores agresiones de toda su historia, pues se la considera obsoleta, desfasada, y contracultural y por ello, está todo estructurado para que no pueda levantar cabeza: vemos que en ella no caben los hijos, los ancianos ni los enfermos, pues no hay ni espacio físico ni tiempo para dedicarlo a ellos ni para la convivencia.

Por otro lado, el bombardeo y el acoso organizado es tremendo: el aborto, el divorcio, las relaciones libres de todo compromiso, la anticoncepción, el sexo vivido como un gozo… y el desprestigio generalizado de la institución familiar catalogada como obsoleta, retrógrada, represiva y manipulada por la religión, frente a una concepción nueva de modelos de familia que se presentan como alternativa al modelo tradicional.

Lo grave del tema es que, de alguna manera, el ordenamiento político y social estaba basado en esta estructura familiar: la sociedad se entendía a sí misma como la gran familia, con un ordenamiento ético que comporta unos derechos y unos deberes para todos; desde siempre se consideraba a la familia como la primera célula de la sociedad; cuando rompemos este referente primario y fundamental, se nos viene todo abajo y nos quedamos en el aire; así, pues, rota la base, el edificio se viene abajo y ahora hay que buscar un nuevo modelo en el que puedan encajar las piezas sueltas, pero tenemos el gran problema que, al haber desechado los grandes valores que sostenían el edificio, ahora nos encontramos que se está intentando poner como referente algo que no tiene consistencia alguna, pues en el relativismo lo que hoy es mañana no tiene por qué ser.

PALABRA DE DIOS

Lectura del libro del Eclesiástico 3, 2‑6. 12‑14

El que teme al Señor honra a sus padres

Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole.

El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros;

el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha.

Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas.

La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.

Palabra de Dios

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 12‑21

La vida de familia vivida en el Señor

Hermanos:

Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión.

Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro.

El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.

Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.

Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo.

Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente.

Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.

Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor.

Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.

Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 41‑52

Los padres de Jesús lo encuentran en medio de los maestros

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.

Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.

Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.

A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.

Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:

-“Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»

Él les contestó:

-“¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?”

Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.

Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.

Su madre conservaba todo esto en su corazón.

Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.
Palabra del Señor

ECOS DEL PAPA FRANCISCO

FELICITACIÓN NAVIDEÑA

“Navidad eres tú,… cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la vida.

La campana de navidad eres tú, cuando llamas, congregas y buscas unir.

Eres también luz de navidad, cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, la alegría y la generosidad.

Los ángeles de la navidad eres tú, cuando cantas al mundo un mensaje de paz, de justicia y de amor.

La estrella de navidad eres tú, cuando conduces a alguien al encuentro con el Señor.

Eres también los Reyes Magos, cuando das lo mejor que tienes sin importar a quién.

El regalo de navidad eres tú, cuando eres de verdad amigo y hermano de todo ser humano.

La tarjeta de navidad eres tú, cuando la bondad está escrita en tus manos.

La felicidad de navidad eres tú, cuando perdonas y restableces la paz, aun cuando sufras.

“SÍ A LA VIDA”

“Sí a la Vida” es el grito que todo ser humano ha de arrancar desde lo más hondo de su ser, porque precisamente, el ser humano lleva marcado en su código genético de humanidad la imagen de Dios que es la VIDA y, a semejanza de Él y en consonancia con Él, está llamado a crear vida, a cuidarla, a potenciarla, a perfeccionarla… y en esta tarea se juega su destino supremo: ser feliz aquí en la tierra y después vivir en plenitud en el reino de los cielos.

Decir “Sí a la Vida” es plantarse radicalmente contra todo aquello que lleva a la muerte como es la guerra, el hambre, el odio, la violencia, el crimen, la injusticia, el atropello, la explotación, la miseria, la destrucción…

Decir “Sí a la Vida” es apostar por ella como valor absoluto que no es negociable con nada ni puede ser suplantado por otro interés; es apostar por todo aquello que la fomenta y la dignifica y, en este marco encontramos a la FAMILIA como espacio privilegiado de la VIDA HUMANA, pues en ella nace, crecen, se cultivan y se desarrollan los grandes valores que hacen al hombre más humano y semejante a su Padre y Creador Dios.

PLEGARIA PARA DESPUES DE ELECCIONES

Dios mío, da tu juicio al gobernante, al diputado, al presidente, al juez… para que inspirados por ti, ejerzan su función con justicia, para que sean honestos en su trato a las personas más débiles. Que nuestras calles, nuestros institutos y nuestras empresas sean espacios de paz y nuestras ciudades sean recintos de justicia. Que quien tiene poder defienda a los más humildes y socorra a los hijos del pobre. Que tengan siempre claro que fueron elegidos para servir al pueblo y no para servirse de él. Que, cuando tú habites en los corazones de los poderosos, la paz y la justicia se extiendan más allá de las fronteras, de las lenguas, de las leyes y de los papeles, por los cinco continentes. Que tu nombre sea eterno y se cuente tu verdad y tu bendición en la prensa, en las redes, entre todas las razas de la tierra.