La Cabria, nº 109


HOJA PARROQUIAL DE SAN JOSÉ
DE LINARES
30º DOMINGO DEL t. o., C
24 de octubre del 2010
Año -II- Nº 109


EDITORIAL

“QUEREMOS VER A JESÚS”
Este es el lema del DOMUND de este año, recordando aquel grupo que se acercó a los apóstoles pidiéndoles que les ayudasen a “ver a Jesús”. Hoy es el mundo el que a gritos le pide a la Iglesia, a los cristianos, que le mostremos a Jesús, que le ayudemos a encontrarse con Él.

El mundo entero está deseoso de encontrar la paz, la justicia, el amor, la verdad, la fraternidad, la honradez, la misericordia, la comprensión… pero también es cierto que ya está harto de palabras vacías, pues todos hablan de lo mismo, pero hay muy pocos que lo vivan y lo transmitan, que lo contagien como lo hicieron aquellos primeros cristianos que se encontraron con Jesús.

Sobran las palabras y faltan hechos, actitudes, vidas que puedan ser un reflejo vivo de Jesús de forma que no haya necesidad de explicarlo. La Iglesia está llamada a ser esto: un reflejo vivo de Jesús, pero cuando decimos IGLESIA no nos estamos refiriendo a una cosa rara que anda por ahí, nos referimos a tí, a mí, a nuestra comunidad.

Efectivamente, no somos perfectos, pero tampoco podemos decir que esto no se haga y que la Iglesia no esté siendo un signo indicativo con toda claridad que nos conduce a Jesús, lo que ocurre es que lo que ella hace no es material de venta para prensa, radio ni TV, y como lo que no viene en los periódicos, o en la TV parece que no existe, entonces se concluye diciendo que no se hace nada.


PALABRA DE DIOS

Lectura del libro del Eclesiás-tico 35, 12-14. 16-18
El Señor es un Dios justo, que no puede ser parcial; no es parcial contra el pobre, escucha las súplicas del oprimido; no desoye los gritos del huérfano o de la viuda cuando repite su queja; sus penas consiguen su favor, y su grito alcanza las nubes; los gritos del pobre atraviesan las nubes y hasta alcanzar a Dios no descansan; no ceja hasta que Dios le atiende, y el juez justo le hace justicia.
Palabra de Dios.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 6-8.16-18
Querido hermano: Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida. La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 9-14
En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola:
«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:
"¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo."
El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador.
"Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»
Palabra del Señor


DIÁLOGOS DESDE EL EVANGELIO

N: Querido amigo Jesús: Me vas a permitir que hoy convierta la parábola en dos entrevistas: una con el fariseo y la otra con el publicano.

*Jesús: me parece muy bien, amigo.

N: Entré en el templo y allí estaba el fariseo con la frente alta, erguido, de pie, con sus filacterias o tiras de pergamino atadas en el brazo, conteniendo pasajes de la sagrada Escritura. Me miró con arrogancia, extrañado y, posiblemente creyendo que me iba a hacer de los suyos, me dijo que me acercara. Me acerqué con cierta timidez y le pregunté qué le estaba diciendo a Dios.
El fariseo me dijo: le estoy diciendo a Dios que siempre he sido y soy un fiel observante de la Ley, de mis ayunos, de cómo pago los diezmos, de mi oración las veces al día que está establecido. Que esta religiosidad la había recibido de sus padres, de sus abuelos y que procuraba mantenerla intacta.

*Jesús: Y en esto no mintió. Era cierto que hacía todo cuanto te dijo. Lo que pasa es que no te dijo que se tenía por santo, se sentía seguro de sí mismo y que despreciaba a los demás.

N: Pues sí: me dijo que daba gracias a Dios porque no era como los demás: ladrones, adúlteros, injustos, ni como ese publicano -dicho con desprecio-. Total, que él no tenía de qué arrepentirse.

*Jesús: Este hombre no volvió a su casa justificado, pues se presentó con las manos llenas de sus buenas obras, sin tener idea de que “todo es gracia”. Aparte de que una religiosidad que margina y desprecia al prójimo no entra en el plan del Padre-Madre Dios.

N: Después, amigo Jesús, me fui al publicano, que estaba con la cabeza baja, en lo último del templo, y dándose golpes de pecho, en señal de arrepentimiento, y le hice la misma pregunta: ¿qué le estaba diciendo a Dios?
El publicano me contestó: hermano, tengo el corazón hecho trizas. He oído a Jesús de Nazaret hablar sobre el abuso del poder. Escuché con qué tono tan directo y tan paternal decía que “nadie puede servir a Dios y al dinero”, y le estoy pidiendo perdón porque soy un pecador. Colaboro con el poder del César, que está explotando y oprimiendo al pueblo; a mis empleados les pago menos de lo debido; en los recibos de los impuestos pongo más de lo que tienen que pagar y ese dinero me lo embolso yo… Si eres creyente, amigo desconocido, ayúdame a pedir a Dios que se apiade de mí y que tenga compasión de este desgraciado.

*Jesús: Ante esto Dios no puede cerrar el corazón. Él tiene entrañas de misericordia. A mí me ha enviado no para condenar sino para salvar. Por eso el publicano sale del templo justificado.

N: Amigo y Maestro Jesús: También yo digo, como el fariseo, que soy cristiano de toda la vida. He recibido la fe de mis padres, de mis abuelos, de mis antepasados, y tengo el peligro de creer que eso ya me basta. Que nunca diga: yo no soy como esos que no creen. Que siempre me sienta necesitado de salvación y que nunca me suba en el pedestal de una falsa santidad, porque el que “el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.”


VE Y LO CUENTAS

El sábado pasado tuvimos la gran alegría de tener con nosotros en la celebración de la Eucaristía a cuatro misioneros: Ana, Ascensión, Antonio y Ana y junto a ellos a sus tres niños que adoptaron y que nuestra comunidad de alguna manera también los hizo suyos y se unió a esta pareja en la que ponemos nuestro espíritu solidario y en quienes expresamos nuestra capacidad de acoger, de amar, de sentirnos con el que sufre. 

Esto lo venimos haciendo ya durante cuatro años y cada mes hay un grupo de gente que calladamente va haciendo posible que otra gente pueda encontrarse con Jesús, es decir, sienta que Dios no los abandona, porque hay creyentes que son testigos del amor y de la solidaridad. Dilo por ahí, no tengas miedo, pero no te cortes, sobre todo a la hora de practicarlo.


LO QUE NO VENDE

Jesús dijo: “Por los frutos los conoceréis” y es así: de alguna manera el exterior nos define, pues de la abundancia del corazón habla la boca. 

Hoy, día del DOMUND, hay gente que dice que no da nada porque se lo quedan todo en el camino y de esa manera encuentra la excusa perfecta para justificar su insolidaridad. De la misma manera alguien va soltando por ahí: “hay demasiadas necesidades entre los pobres del barrio como para gastarse el dinero en obras innecesarias”. Esperamos que no dejen abandonados a los pobres del barrio porque encuentren otra excusa para no acercarse a ellos.


EN ESTA SEMANA

Día 30, sábado. Se va a celebrar una sesión de teatro en el colegio de la Presentación para los niños de primera comunión en adelante, conmemorando el día del nacimiento de Lolo mediante la representación algunos pasajes de su vida. Nos han comentado que se van a hacer entradas que se pueden recoger en las parroquias.