La Cabria, nº 317

HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ 
DE LINARES
DOM. 28º del T. Ordinario –B-
11 de octubre 2015
Año -VII- Nº 317

Editorial

“TENEMOS QUE HACER FIESTA”

Intentar comprender la misericordia de Dios desde lo limitado de nuestra mente, la estrechez de nuestro corazón, de nuestra mirada o de nuestra justicia, es como “querer echar todo el agua del mar en un hoyo con una concha”. Imposible.

Imposible, porque siempre nos sobrepasará, nos sorprenderá, nos interpelará, desconcertará o abrumará.

La incorrectamente llamada parábola del Hijo Pródigo, que no es sino la Parábola del Padre Misericordioso, nos aproxima a su conocimiento. Jesús quiso que tuviésemos la certeza de que Dios acoge con los brazos abiertos y con gran alegría a sus hijos pecadores arrepentidos.

En el año de la Misericordia el Santo Padre quiere que la Iglesia (que cada uno de nosotros) sea reflejo de la misericordia de Dios y este Jubileo sea experiencia viva de la cercanía del Padre a todos sus hijos pecadores.

Que nuestra actitud no sea como la del hijo mayor, que lleno de rencor y envidia, se niega a entrar en la fiesta que van a celebrar por el regreso de su hermano, sino que además enumera a su padre todas las cosas buenas que él ha hecho y las malas que ha hecho su hermano. Realmente, el hijo ha cumplido con su deber pero le falta AMOR a su padre y a su hermano. El Padre sale también al encuentro de ese otro hijo, porque la fiesta no será completa si no están todos.

En el Año Jubilar el Santo Padre nos invita a “celebrar una gran fiesta” de acogida para todos los pecadores arrepentidos, recemos para que los creyentes seamos humildes, acerquemos con nuestras obras la misericordia de Dios a nuestro entorno y acojamos a nuestros hermanos al modo como Dios nos acoge siempre que volvemos a Él.

Palabra de Dios

Lectura del libro de la Sabiduría 7, 7‑11

Supliqué, y se me concedió la prudencia; invoqué, y vino a mí el espíritu de sabiduría.

La preferí a cetros y tronos, y, en su comparación, tuve en nada la riqueza.

No le equiparé la piedra más preciosa, porque todo el oro, a su lado, es un poco de arena, y, junto a ella, la plata vale lo que el barro.

La quise más que la salud y la belleza, y me propuse tenerla por luz, porque su resplandor no tiene ocaso.

Con ella me vinieron todos los bienes juntos, en sus manos había riquezas incontables.

Palabra de Dios.

Lectura de la carta a los Hebreos 4, 12‑13

La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga los deseos e intenciones del corazón.

No hay criatura que escape a su mirada. Todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas. 

Palabra del Señor.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 17‑30

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: *Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?+

Jesús le contestó: *¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios.

Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.+

El replicó: *Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.+

Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: *Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.+

A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.

Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: *¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!+

Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: *Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.+

Ellos se espantaron y comentaban: *Entonces, ¿quién puede salvarse?+

Jesús se les quedó mirando y les dijo: *Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.+

Pedro se puso a decirle: *Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.+

Jesús dijo: *Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones y en la edad futura, vida eterna.+ 

Palabra del Señor.

Ecos de Francisco

EL ROSTRO DE LA MISERICORDIA

El Papa invita a que la Iglesia, en este tiempo de desconcierto que vivimos en donde la violencia y el desprecio a la persona se impone, para que cada cristiano sea un signo vivo de la misericordia de Dios que ama a este mundo y no quiere que se pierda.

(3.) Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes.

La Virgen María se presenta como respuesta de Dios al mundo ante el pecado que ha cometido, pues no quiere que quede como signo la ruptura, SINO EL AMOR que está por encima de nuestros pecados. Este signo ha de ser identificativo de la iglesia

El Año Santo se abrirá el 8 de diciembre de 2015, solemnidad de la Inmaculada Concepción. Esta fiesta litúrgica indica el modo de obrar de Dios desde los albores de nuestra historia. Después del pecado de Adán y Eva, Dios no quiso dejar la humanidad en soledad y a merced del mal. Por esto pensó y quiso a María santa e inmaculada en el amor (cfr Ef 1,4), para que fuese la Madre del Redentor del hombre. Ante la gravedad del pecado, Dios responde con la plenitud del perdón. La misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona. En la fiesta de la Inmaculada Concepción tendré la alegría de abrir la Puerta Santa. En esta ocasión será una Puerta de la Misericordia, a través de la cual cualquiera que entrará podrá experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza.

En nuestra iglesia de Jaén quedarán también tres iglesias jubilares como signo de nuestra reconciliación con Dios Padre y con el mundo: la catedral de Jaén, la de Baeza y el santuario de la Virgen de la Cabeza, patrona de Jaén.

Muerte "digna"

Cada cierto tiempo salta a las primeras páginas de los medios de comunicación el caso de algún enfermo para el que se solicita “la muerte digna”, término que está unido a la eutanasia, pues en la deriva que tenemos de manipulación del lenguaje se quiere elevar a “digno” lo que en la práctica sería provocar la muerte conscientemente. Parece que el que un enfermo quiera que le maten o en su caso los familiares “es lo realmente digno”. Morir por enfermedad sin pedir la eutanasia es indigno. Esto último parece de cobardes, lo otro de valientes. Conocemos a tantos amig@s y familiares que han sufrido enfermedades largas y muy duras pero que han mantenido realmente su dignidad hasta el final, que nos ofende tanta “muerte digna” falsamente vendida.

La Iglesia no quiere que una vida se alargue artificialmente nunca, sus directrices son claras. Pero provocar la muerte a una persona porque su vida, por causa de la enfermedad, accidente, etc. no es como a nosotros nos gustaría que fuese, es un pecado mortal. Y así hay que decirlo.