La Cabria, nº 256


HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ 
DE LINARES
2º DOMINGO DE CUARESMA –A-
16-MARZO-2014
Año -VI- Nº 256

Editorial

El sacramento del “nosotros”

En anteriores editoriales hemos hablado del egoísmo imperante en gran parte de nuestra sociedad. Mencionamos, por ejemplo, la tendencia de los niños a ser tan posesivos con sus cosas, que son muchas más que las que antes teníamos y que algunos pensamos que a pesar de ello, se compartían más. Pero hablamos también de los adultos y cómo nos movemos en un ambiente donde parece lo natural reivindicar “MI espacio”, vivir “Mi vida”, etc.

Lo que queremos poner en valor en nuestra editorial de hoy es el sacramento del matrimonio como contrapunto radical de esas actitudes. La hemos titulado “El sacramento del nosotros” porque lo más grande que tiene este encuentro con el Señor es precisamente que propone un estilo de vida donde dejas de hablar de tu “yo” para sentir que tu vida es un permanente “nosotros”. Pocas cosas hay más hermosas en la ya extraordinaria liturgia que tenemos que las promesas que nos hacemos en el día de nuestra boda. Esas promesas sustentan un nuevo estilo de vida, porque si las haces sintiéndolas de verdad, ya no necesitas vivir “tu vida” sino “nuestra vida”, y “mi espacio” se queda vacío porque lo que quieres es vivir en “nuestro espacio”. Y esa nueva forma de vida, lejos de ser implicar una renuncia, se vive como el que entra en una nueva dimensión, en la que sientes la alegría, la tristeza, el dolor, la esperanza… sólo en la medida en que lo sientes en comunión con tu pareja.

El sacramento del matrimonio, como el resto de sacramentos, es signo de la presencia de Cristo entre nosotros. Y cuando se vive en su plenitud, es un signo que muy visible desde la perspectiva de los hombres. Ver a una pareja formada por un matrimonio cristiano recuerda a cómo la gente se admiraba al ver el estilo de las primeras comunidades cristianas y decían sorprendidos “miradlos cómo se aman”.

Palabra de Dios

Lectura del Libro del Génesis 12, 1‑4a

En aquellos días, el Señor dijo a Abrahán:

—Sal de tu tierra y de la casa de tu padre hacia la tierra que te mostraré.

Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre y será una bendición.

Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan.

Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo.

Abrahán marchó, como le había dicho el Señor.

Palabra de Dios

Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a Timoteo 1, 8b‑10

Querido hermano:

Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según las fuerzas que Dios te dé.

El nos salvó y nos llamó a una vida santa no por nuestros méritos, sino porque antes de la creación, desde tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo; y ahora, esa gracia se ha manifestado por medio del Evangelio, al aparecer nuestro Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal. 

Palabra de Dios

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 17, 1‑9

En aquel tiempo, Jesús tomo consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta.

Se transfiguró delante de ellos y su rostro resplandecía como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.

Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.

Pedro, entonces tomó la palabra y dijo a Jesús:

—Señor, ¡qué hermoso es estar aquí! Si quieres, haré tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía:

—Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadle.

Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto.

Jesús se acercó y tocándolos les dijo:

—Levantaos, no temáis. 

Al alzar los ojos no vieron a nadie más que a Jesús, solo.

Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:

—No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos.

Palabra del Señor

Vivir en la Iglesia

Vivir en conflicto XX

De la misma manera, los opositores y perseguidores se sienten sorprendido al no poder controlar lo que ocurre en el corazón de la gente: Pablo, que había sido el judío orgulloso de cumplir y hacer cumplir la ley de Moisés, ahora veía que no era la ley, sino Jesús, al que él había perseguido, el que transformaba las personas y a su nombre todo se rendía, como le ocurrió a él. 

