ESITORIAL
Acabo de ver en un blog (http//adosinda.info) algo que me ha dejado helado pues esto, que yo sepa, se da en países de regímenes totalitarios en los que abiertamente se persigue a muerte a los cristianos: Una señora (Carmen Vázquez) hace una denuncia del atropello que sufrió en la carretera: una pareja de guardia civil le obligó a quitar el rosario que llevaba colgado en su coche porque –según el agente- el rosario tiene una cruz y eso es un signo de provocación. La noticia salió publicada en el diario “YA” del martes día 25.
¿Hasta qué punto está llegando la locura? ¿Hasta qué punto estamos llegando los cristianos de aguantar el atropello? ¿Hasta qué punto estamos llegando los españoles de ver como se nos empuja al despeñadero y vamos tan felices? ¿Es que va a resultar que el único problema que tenemos es una cruz, que es el signo de la máxima libertad, de la entrega por un ideal, de la solidaridad con los más desfavorecidos, de la coherencia suprema de un hombre…? ¿Qué eso es una provocación? ¿Y a quién provoca, a los que quieren imponer su opinión? ¿A los que quieren establecer el miedo, la insolidaridad y el desprecio de los más desfavorecidos? ¿Será esta la forma de allanar los caminos para que se establezca la Justicia, la Solidaridad, la Comprensión y la fraternidad entre los españoles? No puedo dejar de preguntarme: ¿Qué tipo de sociedad esperan todos esos que sostienen, apoyan y fomentan estas actitudes?
PALABRA DE DIOS
Lectura del libro del profeta ISAIAS 40,1-5.9-11
Es el principio de la consolación del profeta Isaías. Lleva a su pueblo desterrado el perdón y el anuncio de la liberación de Dios, como Pastor y guía de su pueblo. Hay que preparar un camino al Señor.
Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados.
Una voz grita: En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que los montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale.
Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos -ha hablado la boca del Señor-,
Súbete a lo alto de un monte, heraldo de Sión; alza con fuerza la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: aquí está vuestro Dios.
Mirad: Dios, el Señor, llega con fuerza, su brazo domina. Mirad: le acompaña el salario, la recompensa le precede.
Como un pastor apacienta el rebaño, su mano lo reúne. Lleva en brazos los corderos, cuida de las madres.
Palabra de Dios
Lectura de la segunda carta del apóstol san PEDRO 3,8-14
Los cristianos somos responsables de la historia. Podemos, incluso, apresurar la venida del Señor. Tenemos también una llamada a la vigilancia
Queridos hermanos:
No perdáis de vista una cosa: para el Señor un día es como mil años y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, como creen algunos. Lo que ocurre es que tiene mucha paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan. El día del Señor llegará como un ladrón. Entonces el cielo desaparecerá con gran estrépito; los elementos se desintegrarán abrasados y la tierra con todas sus obras se consumirá. Si todo este mundo se va a desintegrar de este modo, ¡qué santa y piadosa ha de ser vuestra vida!
Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos consumidos por el fuego y se derretirán los elementos. Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con El, inmaculados e irreprochables.
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san MARCOS 1,1-8
Juan Bautista, el precursor, nos invita a preparar el camino al Señor, que viene. Su testimonio es muy valioso
Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el Profeta Isaías: «Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino.
Una voz grita en el desierto:
Preparadle el camino al Señor, allanad sus senderos».
Juan bautizaba en el desierto: predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.
Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y proclamaba:
-Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.
Palabra del Señor
AÑO SANTO DE S. PABLO
9ª ENTREVISTA: Mis primeros pasos como apóstol.
La paz contigo, amigo Pablo: después del encuentro con Ananías, ¿qué hiciste? (Años 33-34).
Estuve unos días en Damasco, con sus discípulos. Damasco es una ciudad muy antigua, situada en una fértil y extensa llanura. Paré en casa de Judas, en la calle Recta. Esta calle atravesaba la ciudad de este a oeste. Había en esta ciudad una importante colonia judía. Muy pronto me puse a predicar en las sinagogas, proclamando que Jesús es el Hijo de Dios.
Bueno, amigo, y la gente que te conocía como el perseguidor de los cristianos, ¿qué decía?
Pues ya puedes figurarte. Cuando me vieron y me oyeron se quedaron atónitos y no se explicaban cómo yo había cambiado en tan poco tiempo. Muchos no se fiaban de mí, pero yo seguía muy entusiasmado, me crecía y confundía a los judíos, demostrándoles que Jesús era el Cristo. (Hech.9,20-22).
¿Y estuviste mucho tiempo en Damasco?
Solo unos días, como ya te dije antes. Pronto me fui a Arabia, consciente de que Dios me había separado desde el seno de mi madre, y me había revelado a su Hijo para que yo lo anunciara a los gentiles. Me marché “sin pedir consejo ni a la carne ni a la sangre” y “sin subir a Jerusalén, donde estaban los apóstoles anteriores a mí”. (Gal. 1, 15-17).
Un poco rebelde, ¿no?
Bueno, siempre he sido bastante inquieto. Por otra parte, tenía pensado ir a Jerusalén con más tiempo.
¡¡Anda, que ya es la hora!! Nos despedimos hasta otro día.
Está bien; nos veremos.
VE Y LO CUENTAS
Alguien declaraba a un periódico: “He vivido catástrofes naturales como un tsunami, terremotos o ciclones, pero nada tan terrible como lo que estamos viviendo en la India: el deseo de destruir al otro, la brutalidad y la tortura por parte de los fanáticos que sobrepasa la indignación…” Así dice exactamente la agencia Asia News que están viviendo nuestros hermanos cristianos en la India ante el silencio de las autoridades y del mundo entero. A pesar de quemarles sus iglesias, de andar a la caza de cristianos para matarlos responde el obispo Oswald Gracias: “ No vamos a ceder a la tentación de la resignación y menos a la vergüenza del abandono o a la venganza y la iglesia continuará estando al lado de los pobres sin mirar si son hindúes, musulmanes o cristianos” ¿Por qué no se grita esto?
LO QUE NO VENDE
VACACIONES SOLIDARIAS
Ya todo empieza a adornarse con motivos navideños y hay gente que ya anda preocupada por ver dónde pasará la noche buena o la noche vieja, buscando el mejor cotillón o dónde encontrar el lugar más exótico comprando lo último que sale al mercado… También hay otra gente que estas vacaciones se irá a echar una mano en un orfanato de la India o a ayudar en una leprosería de Sudán donde la iglesia está siendo perseguida y nadie la defiende. De estos jóvenes no hablarán en estas próximas fiestas los periódicos ni la TV y hasta es probable que sean criticados por los que se pavonean de “progres”.
EN ESTA SEMANA
Mañana, día 8, celebramos la fiesta de LA INMACULADA. Proclamamos que la Virgen María fue concebida sin pecado sin mancha, INMACULADA, “por singular gracia y privilegio de Dios en atención a los méritos de Cristo”. Ella, como Madre, nos va a acompañar en estas semanas, contagiándonos con la esperanza del Adviento. Con ella nos preparamos para celebrar las fiestas entrañables de Navidad.
El día 11 a las 6´30 p.m. tendremos una celebración comunitaria de la penitencia