HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ DE LINARES
DOMINGO 5º DE PASCUA.-B
3 DE MAYO de 2015
Año -VI- Nº 305
Editorial
SIN NOMBRE
Hoy en las noticias se puede ser muerto anónimo por desconocimiento del nombre o por ocultación premeditada del mismo. ¿No se han dado cuenta que cuando no se conoce el nombre de los fallecidos, “los muertos” parece que están menos muertos, que la muerte es de menor importancia? Esto ha ocurrido con Abel Martínez. Se conocía el nombre, de dónde era, su historia personal y familiar pero no se le nombraba, solo se relataba el suceso, nada se ha dicho sobre él. Así su asesinato se encuadra en un nivel menos importante. Nos presentan el muerto, sí, pero ocultan su identidad. Así sin identidad, se le desvincula del mundo, por lo que el dolor casi ni lo es, nadie parece que va a sufrir su pérdida. ¿Quién era Abel? El profesor asesinado en Barcelona.
Y hay muchísimos más muertos sin nombre: todos los que mueren en el Mediterráneo. Estos tienen familia, padre, madre, hermanos... una historia personal, unos sueños por vivir. Cuántos programas de investigación conocen en los que se presenten a familias de estos desaparecidos para que den su testimonio y expliquen por qué su hij@, herman@, marid@ tuvieron que huir y sintamos el dolor que siente por la pérdida.
Con los cristianos asesinados ocurre otro tanto. La noticia no ocupa siquiera primeros titulares. Hasta los asesinatos aberrantes del ISIS dependiendo de quién se trate, tienen mayor o menor repercusión.
Y ni que decir tiene de los cientos de miles de niñ@s abortados en todo el mundo.
Esto ocurre cuando la sociedad deja de tener como prioridad absoluta a la persona y se ponen otras cosas por delante, llámese derecho de la mujer, fronteras, leyes de inmigración, etc., etc. Jesús nos lo dijo muy claro: la persona y su dignidad está por encima de todo, sin excepciones.
Palabra de Dios
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 9, 26‑31
En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles.
Saulo les contó cómo había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y cómo en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús.
Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén, predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesárea y lo enviaron a Tarso.
La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo.
Palabra de Dios
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 18‑24
Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.
En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.
Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.
Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó.
Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 1‑8
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-“Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador.
A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada.
Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.”
Palabra del Señor
El Papa dice
El otro día terminamos la asamblea constatando que estamos dormidos y que nos cuesta retomar la marcha porque las dificultades que se presentan suponen un gran esfuerzo: pero eso no puede ser motivo para quedarnos paralizados. El Papa nos dice que si es verdad que tenemos una experiencia auténtica de vivir en Cristo, eso hay que sacarlo fuera y dar testimonio ante el mundo: “El bien siempre tiende a comunicarse. Toda experiencia auténtica de verdad y de belleza busca por sí misma su expansión, y cualquier persona que viva una profunda liberación adquiere mayor sensibilidad ante las necesidades de los demás. Comunicándolo, el bien se arraiga y se desarrolla”.
Cuando nos quedamos apoltronados, acomodados en nuestros esquemas religiosos, hemos convertido nuestra fe en Jesús en un sentimiento religioso desconectado por completo de la vida. Eso nos lleva automáticamente a la muerte; el Papa lo tiene muy claro y dice: “La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. De hecho, los que más disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de la orilla y se apasionan en la misión de comunicar vida a los demás» Cuando la Iglesia convoca a la tarea evangelizadora, no hace más que indicar a los cristianos el verdadero dinamismo de la realización personal: «Aquí descubrimos otra ley profunda de la realidad: que la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es en definitiva la misión. Por consiguiente, un evangelizador no debería tener permanentemente cara de funeral. Recobremos y acrecentemos el fervor, la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas”.
Testimonios de vida
Recogemos algunas reflexiones y acciones que hombres y mujeres de Iglesia están haciendo ante la tragedia que se vive en el Mediterráneo.
Sor Eugenia Bonetti, una misionera italiana de la Consolata:
“Nuestros intereses, nuestras ganancias son más importantes que la necesidad de salvar la vida de los pobres, de los últimos, de los que no tienen voz, de quienes quizá hayan sido explotados de muchos modos y que ahora llaman a nuestras puertas para pedir un poco de seguridad para ellos y su familia. ¿Con qué coraje decimos: ‘no os queremos, no os aceptamos, moriros en el mar, porque a nosotros no nos importa’? Esto clama a Dios”.
“Es necesario avanzar en la humanidad, porque si todos nos sentimos responsables y hacemos nuestra parte, la globalización de la indiferencia destruirá nuestra seguridad, nuestra sociedad, nuestro bienestar”
En la isla de Sicilia, al sur de Italia, siguiendo la llamada del Papa Francisco a ir hacia las periferias de la sociedad, el Padre Sergio Mattaliano, párroco de San Juan María Vianney en Palermo, ha abierto el templo para alojar a un grupo de 225 inmigrantes africanos.
Lo mismo hizo el Padre Mauricio Francoforte con 25 jóvenes inmigrantes en la sede histórica del Centro Padre Nuestro, fundado por el Beato Don Pino Puglisi, en el barrio de Brancaccio.
Así mismo, otros 200 jóvenes fueron alojados en los locales cercanos a la parroquia Santísima María Consoladora, en el barrio Ruffini, y unos 100 fueron llevados al centro de Santa Rosalia y San Carlo de Caritas.
Visto en la tele
¿Alguien vio “Viajando con Chester” la semana pasada? Entrevistaban a Pablo Pineda, el chico con Down que es actor y diplomado en Magisterio. Ponía los pelos de punta oírle pedir a las madres que se lo piensen mucho antes de abortar y admitiendo que si su madre hubiera sabido que era Down, quién sabe si él estaría hoy aquí.
En esta semana
- Jueves 7, 16.00: 1ª Celebración del Perdón con los niños que harán su 1ª Comunión el Sábado.
- Viernes 8, 16.00: ensayo de la ceremonia
Para estar informados
La Conferencia Episcopal Española aprobó el pasado 24 de abril de la Instrucción Pastoral Iglesia, servidora de los pobres. Recomendamos su lectura.