HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ
DE LINARES
DOM. 3º t.o. C
27 Enero 2013 Año V- Nº 208
Editorial
“SI NO VEO NO CREO”
Uno de los grandes problemas que tenemos es el “Síndrome de Tomás: “si no veo no creo”.
Es frecuente encontrarte con gente que confiesa abiertamente no creer en nada y considera la fe un lavado de cerebro.
No se pretende crear polémica aquí, simplemente se invita a que nos demos cuenta que hay muchas cosas que no podemos explicar, y eso no quiere decir que no existan. Este diálogo imaginario entre dos bebés gemelos en el vientre de su madre nos puede ayudar a que nos demos cuenta que no vale cerrarse en la vida, la VERDAD tiene muchas caras.
Uno de los dos gemelos que están felices en el vientre de la madre le dice al otro:
-¿Tú crees en la vida después del parto?
- Claro que sí. Algo debe existir después del parto. Tal vez estemos aquí porque necesitamos prepararnos para lo que seremos más tarde.
- ¡Tonterías! No hay vida después del parto. ¿Cómo sería esa vida? ¡Eso es absurdo!
- Yo no sé, pero es posible que sea diferente... habrá más luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y nos alimentemos por la boca… ¡No sé!
- ¡Eso es absurdo! Caminar es imposible. ¿Y comer por la boca? ¡Pero eso es ridículo! El cordón umbilical es por donde nos alimentamos. Yo te digo una cosa: la vida después del parto es un cuento. ¿A dónde iríamos? El cordón umbilical es demasiado corto.
- Pues yo creo que debe haber algo. Y tal vez puede que sea un poco distinto a lo que estamos acostumbrados aquí.
- Pero ¿No te das cuenta? nadie ha vuelto jamás del otro lado, después del parto. El parto es el final de la vida. Y a fin de cuentas, la vida no es más que una angustiosa existencia aquí en la oscuridad que no lleva a nada.
- Bueno, yo no sé exactamente cómo será después del parto, pero seguro que veremos a mamá y ella nos cuidará.
- ¿Mamá? ¿Pero tú crees en mamá? ¿Y dónde crees tú que está ella?
- ¿Dónde? ¡En todo nuestro alrededor! En ella y a través de ella es como vivimos. Sin ella todo este mundo no existiría.
- ¡Pues yo no me lo creo! Nunca he visto a mamá, por lo tanto, es lógico que no exista. - Bueno, pero a veces, cuando estamos en silencio, tú puedes oírla cantando o sentir cómo acaricia nuestro mundo. ¿Sabes?... Yo pienso que hay una vida real que nos espera y que ahora solamente estamos preparándonos para ella...
Palabra de Dios
Lectura del libro de Nehemías (Neh 8, 2-4a. 5-6. 8-10)
En aquellos días, el sacerdote Esdras trajo el libro de la Ley ante la asamblea, compuesta de hombres, mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era mediados del mes séptimo. En la plaza de la Puerta del Agua, desde el amanecer hasta el mediodía, estuvo leyendo el libro a los hombres, a las mujeres y a los que tenían uso de razón. Toda la gente seguía con atención la lectura de la Ley. Esdras, el escriba, estaba de pie en el púlpito de madera que había hecho para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo -pues se hallaba en un puesto elevado- y, cuando lo abrió, toda la gente se puso en pie. Esdras bendijo al Señor, Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: «Amén, amén.» Después se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra. Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura. Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: «Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis.» Porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la Ley. Y añadieron: «Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza.»
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1Cor 12, 12-14. 27)
Hermanos: Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo. Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 1-4; 4,14-21)
Excelentísimo Teófilo: Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros, siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos oculares y luego predicadores de la palabra. Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido. En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan. Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.»
Hacia Dios por los camino de la Biblia, nº 57
El primer caminante es Abraham
Christian: (Cristiano o seguidor de Cristo): Amigo Abraham, al recordar aquel pasaje en que Jesús se autodefine como “el camino, la verdad y la vida”, estoy viendo que te podemos tener como el primer caminante en el inicio de la Historia de la salvación.
