HOJA PARROQUIAL DE SAN JOSÉ
DE LINARES
5º DOMINGO DE PASCUA A
22 MAYO 2011
Año -II- Nº 139
EDITORIAL
YO SOY EL CAMINO
“Yo soy el Camino, La Verdad y la Vida. Nadie viene al Padre sino por mí”. Esta declaración es central en el Evangelio. La idea de Cristo como Camino, incluye, sin duda alguna, al amor de Cristo. Es toda la persona de Cristo la que es revelación de Dios-Amor. Y su promesa es el Amor de Cristo, y del Padre al creyente, la morada de Dios en nosotros, así el creyente es templo de Dios.
San Agustín nos dice: “Jesús es camino que busca caminantes”. Es cierto; Cristo sale al encuentro, pasó por el mundo perdonando, curando, sonriendo, animando, comunicando esperanza, aliento e ilusión. Dio el verdadero sentido a nuestras vidas.
Mirando a Jesús, tenemos un modelo que imitar, un ejemplo que seguir, una pauta que repetir. Así pues, no dejemos las cosas triviales y cotidianas de hoy, por las grandes hazañas de mañana.
Aprendamos a decir: “Gracias”, ante el más insignificante favor, miremos a nuestro alrededor buscando a alguien que nos espera, alguien confía en nosotros aunque no lo sepamos, confiemos en nuestra oración al Padre, compartamos nuestra simpatía, nuestra compañía, nuestras manos bienhechoras, nuestras palabras cálidas y suaves, nuestra mirada amiga y fraterna.
Nuestras vidas están en marcha, caminemos bajo la suave Providencia de Dios, y muestra su sendero a todo el que cae por cansancio, o al que se vuelve violento perdido en el camino del alcohol o las drogas, o de aquel que vive en una familia rota, y llévalo de tu mano hacia Jesús.
PALABRA DE DIOS
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6, 1-7
En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, diciendo que en el suministro diario no atendían a sus viudas. Los Doce convocaron al grupo de los discípulos y les dijeron: -«No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos de la administración. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea: nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra.» La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando. La palabra de Dios iba cundiendo, y en Jerusalén crecía mucho el y número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 2, 4-9
Queridos hermanos: Acercándoos al Señor, la piedra viva desechada por los hombres, pero escogida y preciosa ante Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo. Dice la Escritura: «Yo coloco en Sión una piedra angular, escogida y preciosa; el que crea en ella no quedará defraudado.» Para vosotros, los creyentes, es de gran precio, pero para los incrédulos es la «piedra que desecharon los constructores: ésta se ha convertido en piedra angular», en piedra de tropezar y en roca de estrellarse. Y ellos tropiezan al no creer en la palabra: ése es su destino. Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa.
+ Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 1-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.»
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde: -«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.» Felipe le dice: -«Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre.»
DIÁLOGOS DESDE EL EVANGELIO
N: Querido amigo Jesús: Levantas el ánimo cuando nos dices palabras de aliento y de esperanza. Vas a dejar solos a los tuyos, pues te vas a marchar con el Padre. No los vas a abandonar, pero ya se acaban tus apariciones. Tus discípulos se dan cuenta y tienen miedo.
+Jesús: Es verdad, apreciable amigo. Lógico que estuvieran preocupados, pues ya les había dicho: “voy a mi padre y vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios”. (Jn. 20,18). Me preocupé al verlos tan llenos de dudas y tan apenados…
N: Por eso quisiste infundirles confianza con esta frase: -«Que no tiemble vuestro corazón;”. Y les hiciste una llamada a la fe.
+Jesús: Me agradó que Tomás y Felipe rompieran el silencio con sus preguntas. El primero interesándose por el camino, me dio ocasión de identificarme como el “camino, la verdad y la vida”.
N: Qué bien, mi Señor Jesús, eso de romper el silencio y hablar contigo. Creo que muchas veces esperarás que hablemos, que dialoguemos más contigo en nuestros ratos de oración, aunque es verdad que otras veces el silencio se torna en un coloquio elocuente y revelador. Hablando contigo te descubrimos como nuestro camino; el camino que nos lleva al Padre, donde encontramos la verdad y la vida. ¿Y qué me dices de Felipe?
+Jesús: Felipe era un hombre sencillo, a veces se muestra como un “infelizote”, pero lleno de fe y de cariño hacia todos. Con qué candidez dijo: muéstranos al Padre. Cuando le dije si es que todavía no me conocía, pues quien me ve a mí ve también al Padre, frunció el entrecejo y vi que reflexionó haciendo el propósito de realizar en su vida las mismas obras del Padre.
N: Esto es, mi Señor Resucitado, lo que yo te pido: realizar las obras del Padre.
VE Y LO CUENTAS
El Martes pasado día 17 de Mayo, recibimos la grata visita de el Arzobispo Emérito de Portoviejo (Manabí, Ecuador) D. JOSÉ MARIO RUIZ NAVAS, persona que ayudó a nuestro párroco D. Melitón en su larga estancia en Ecuador como cura misionero. Además su insaciable amor por los más desprotegidos, hizo que fuera posible un proyecto de ayuda y acogida a los niños que eran hijos de presos, y que vivían con sus padres envueltos en el mundo inhóspito de las cárceles ecuatorianas: ¡Y NACIÓ EL HOGAR DE BELEN!, situado cerca de una del cárceles, y en donde más de 40 niños conviven en un ambiente sano y familiar, a la espera de la libertad de sus padres. Durante muchos años, el Hogar de Belén ha sido dirigido por Ana y Antonio, matrimonio de Jaén, que decidieron entregar su tiempo a algo más útil que la telebasura, o el despilfarro de la moda. Desde la Parroquia, un grupo de personas envían pequeñas aportaciones económicas, al igual que los niños que hacen la Primera Comunión. ¡Tú también puedes ayudar! ¡Anímate!
LO QUE NO VENDE
En estos días estoy evaluando un poco el transcurrir de mi pequeña colaboración en la vida de la comunidad parroquial de San José, y permitidme no escribir de lo mucho o poco que he dado, sino más bien, quiero destacar lo mucho y maravilloso que he recibido.
Como catequista, durante el curso he aprendido, sentido y amado junto con mis queridos niños, muchas cosas de Dios nuestro Padre, de Jesús y de nuestra madre la Virgen María. Para transmitir y compartir, tenía que prepararme bien, y sentir de corazón todo lo que hablábamos en catequesis, y todo me llenaba de un inmenso Amor de Dios. Me hacía ser mejor persona, y ver la vida como un gran regalo que tenemos que compartir.
Jesús nos acompaña siempre, y al finalizar y despedir el curso, no me puede el cansancio, ni las dificultades, y me nacen unas ganas tremendas de volver a empezar, a conocer, a caminar y a amar juntos con mis niños de catequesis, a Dios con nosotros. “No es más feliz el que da, sino el que recibe a Dios”.
EN ESTA SEMANA
- Día 26 a las 4´30 p.m. Confesiones para los niños que harán la 1ª comunión el domingo.
- Día 27 a las 4´30 p.m. Preparación de la ceremonia del domingo.
Queremos dar las gracias públicamente a nuestras cuatro campeonas que se dieron una gran paliza para dejar todo preparado para el saludo que le hicimos a Mons. José Mario Ruiz. ¡¡Obras son amores!!