“Pero Pablo le gritó: “No te hagas daño, que estamos todos aquí.” Hch. 16,28:

“Hacia la media noche Pablo y Silas estaban cantando himnos a Dios, y los demás presos los escuchaban. De repente se produjo un temblor tan fuerte que se conmovieron los cimientos de la cárcel, las puertas se abrieron de golpe y a todos los presos se les soltaron las cadenas”. Hch. 16,25-26

“Hasta tal punto que imponían a los enfermos pañuelos o ropas que él había usado, y mejoraban. También salían de ellos los espíritus malos”. Hch. 19,12

El dejarse en manos de Jesús y no obstaculizar su acción entre la gente, esto producía una confusión enorme en los apóstoles, que no alcanzaban a comprender cómo Dios puede tener una fuerza transformadora tan grande cuando lo dejamos que actúe, de tal forma que Pablo llegará a decir: “No soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mi” y en otro momento dirá que la fuerza de Dios está justamente en su debilidad: 

“Pablo había juntado una brazada de ramas secas y, al echarlas al fuego, una víbora que escapaba del calor se le enroscó en la mano. Al ver los nativos a la víbora colgando de la mano de Pablo, se dijeron unos a otros: “Sin duda éste es un asesino. Aunque se haya salvado del mar, la justicia divina no lo deja vivir.” Pero Pablo sacudió la víbora echándola al fuego y no sufrió daño alguno. Pensaban que se iba a hinchar o caer muerto de repente, pero después de esperar largo rato, vieron que no le pasaba nada. Entonces cambiaron de parecer y decían que era un dios”. Hch. 28,3-6

Ve y lo cuentas

Hace unos días uno de nosotros oía en la radio el testimonio de una mujer que sufrió malos tratos por parte de su marido durante años, y aguantó hasta que casi pierde la vida en una paliza porque en su familia “católica” le decían “hija, ya sabes que el matrimonio es para toda la vida”. Lo que nosotros ponemos en duda seriamente es que una unión en que uno de sus miembros se atreve a levantarle la mano (o la voz) al otro se pueda llamar realmente matrimonio cristiano. Eso no es lo que se promete delante del altar y, por tanto, sería un matrimonio nulo, sin matices. Los matrimonios tendremos que “aguantarnos” ciertas cosas, pero hay límites que no se pueden consentir atravesar y que todos debemos contribuir a erradicar. La Iglesia entera debe estar muy atenta y ser muy beligerante en la denuncia de esta lacra de los malos tratos. Que nadie caiga en la tentación de mirar para otro lado poniendo excusas donde no las hay.

Lo que no vende

Cuando ves a algunas parejas jóvenes y cómo se acercan al matrimonio, dan ganas de aconsejarles que no se casen. Bien conocido es que algunas de ellas hacen separación de bienes, “por lo que pueda pasar luego” (¡menudo comienzo!), pero es que también hemos visto cómo a veces la decisión de si se casan o no se toma en función de cuánto de “MI espacio” me va a dejar mi pareja después de casarnos: “es que yo necesito MI tiempo para estar con MIS amigos/as”, “es que para mí el deporte [o el ordenador, o la pesca, o lo que sea…] es MI vida”, etc. Oír cómo se “negocia” eso en una pareja que va a casarse por la Iglesia, en el marco del matrimonio cristiano, es desalentador. Algunos lo viven como una soga que se va apretando alrededor de su cuello y, evidentemente, no se trata de eso.

Para la reflexión

Un periodista preguntó a la pareja: “¿Cómo se las arreglan para estar juntos 65 años?” Y ella contestó: “Nacimos en un tiempo en que si algo se rompía, se arreglaba, no se tiraba a la basura”.

En esta semana

  • Desde la Delegación de MANOS UNIDAS nos agradecen la colaboración por la colecta, que alcanzó los 700 € y que en la cena llegó a la cifra de 510 €.
  • Jueves, viernes y sábado: Triduo en honor al Santísimo Cristo de la Buena Muerte.
  • El sábado después de misa, via-crucis con el Señor hasta Santa María y vuelta a la parroquia para visitar las exequias de Lolo. 
  • El domingo en misa de 12, función principal de la Hermandad de los Estudiantes.