Abraham: No sé si fui el primer caminante o el último; lo cierto es que mi vida fue siempre estar en camino. El camino fue para mí novedad, aventura, plenitud, bendición Lo empecé en la ciudad de Ur de los caldeos, con mi padre Téraj, quien no lo pudo realizarlo en su totalidad, pues terminó sus días en una parada del mismo (Jarán). Nos dirigíamos a la tierra de Canaán» (Gn 11,31).
Christian: Creo que llegarías a conocer muchas ciudades.
Abraham: Sería muy largo nom-brarlas todas, por lo que solo te indicaré algunas: Siquem y Bethel (Gn. 12:1-9). Obligado por el hambre, tuvimos que viajar a Egipto, Luego nos establecimos en Manre (Gn. 13:1-18). Viajé por el Neguev y nos estableció en Cades y Gerar (Gn.. 20). Allí nació lsaac. Por supuesto que hicimos gran parte del camino por el desierto.
Christian: Para todos los que creemos, tú, amigo Abraham, puedes ayudarnos y orientarnos como cami-nantes que somos. Nos enseñas a peregrinar y confiar en Dios, sintiéndolo como guía y compañero de viaje. Nunca te he visto tratando de controlar ni dominar a Dios.
Abraham: Llevas razón; he tratado siempre de acogerlo con sencillez, con humildad, con disposición para descubrir facetas nuevas de ese Dios, al que le doy gracias todos los días. Lo percibo como un Dios que no es distante ni estático sino cercano y comprometido con nuestra historia.
Christian: Y esto es consolador y aviva en nosotros el aliento en las difi-cultades y el deseo de construir unos “cielos nuevos y una tierra nuesva donde habite la justicia”.
Abraham: El caminante, amigo Christian, no se pasa la vida sentado a la vera del camino. Dios nos está invitando constantemente a considerar este mundo, no como un hogar permanente sino como “extranjeros en tierra extraña.
Christian: Creo que es conveniente seguir el próximo día. Abraham: Perfecto. Continuaremos.
Ve y lo cuentas
No todo lo que vemos es como parece y hay muchas cosas que sería muy bueno que nos detengamos y profundicemos en ellas, porque entonces, nos daremos cuenta que la realidad no es como aparentemente se presenta. Digo esto porque alguien me increpaba el otro día porque estoy haciendo que la gente se enganche en el tema de los juegos de azar con la lotería, ya que la suerte parece que fuera una fuerza inteligente y se está dando cuenta que venimos haciendo un camino solidario muy bonito e interesante desde hace ya dos años en que nos metimos en un proyecto que superaba nuestras fuerzas y, desde los albañiles que confiaron en nosotros, hasta los niños de nuestra parroquia, vamos entendiendo todos que esta es nuestra casa y tenemos que ser nosotros los que nos la barramos. Nadie de fuera va a venir a hacérnoslo. Es lindo ver cómo la gente que está pasando necesidad, es la primera en arrimar su hombro y no lo saca de la carga. Aquellas palabras de Jesús, “Tenéis que ser luz para que alumbre a todos, de forma que quien os vea sienta ganas de alabar a Dios”, eso es una realidad entre nosotros y mucha gente está viendo esa actitud nuestra, ese apretar y caminar juntos… Eso es mucho más grande e importante y la obra más hermosa que estamos llevando a cabo. Debemos dar gracias a Dios y a cada uno de los hermanos. Es desde ahí donde la lotería cobra otro sentido y se convierte en un motivo de fiesta.
Lo que no vende
Efectivamente, no vende eso de descomplicar la vida y vivirla en fraternidad y solidaridad; esto que venimos indicando de hacer un camino solidario, en el que vayamos teniendo en cuenta a la gente que lo pasa mal, y en el que nos impliquemos echando una mano y no dejando a nadie en la cuneta… no es precisamente la ideología que se ha venido vendiendo y se ha establecido y, con argumentos diversos se nos ha venido convenciendo que debemos tener grandes aspiraciones a ocupar la cumbre, aunque para ello tengamos que pisotear a quien se ponga por delante; y nos han ido entusiasmando con un cuento de hadas y nos han ido ubicando en una nube sin cimientos ni consistencia y hemos establecido la competencia frente a la fraternidad y a los otros se les considera contrincantes, enemigos y no hermanos. Jesús dijo a sus paisanos que era posible otro mundo y otra forma de hacer las cosas. Hoy lo repite.