La Cabria, nº 306

HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ DE LINARES
DOMINGO 6º DE PASCUA.-B
10 DE MAYO de 2015
Año -VI- Nº 306

Editorial

ECOS DEL DÍA DE LA MADRE

Estos días atrás celebramos al ser que ocupa el centro de nuestras vidas y a quien han cantado todos los poetas, músicos y sobre el que se han vertido ríos de tinta ensalzándola. Pero, tristemente, es al mismo tiempo el ser más “explotado” en la vida práctica. El Papa acaba de reconocerlo: 

"Pero la madre, aun siendo muy exaltada desde el punto de vista simbólico - tantas poesías, tantas cosas bellas que se dicen poéticamente de la madre - es poco escuchada y poco ayudada en la vida cotidiana, poco considerada en su rol central en la sociedad. Es más, a menudo se aprovecha de la disponibilidad de las madres a sacrificarse por los hijos para "ahorrar" en los gastos sociales… 

Deberían ser más escuchadas. Sería necesario comprender más su lucha cotidiana para ser eficientes en el trabajo y atentas y afectuosas en familia… Las madres son el antídoto más fuerte a la difusión del individualismo egoísta… Son ellas, las madres, quienes odian mayormente la guerra, que mata a sus hijos. 

Muchas veces he pensado en aquellas madres cuando han recibido la carta: "Le digo que su hijo ha caído en defensa de la patria... ". ¡Pobres mujeres, cómo sufre una madre! Son ellas quienes testimonian la belleza de la vida… Las madres viven un “martirio materno”, pues “dar la vida” no es sólo que lo maten a uno; dar la vida, tener espíritu de martirio, es dar en el deber, en el silencio, en la oración, en el cumplimiento honesto del deber, en aquel silencio de la vida cotidiana, ir dando la vida, como la da la madre que sin aspavientos, con la sencillez del martirio maternal concibe en su seno a su hijo, da a luz, da de mamar, hace crecer, cuida con cariño a su hijo. Es dar la vida - y éstas son las madres. Eso es el martirio.

¿Cuál es la elección de vida de una madre? La elección de vida de una madre es la elección de dar vida. Y esto es lo más grande, esto es bello.

Una sociedad sin madres sería una sociedad deshumana, porque las madres siempre saben testimoniar incluso en los peores momentos, la ternura, la dedicación, la fuerza moral".

Palabra de Dios

Lectura de los Hechos de los apóstoles 1,1‑11 

En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios.

Una vez que comían juntos, les recomendó: "No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo." Ellos lo rodearon preguntándole: "Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?" Jesús contestó: "No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines del mundo." 

Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndole irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: "Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse." 

Palabra de Dios

Lectura de la carta a los Efesios 1,17‑23 

Hermanos: 

Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos. 

Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según s. Marcos 16,15‑20 

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».

Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a predicar por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

Palabra del Señor

El Papa dice

En nuestros días nos encontramos con un problema grande: han cambiado todas las cosas, la concepción del mundo, de la persona, de las relaciones con Dios, del papel del hombre en la tierra y hasta se han creado nuevas necesidades que exigen otras respuestas. El peligro que tenemos es pensar que nada de lo que teníamos sirve para nada y nos entren ganas de tirar la toalla.

El Papa sale al frente de esta tentación, que es muy actual, indicándonos que aunque hayan cambiado muchas cosas, no ha sido sino en la forma, porque en el fondo el hombre sigue sintiendo las mismas necesidades y, sobre todo, una que es fundamental: su llamada suprema a ser feliz, y eso solo lo puede encontrar en Jesucristo. El problema estará en la forma cómo hoy puede el hombre encontrarlo y sentir que ha completado todas sus expectativas. Esta será la gran misión de la Iglesia, pero nos recuerda que no podemos olvidar que esto es obra de Dios, es el Espíritu el que trabaja el corazón de los hombres: “En cualquier forma de evangelización el primado es siempre de Dios, que quiso llamarnos a colaborar con Él e impulsarnos con la fuerza de su Espíritu. La verdadera novedad es la que Dios mismo misteriosamente quiere producir, la que Él inspira, la que Él provoca, la que Él orienta y acompaña de mil maneras. En toda la vida de la Iglesia debe manifestarse siempre que la iniciativa es de Dios, que «Él nos amó primero» (1 Jn 4,19) y que «es Dios quien hace crecer» (1 Co 3,7).

Esta convicción nos permite conservar la alegría en medio de una tarea tan exigente y desafiante que toma nuestra vida por entero. Nos pide todo, pero al mismo tiempo nos ofrece todo”. (12)

Proclámalo

«Nadie tan madre... como Dios», (S. Agustín). 

«Después de la bondad de Dios, nada hay tan perfecto como la bondad de una madre» (Descuret).

«La obra maestra más hermosa del corazón de Dios es el corazón de una madre» (Teresa del Niño Jesús).

«Dios, al damos su vida, nos ha dado por cuna el corazón de una madre» (Lacordaire).

«La madre representa para el hijo: el bien, la bondad, la providencia, la ley, en una palabra, la Divinidad en su forma tangible» (Amiel).

«No puede perderse un hijo que cuesta tantas lágrimas a su madre» (San Ambrosio a santa Mónica).

A las madres católicas que sufren: «No es el momento de los tímidos, ni de los perezosos, ni de los ausentes, sino que es el tiempo de los generosos, de los fuertes, de los puros, de los esforzados, de los convencidos.» La madre es la que nos enseña y nos empuja hacia una vida mejor (Pablo VI).

«Me gusta el que se abandona en mis brazos como el bebe que se ríe, y que no se ocupa de nada y ve el mundo a través de los ojos de su madre.» (Charles Péguy)

Bienvenidos

En nombre de la Comunidad queremos dar la bienvenida a todos los niños que hacen esta semana su primera comunión y por primera vez dejan su palabra delante de la comunidad que los ha recibido indicando que están dispuestos a insertarse en ella y ser miembros vivos y activos. Esperamos y deseamos que sean fieles a esa palabra y su puesto lo ocupen cada semana en la mesa del Señor.

En esta semana

Día 14, 16.00: confesiones.
Día 15, 16.00: ensayo
Día 16, 12.00: misa

Visto en YouTube

Os recomendamos este vídeo de YouTube con una intervención del Papa sobre “La belleza del matrimonio cristiano” en la Audiencia general.