La Cabria, nº 197



HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ 
DE LINARES 
33 DOM. t. 0. B 
18-nov.-2012 
Año V- Nº 197

Editorial

Hace unas semanas un dirigente de una organización sindical realizaba unas declaraciones que, por fortuna, posteriormente ha matizado (sólo en parte) y aclarado que hacía a título personal. Las declaraciones las hacía en relación a la apertura, por parte de Cáritas, de un economato en Córdoba para que personas necesitadas pudieran comprar comida a precios muy bajos. Entre otras cosas planteaba que “No queremos caridad: queremos justicia social”. 

En esa frase se encierra, primero de todo, un gran desconocimiento de lo que significa realmente la caridad. Como expusimos el domingo pasado en la misa, la caridad va más allá que la mera justicia porque precisamente empieza cuando acaba esta: caridad no es compartir con el que no tiene (eso es justicia), sino darle, como la viuda que dejaba la limosna en el templo, incluso de lo que tú careces. 

Pero, por otra parte, esa afirmación encierra una crítica a toda la acción de Cáritas: se da a entender que Cáritas sólo hace de esa caridad que se centra sólo en lo que se ha dado en llamar asistencialismo, cuando no es así. Cáritas lleva trabajando a favor de la promoción integral de la persona durante décadas, con programas de promoción del empleo, de formación, creación de empresas autogestionadas, etc. 

Lo que sí es cierto es que en los dos últimos años ha tenido que multiplicar los recursos que se destinan a lo que se llama la atención primaria, es decir, a las necesidades más urgentes, como comida, ropa, ayudas para luz, agua, alquiler, hipotecas, etc. debido a la profundísima crisis en que nos encontramos. 

Decía este señor en sus declaraciones que esas cosas debería garantizarlas el Estado. Nosotros no vamos a entrar a discutir sobre ello, pero desde luego, tampoco nos vamos a quedar con los brazos cruzados esperando que lo haga mientras hermanos nuestros no tienen ni para comer: ahí siempre estará Cáritas. Sería bueno que en momentos como los que vivimos, todo el mundo se dedicara a establecer la JUSTICIA en lugar de crear malestar entre la gente.

Palabra de Dios

Lectura de la profecía de Daniel 12, 1-3 

Por aquel tiempo se levantará Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo: serán tiempos difíciles, como no los ha habido desde que hubo naciones hasta ahora. 

Entonces se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el libro. 

Muchos de los que duermen en el polvo despertarán unos para vida eterna, otros para ignominia perpetua. 

Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad. 

Lectura de la carta a los Hebreos 10, 11-14.18 

Cualquier otro sacerdote ejerce su ministerio, diariamente, ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados. 

Pero Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. 

Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados. 

Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados. 

Lectura del santo evangelio según san Marcos 13, 24-32 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

«En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearan. 

Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte. Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre.»

Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 48

La torre de Babel (b) 

P: Leyendo el pasaje de la torre de Babel, he visto que, en realidad, lo que el hombre hace, una vez instalados en la llanura de Senaar, es desafiar a Dios. 

R: Cierto, y lo expresa muy bien el texto bíblico, que dice así: “Al emigrar los hombres desde Oriente, encontraron una llanura en la tierra de Senaar y se establecieron allí. Se dijeron unos a otros: «Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance el cielo, para hacernos un nombre, no sea que nos dispersemos por la superficie de la tierra”. 

P: Está clarísimo, pero ¿por qué la torre y no un templo en la llanura? 

R: Es muy sencillo: los antiguos suponían que los dioses residían en las alturas y por eso los santuarios los construían en las cimas de las montañas. 

P: ¿Y donde no había montañas dónde construir los santuarios? 

R: Para suplir las montañas erigieron los zigurats, que eran considerados como montículos artificiales, en cuya cima se emplazaba el templo de dios. Las torres escalonadas –así era la torre de Babel- para los babilonios eran el sitio de la divinidad, pero el autor sagrado, como enemigo del culto idolátrico, convierte la torre de su ciudad en el símbolo del engreimiento humano. 

P: Creo que todavía nos queda lo de las lenguas, pero supongo que lo veremos la semana que viene.

Ve y lo cuentas

Al parecer alguno aún no se ha enterado de que las cosas están mal, pero que muy mal. 

Los voluntarios de Cáritas se están enfrentando a situaciones que nos parecen de otros tiempos y de otros lugares. 

Hace poco, conversando con uno de ellos, se desahogaba contándonos el escalofrío que se siente cuando un padre te dice con las lágrimas en los ojos “Por favor, deme para comer: mi hijo tiene hambre”. No, no es en otro lugar ni en otro tiempo: eso pasa hoy, aquí y ahora.

¿Donde ponemos el acento?


Lo que no vende

Esta semana hemos vuelto a escuchar en una conversación ajena esa sarta de tonterías que nos tenemos que tragar con tanta frecuencia. Entre algunas lindezas alguien decía que muchas personas se están borrando de cristianos mandando una carta al Papado, a Roma, y que eso a los curas no les interesa porque la Iglesia recibe tanto más dinero cuanto más gente tenga apuntada en la lista de cristianos. 

Parece mentira, pero es necesario que sigamos diciéndole a todo el que nos quiera oír que la Iglesia no recibe así dinero del Estado, sino que lo recibe de quienes señalamos con la crucecita la casilla correspondiente en nuestra declaración de la renta. Quien no la señala, cristiano o no, no le da nada a la Iglesia. En cuanto a lo de borrarse de cristianos, es imposible: el bautismo imprime carácter, es como un tatuaje en nuestra alma que no se puede borrar, así que si alguien no está conforme, que le pida explicaciones a sus padres, que fueron quienes los bautizaron.

En esta semana

En esta semana vamos a hacer una campaña de recogida de firmas para pedir que deroguen la ley del aborto, pues los cristianos pedimos que las leyes amparen el respeto a la VIDA como valor supremo y absoluto, desde sus mismos inicios hasta la muerte y no podemos aceptar que nadie disponga de la vida de nadie. “Cuando el ser humano llega a poner la vida en la balanza contra los intereses, es que ha perdido el sentido de su propia dignidad”