LA CABRIA Nº 49

HOJA PARROQUIA DE S. JOSÉ DE LINARES
DOMINGO VEINTIDOS DEL T. ORDINARIO –B-
30 DE AGOSTO DE 2.009
Año –I- Nº 49
http://parroquiasanjoselinares.blogspot.com





EDITORIAL


CÓMO PERDER LA CONCIENCIA
–IV-

La inconsciencia llega a convertirse en estupidez el momento en que nos desentendemos de todo y alegremente nos dedicamos a vivir “¡Que son tres días”! atropellando lo que se nos presenta y pensando que lo que existe es para gozarlo, sin pensar en quien venga detrás, pues decimos: “El que venga detrás que apriete”, y cuando esta mentalidad se generaliza, nos convertimos en una masa informe que la va moldeando a su gusto el que de turno va cogiendo el poder y los medios de comunicación son la única voz autorizada que se impone sobre la sabiduría de los siglos y sobre el sentido común. Cuando una sociedad llega a estos extremos, podemos decir con toda autoridad que nuestra sociedad ha enfermado de muerte y ha entrado en un declive irreversible, levantar una mentalidad nueva se hace muy difícil.
Las previsiones para nuestro futuro no están preparando medidas preventivas ni soluciones de renovación, sino que van preparando sicológicamente para que la gente acepte las condiciones de vida decadente y dramática que interesan y que nos irán imponiendo como algo irremediable, podemos ver cómo van alargándose las soluciones y de vez en cuando nos sueltan afirmaciones indicándonos que cada uno ha de ver cómo salva su pellejo.
Pero lo curioso es ver cómo han destruido la capacidad de reacción de la gente y ya nos vamos tragando sin rechistar todo lo que se nos echa, aceptando que así son las cosas y que no queda más remedio.
El martilleo continuo de informaciones satura los cerebros y con la mentira se confunde hasta el punto de ponernos en situación de no distinguir entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad. Y la gente tira la toalla vencida diciendo: “¡Sea lo que Dios quiera! yo no puedo hacer nada” Y perdida la esperanza, agachamos la cabeza y entramos como ovejas por la puerta por donde disponen que entremos sin posibilidad de rechistar.
Esa es la técnica y la historia nos presenta infinidad de ejemplos que, por sensatez, deberíamos mirar para no repetir la equivocación de otros.
Debemos elegir: ¿Tomamos conciencia o nos dejamos cocinar?


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PALABRA DE DIOS

Lectura del libro del Deuteronomio 4, 1‑2. 6‑8
No añadáis nada a lo que os mando..., así cumpliréis los preceptos del Señor

Moisés habló al pueblo, diciendo: Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar.
No añadáis nada a lo que os mando ni suprimáis nada; así cumpliréis los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy. Ponedlos por obra, que ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán: "Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente.
Y, en efecto, )hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y, )cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy os doy?+
Palabra de Dios.

Lectura de la carta del apóstol Santiago 1, 17‑18. 21b‑22. 27
Llevad a la práctica la palabra

Mis queridos hermanos: Todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros, en el cual no hay fases ni períodos de sombra. Por propia iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas. Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.
Palabra de Dios.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 7, 1‑8. 14‑15. 21‑23
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos.
(Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)
Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?
Él les contestó: Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos." Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.
Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo: Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro."
Palabra del Señor.

ENTREVISTAS A S. PABLO


47 ENTREVISTA: DE NUEVO CON LOS CORINTIOS.

Shalom, amigo Pablo: Me ha parecido interesante que me hayas ayudado a asomarme a esa comunidad de Corinto. Quieres hablarme algo más de ella?

+ Con mucho gusto. Esta comunidad estaba formada especialmente por gente sencilla, aunque, como ya te dije, también había familias acomodadas. Muchos de ellos trabajaban en el puerto de Corinto y no siempre con unos ingresos boyantes. “No había entre ellos ni muchos sabios, ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza.

Es curioso: Resulta que, según me vienes diciendo, el cristianismo arraiga más fácilmente en los que no cuentan mucho en el mundo, que en los que están tranquilos con su riqueza y con el poder.

