La Cabria, nº 210

HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ 
DE LINARES 
DOM. 5º t.o. C 
10-Febr 2013 Año V- Nº 210

Editorial

“NO HAY JUSTICIA SIN IGUALDAD”

“Creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios…”  (Gen 1, 26-27)

Este año, la Campaña de Manos Unidas se centra en la promoción de la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer y quiere ser una llamada a la conciencia de la sociedad para que defienda el desarrollo integral de cada persona, hombre o mujer, y el ejercicio de todos sus derechos fundamentales, gravemente conculcados en muchas partes del mundo. 

Son numerosos los países en los que la mujer padece una grave desigualdad y es víctima de la violencia física, sexual y psicológica, incluyendo la violación como arma de guerra. De todo el comercio internacional de seres humanos, cerca del 70% es de niñas y mujeres. A ello hay que sumar el número alarmante de abortos de niñas, el infanticidio de las ya nacidas o su abandono y su continua discriminación en la asistencia sanitaria y en su alimentación, lo que impide su desarrollo físico y mental. 

Además, siendo la mujer un agente clave en el desarrollo, no sólo es explotada económicamente, sino que se vulneran derechos tan esenciales como el de su propia libertad, la capacidad de tomar las mismas decisiones que el hombre, o el de poder ser titular de los mismos bienes. 

Con respecto a la educación, hay que subrayar que las dos terceras partes de las personas analfabetas del mundo son mujeres y que esto afecta gravemente a la posibilidad de afrontar la vida en pie de igualdad con los hombres. Manos Unidas trabaja por la igualdad y la autonomía de la mujer y defiende que el hombre y la mujer tienen la misma dignidad, porque han sido creados a imagen de Dios, y porque la reciprocidad que anima a la pareja humana es imagen de Dios y se expresa en la mutua colaboración entre el hombre y la mujer.

Palabra de Dios

Lectura del libro de Isaías. 6, 1-2a. 3-8 

El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo. Y vi serafines en pie junto a él. Y se gritaban uno a otro, diciendo: «¡Santo, santo, santo, el Señor de los ejércitos, la tierra está llena de su gloria!» Y temblaban los umbrales de las puertas al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo. Yo dije: « ¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey y Señor de los ejércitos.» Y voló hacia mí uno de los serafines, con un ascua en la mano, que había cogido del altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo: «Mira; esto ha tocado tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado.» Entonces, escuché la voz del Señor, que decía: «¿A quién mandaré? ¿Quién irá por mí?» Contesté: «Aquí estoy, mándame.» 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios: 1 Cor 15, 1-11) 

Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os proclamé y que vosotros aceptasteis, y en el que estáis fundados, y que os está salvando, si es que conserváis el Evangelio que os proclamé; de lo contrario, se ha malogrado vuestra adhesión a la fe. Porque lo primero que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí. Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de llamarme apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído. 

Lectura del santo evangelio según san Lucas. (Lc 5, 1-11) 

En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara, un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Remad mar adentro, y echada las redes para pescar.» Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.» Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.» Y es que el asombro- se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres.» Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 59

Mejor ceder que cortar: La separación de Abrám y de Lot. 

NOTA: Ruego LEER Génesis 13. Tenemos que animarnos para conocer a Dios por los caminos de la Biblia. 

Christian: (Cristiano o seguidor de Cristo): Después de tu estancia en Egipto, amigo Abaham, subes al Negueb, cuya principal ciudad era Betseba. Sigues tu camino con tu familia y con tus valiosas riquezas, desde Negueb hasta Betel. 

Abraham: Fue un viaje largo, pero, al llegar al sitio donde años antes había erigido un altar, encontré la recompensa. Allí invoqué el nombre del Señor. Para el creyente es imprescindible el diálogo con Dios. Es lo que llamamos la oración. 

Christian: Es que no es concebible que quien se ha fiado de Dios y quiera seguir el camino que Él le señala, no sienta la necesidad de hablar con nuestro Maestro Jesús. 

Abraham: Cierto, querido amigo Christian. No podemos olvidar que es Dios nuestro compañero de viaje, nuestro guía, nuestra fuerza y nuestra luz. Sin Él no hubiese resuelto el problema que surgió entre los pastores de mi sobrino Lot y los míos. 

Christian: ¿Y cuál fue realmente el problema? 

Abraham: Mi sobrino Lot me acompañaba. Pero era tanto el ganado que sumábamos entre los dos, que la tierra se nos quedó pequeña. No había sitio para todos, y esto suscitó el altercado. 

Christian: En el fondo de ese altercado creo que se encontraba lo que llamamos la ambición, el tener más, el dinero. Cuántos hermanos no se hablan por la herencia. A veces terminan para siempre por un trocito de tierra. 

Abraham: Eso es lo que yo temía, por lo que hablé con mi sobrino Lot y le dije: “No quiero que haya altercados entre nosotros dos, ni tampoco entre tus pastores y los míos, porque somos hermanos”. 

Christian: Buena razón: somos hermanos. Y dejaste a Lot que eligiera ¿y qué hizo? 

Abraham: Lo que yo me esperaba: Lot dirigió una mirada a su alrededor, y vio que toda la región baja del Jordán, hasta llegar a Soar, estaba tan bien regada como el Jardín del Señor o como la tierra de Egipto. Lot eligió para sí toda la región baja del Jordán y se dirigió hacia el este. Así nos separaron el uno del otro. 

Christian: Bueno, amigo Abraham, ¿y tú con qué te quedaste? 

Abraham: Yo permanecí en Canaán, mientras que Lot se estableció entre las ciudades de la región baja, poniendo su campamento cerca de Sodoma. 13 Pero los habitantes de Sodoma eran perversos y pecaban gravemente contra el Señor. De esto y del destino de Sodoma y Gomorra hablaremos en otra ocasión.

Ve y lo cuentas

El proyecto encargado al arciprestazgo de Linares en esta campaña de Manos Unidas es la CONSTRUCCIÓN DE UN CENTRO DE FORMACIÓN en India, en el estado de Chhattisgarh. Al frente del proyecto están las Hermanas Misioneras Snehagiri, que trabajan desde hace siete años en esta aldea. Empezaron con una pequeña construcción que usaban como dispensario. Poco a poco y con la colaboración de Manos Unidas han iniciado un centro de salud con unas habitaciones para enfermos, sala de partos y equipo de laboratorio básico. Junto con ello han ido ampliando poco a poco su trabajo social con la población. Han formado grupos de autoayuda, clubes de granjeros, realizan programas de salud, de cuidados maternos-infantiles, entre otros. Para realizar estas actividades muchas veces tienen que realizar cursos residenciales y dar alojamiento dado lo remoto del lugar. Solicitan nuestra colaboración para ampliar el centro existente. Con ello se facilitaría mucho los cursos de formación, reuniones y resto de actividades. Manos Unidas contribuirá con un 84% del coste de la construcción y la contribución local será una parte de la construcción, el equipamiento y costes administrativos. Los beneficiarios directos del proyecto serán 14.000 personas y los indirectos 18.000. El importe total del proyectos es de 32.308 €.