La Cabria, nº 392

HOJA PARROQUIAL 
DE S. JOSÉ DE LINARES
DOMINGO 6º DE PASCUA-A 
21 DE MAYO de 2017 
Año -X- Nº 392 

EDITORIAL

PARROQUIAS ESPIRITUALES 

¡El mundo avanza que es una barbaridad!

Con esto del internet, y los WhatsApp, corre la información que da gusto, estamos al día de los acontecimientos ocurridos hace un minuto, de los más cotidianos y de los más asombrosos, de los más lejanos y de los más íntimos. También puede servir de ayuda para emergencias personales, y eso está bien; y para estar en contacto con las personas queridas, que están lejos, o por falta de movilidad, y eso está bien; y enviar ideas, pensamientos, que puedan animar a corazones heridos por las bofetadas que da la vida, y eso, también está bien. Y puede servir para sustituir la vida de una Parroquia, y eso, “eso no está nada bien”.

Nos estamos convirtiéndonos en ángeles, o quizás en espíritus parroquiales, en pensamientos y en bonitos deseos, que nunca podremos llevar a cabo, por falta de compromiso y de presencia física. No, no se puede sustituir la son-risa de cada uno, ni el sentirte parte de una comunidad, o el compartir la Eucaristía dándonos las manos en el Padre Nuestro, o cantando el Amor de Dios que sale de cada uno de nuestros corazones, ni el estremecerte por un momento de reflexión ante la Cruz, nunca por un simple mensaje de teléfono. Vamos a tener que inventarnos Un “Padre Mío” de cada día, para actualizar nuestra actitud ante Dios, y ante el mundo; vamos a dejar de vivir proyectos solidarios, por falta de interés por luchar por un mundo mejor: ¡Para qué, si a mí me va bien! Casi todo está bien y es necesario, pero en su justa medida. Una parroquia vacía es una parroquia de espíritus, muy cercana al más allá, pero al más allá de su desaparición. Eso sí, entonces lo podremos di-fundir por WhatsApp. Dios no se merece tu ausencia: participa en tu parroquia. Tú puedes llenarla de vida. 

PALABRA DE DIOS 

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. Hch 8, 5-8. 14-17

EN aquellos días, Felipe bajó a la ciudad de Samaría y les predicaba a Cristo. El gentío unánimemente escuchaba con atención lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría. Cuando los apóstoles, que estaban en Jerusalén, se enteraron de que Samaría había recibido la palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan; ellos bajaron hasta allí y oraron por ellos, para que recibieran el Espíritu Santo; pues aún no había bajado sobre ninguno; estaban solo bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.

Palabra de Dios.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro. 1 Pe 3, 15-18

QUERIDOS hermanos:

Glorificad a Cristo el Señor en vuestros corazones, dispuestos siempre para dar explicación a todo el que os pida una razón de vuestra esperanza, pero con delicadeza y con respeto, teniendo buena conciencia, para que, cuando os calumnien, queden en ridículo los que atentan contra vuestra buena conducta en Cristo.

Pues es mejor sufrir haciendo el bien, si así lo quiere Dios, que sufrir haciendo el mal.

Porque también Cristo sufrió su pasión, de una vez para siempre, por los pecados, el justo por los injustos, para conduciros a Dios. Muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu.

Palabra de Dios

Lectura del santo Evangelio según san Juan. Jn 14, 15-21

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros. No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».

Palabra del Señor

NUESTROS ENFERMOS 

La Cabria: Buenos días, aquí estamos de nuevo continuando la conversación que iniciamos la semana pasada.

Ahora tienes una visión panorámica de toda la realidad desde la altura, pues no te olvides que tu vida entera ha sido como la subida a lo alto de una montaña, y eso es duro. Ya conoces todos los caminos, los obstáculos, los peligros… tienes muchos motivos para alegrarte y gozar. 

A lo que tu cuerpo ya no te responde porque ha hecho un esfuerzo enorme, ahora te lo da tu cerebro y tu alma, cargados de experiencias maravillosas e interesantísimas para compartir con quien quiera.

¿Sabes el cuento de la cigarra y la hormiga? Nos dice que la cigarra se pasaba la primavera cantando feliz y gozando de la vida sin importarle el futuro, mientras que la hormiga se pasaba la primavera construyendo su hormiguero a muchos metros de profundidad en la tierra para que le protegiese del frio del invierno; luego, el verano y el otoño se dedicaba a trabajar para reunir alimentos para el invierno y pasar los tiempos duros y difíciles abrigada y segura.

Si te das cuenta, todas las personas hemos tenido nuestra época en la que nos hemos sentido cigarra ¿Recuerdas la tuya? Pero, como decimos, el tiempo va poniendo las cosas en sus sitio y a todos nos llega el momento de enfrentarnos con la realidad y tuvimos que ser hormiga, porque el invierno se nos echaba encima y se fueron apagando las alegrías y los sueños de la primavera y hubo que poner los pies en la tierra y buscar dónde y cómo afrontar los fríos del invierno. Tú lo has hecho y ahora se trata de disfrutar de todo lo que has vivido y ahora tienes para compartir.

EL ARBOL DE LA CIENCIA 

“No comas del árbol de la ciencia del bien y del mal”. Es asombrosa la actualidad de la Biblia, y de la descripción en ella del ser humano, de sus virtudes y de sus defectos. Qué poco hemos evolucionado desde entonces. En la medida que avanzamos en el conocimiento de nuevas tecnologías, más sensación nos da de poner en peligro la existencia del ser humano.

Con el descubrimiento del fuego y de la utilidad de los metales, además del progreso y mejora en nuestras vidas, se nos ocurrió que servía para matar y poner a los personas a nuestro servicio. Con el gran avance de la energía nuclear para salvar vidas humanas y la generación de energía eléctrica, volvemos a poner a la humanidad a un tris tras de su desaparición. Lo último, cuando toda nuestra salud, economía, vida laboral y social está apoyada en la era de las telecomunicaciones, la volvemos a utilizar para crear pánico mundial, por la sensación de vulnerabilidad y falta de seguridad de nuestras vidas.

Los avance en medicina y en trasplantes de órganos provocan que salga lo peor de nuestras entrañas, utilizando a niños y a personas de países del tercer mundo como conejillos de indias, o peor aún, como almacén de órganos, para su tráfico y venta. 

Entonces, ¿Por qué el más saber, y el más conocer no es suficiente para crear un mundo mejor?

Supongo que todos, a coro, podemos responder de forma unánime: “La falta de Dios en nuestras vidas”, la falta de Dios en nuestra sociedad, el querer usar a dios a gusto del consumidor, o peor aún, el creer que somos nuestro propio dios.

Comenzando en la familia, qué pocas veces bendecimos nuestra mesa, y menos si estamos en público; qué pocas veces damos gracias a Dios por regalarnos un nuevo día; qué pocas veces contamos a nuestros hijos el por qué murió Jesús por nosotros, o que significa la Resurrección, o la importancia de la Eucaristía en una comunidad cristiana.

Solo nos preocupamos de que tengan una gran carrera, pero sin importarnos el uso que hagan de ella, que aprendan todo, menos a sentir la presencia de Dios. 

En tu escala de valores, ¿Qué lugar ocupa Dios en tu vida?