+ Pues es verdad. “Dios escoge normalmente lo necio del mundo para confundir a los sabios y ha escogido lo débil del mundo para confundir a los fuertes” (1Cor.1,26-28).. Fíjate, amigo periodista, que Jesús no escogió los caminos de la riqueza ni del poder. Él decía: las zorras tienen cuevas y los pájaros nidos, pero yo no tengo dónde reclinar mi cabeza. (Mt. 8,20).

Entonces, amigo Pablo, parece ser que Dios excluye a los que viven bien, a los acomodados, a los poderosos, a los sabios…

+ No, Dios no excluye a nadie. Lo que pasa es que para seguir a Cristo es preciso tener un corazón libre, no mediatizado despóticamente por el poder, por el dinero, o por las grandezas de este mundo. Un corazón , sencillo, honesto, disponible, amable y universal. Dios y el prójimo tienen que ser el centro de la vida.

Es decir, que en la comunidad no cabe la soberbia, tenerse por más que los otros, ansiar el poder, forma grupitos aparte, etc.

+ Qué bien lo sabes. Ya te conté la división que había entre los cristianos de Corinto: nos decían; yo soy de Apolo, Yo de Pedro, yo de Pablo…Y esto me dolía en el alma. Porque ¿quién es Apolo?, y quién era Cefas? ¿Y quién soy yo? Todos somos servidores. Y este es el mejor titulo. Nosotros hemos plantado y hemos regado…pero ni el que planta es algo ni el que riega, ES DIOS EL QUE HACE CRECER. 1Cor.3,5-7) y fructificar”. Nosotros somos colaboradores de Dios. Más claro: si alguien en la comunidad se cree sabio según este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio.

Total, que nada de engreimiento personal; nada de confianza en la sabiduría humana, nada de honores y títulos; nada de puestos y tronos especiales…

+ Justo; todo eso sobra entre los cristianos, a no ser que todo se utilice para el bien común y nunca para estar uno en el centro de la pantalla, eclipsando a Cristo. Lo único que deseo es que siempre me tengan como un servidor de Cristo y administrador de los misterios de Dios. Lo importante es ser fiel y esto es lo que deseo para mis hermanos en la tarea de evangelizar. (1Cor. 4,1-2).

Bueno lo tenemos que dejar, pues el tiempo apremia. Hasta otro día.

+ Vale, amigo.


VE Y LO CUENTAS


Conocí a Fernando cuando era todavía un niño. Su meta era estudiar medicina, pero él sabía que para eso tenía que sacar una media muy alta en todos los cursos. Desde que se enteró de esto, no lo perdió de su mente y ha venido estudiando, aun en contra de todos los compañeros que, con mucha frecuencia lo han insultado, le han llamado “empollón”, le han dicho “beato, amigo de curas y de monjas…” Alguna chica llegó a herirle incluso, llamándole “poco hombre”.
Este año terminó selectividad con un 9´95, lógicamente puede hacer lo que quiera, pero en la cuneta se han quedado todos los que lo insultaban dándoselas de liberados, y de gente “guay”.
Lo más lindo es que Fernando sigue pensando que su vida y su medicina tiene que emplearlas en ayudar a la gente que no tiene posibilidades.
Algunos siguen diciendo que tiene el coco comido por los curas y por las monjas. Pero yo estoy esperando que alguien me de cuál es la alternativa para hacer las cosas bien sin tener el coco comido. Quien la tenga, le ofrezco este espacio para que la exponga y demuestre que Fernando anda equivocado.

LO QUE NO VENDE

La historia de Fernando puede ser que la estemos viviendo con el tema de la catequesis: hay mucha gente que cree que es una estupidez y un atraso el hablar de Dios a sus hijos, el inculcarle el amor a la gente, al trabajo, a la disciplina… y sostienen que hay que dejar que cada niño haga lo que le guste. Este es el “Slogan” políticamente correcto, Sostener, en cambio, que a un niño hay que orientarle y obligarle a tomar algunas actitudes de persona sensata… esto es de “fachas” y de retrógrados con ideas represivas de la educación.
Decídete a ser “políticamente correcto” o simplemente persona con sentido común; además, te diría algo: no prives a tu hijo de aquello de lo que tú te sientes orgulloso/a, aunque otros piensen que le vas a crear un trauma.