La Cabria, nº 198


HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ 

DE LINARES 
34º DOM. t. o.B 
25-nov.-2012 
Año V- Nº 198

Editorial

LOS PRIVILEGIADOS BANCOS 

Mantener una progresión de ganancias que superara cada año la del anterior, llevó a las entidades financieras a asumir mayores riesgos con el dinero de sus clientes y… llegó la crisis. Los impagos y la falta de liquidez las ponían al borde de la quiebra. 

Acuden al gobierno que, para solucionarles la papeleta, pide un préstamo a la Unión Europea. Con ese dinero se les aporta liquidez al tiempo que se les libra de la mayoría de los inmuebles que se adjudicaron al ejecutar las hipotecas. Problema finiquitado. 

Con los inmuebles se crea el Banco Malo (una inmobiliaria), que para funcionar necesitará capital cuya suscripción se ofrece en su mayoría a la inversión privada (varios bancos han anunciado su participación). Un negocio para el sector privado con una previsión de beneficios de un 14-15%, y un detalle significativo: los gestores no podrán ganar más de 500.000 euros anuales… ¡por la crisis! 

La otra cara de este apaño es que el préstamo solicitado al BCE, con sus intereses, lo tenemos que devolver entre todos los españoles, porque son Deuda Pública; y, sobre todo, la tragedia de miles de familias que se han quedado sin su vivienda después de haber perdido su empleo. 

¡Qué paradoja! Si ganan mucho dinero los beneficios son privados, todo para ellos; pero, si por la mala gestión o la ambición desmedida, tienen pérdidas, tenemos que pagarlas entre todos. 

¿No sería más justo y más humano pedir un rescate para, mientras llega la reactivación económica, evitar el dolor de tantas familias desahuciadas y cubrir las necesidades básicas de los que se han quedado sin nada por la crisis financiera, y que este préstamo lo pagaran los políticos, banqueros y especuladores que la provocaron y que hoy aún se siguen lucrando de sus privilegios?

Palabra de Dios

Lectura de la profecía de Daniel 7, 13-14 

Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. 

Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin. 

Lectura del libro del Apocalipsis 1, 5-8 

Jesucristo es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra. 

Aquel que nos ama, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre. 

A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. 

Mirad: El viene en las nubes. Todo ojo lo verá; también los que lo atravesaron. Todos los pueblos de la tierra se lamentaran por su causa. Sí. Amén. 

Dice el Señor Dios: «Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso.» 

Lectura del santo evangelio según san Juan 18, 33b-37 

En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús: 

«¿Eres tú el rey de los judíos?» 

Jesús le contestó: 

«¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?» 

Pilato replicó: 

«¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?» 

Jesús le contestó: 

«Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.» 

Pilato le dijo: 

«Conque, ¿tú eres rey?» 

Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.»

Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 48

La torre de Babel (b). La confusión de lenguas. 

R: Creo muy conveniente leer el texto, por lo que lo he transcrito aquí para facilitar su lectura. 

“Y el Señor dijo: «Puesto que son un solo pueblo con una sola lengua y esto no es más que el comienzo de su actividad, ahora nada de lo que decidan hacer les resultará imposible. Bajemos, pues, y confundamos allí su lengua, de modo que ninguno entienda la lengua del prójimo». El Señor los dispersó de allí por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad. Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allí los dispersó el Señor por la superficie de la tierra”. (Gn. 11,6-9). 

P: Estás en todos los detalles. 

R: Es que siempre he tenido como una especie de obsesión por que los cristianos conozcamos nuestro Libro, que contiene la historia del Dios que nos quiere con locura. (Perdón). Pero sigamos con nuestro tema. En primer lugar he de decirte que la palabra “babel” es de origen babilónico y significa “puerta de Dios”. Lo que pasa es que el autor de este pasaje desconocía el idioma babilónico y nos dice: “se la llamó babel porque así confundió el Señor todas las lenguas”. 

P: Entonces –digo yo- ¿es que el autor sagrado pretendió ejercer de filólogo? 

R: Nada de eso. Está aludiendo al pecado del hombre y a la reacción de Dios. Pero tenemos que dejarlo para el día que viene. 

P: ¿Sabes una cosa, amigo? Que estoy gozando con esto de la torre de Babel. Yo solo me había quedado con lo de la confusión de lenguas, pero es que, además, lo creía al pie de la letra. Me sorprende ver lo que dice el autor sagrado y lo que nos quiere decir. Es una auténtica catequesis. 

R: A mí me estás haciendo gozar con eso que me dices. Vamos a seguir. No hace mucho que hemos celebrado el día de Pentecostés y hemos visto cómo allí ocurrió todo lo contrario que en babel. San Pedro hablaba en su propia lengua y todos los que estaban allí: pardos, medos, elamitas, habitantes de Mesopotamia, de Judea y Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia, forasteros, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos lo entendían en su lengua respectiva. (Hech. 2, 9-11). 

P: Una escena impresionante, en la que se ve la gran diferencia entre Pentecostés y Babel, y yo me pregunto: ¿por qué esta diferencia? 

R: Lo que marca la diferencia es el AMOR. El pecado divide a los hombres, nos aleja de Dios y de los hermanos. Necesitamos un corazón que funcione al ritmo del corazón de Dios, que es amor. Que el Espíritu sople sobre nosotros. 

P: Ojalá que así sea.

Visión de futuro

Os proponemos leer despacio estas palabras que dejó escritas un presidente de los Estados Unidos hace más de dos siglos, porque hoy cobran vigencia y actualidad: 

“Pienso que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que ejércitos enteros listos para el combate. Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y todas las instituciones que florecerán en torno a los bancos, privarán a la gente de toda posesión, primero por medio de la inflación, enseguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron.” (Thomas Jefferson, 1802) 

Sin duda, el tercer presidente de los EE.UU. fue un político con capacidad y perspectiva. Lástima que su advertencia no sirviera para evitarlo y hoy tantos seres humanos tengan que sufrir las consecuencias.

¿Es broma?

Un granjero le explica a otro: “Imagínate que alguien guarda todas tus gallinas para que no te las roben. A cambio, se queda con todos los huevos, menos uno o dos que te da de vez en cuando, y tú estás obligado a suministrarle el pienso para su mantenimiento. Además si las gallinas enferman y mueren, se las tendremos que reponer entre todos.” 

Dice el otro: “Y ese negocio tan redondo, ¿qué es?” 

Contesta el primero: “UN BANCO”

(Gallinas = dinero, huevos = intereses y pienso = comisiones)

En esta semana

En contraposición a los poderes del mundo, terminamos el año litúrgico reconociendo a Jesucristo Rey del Universo. Celebrando que el suyo es un reino de amor al alcance de todos que podemos empezar a construir aquí, siguiendo sus pasos, para que se haga plenitud después. Con esa meta final se pueden enfrentar todas las dificultades y contratiempos que el mundo nos vaya poniendo en el camino sin perder la esperanza.