HOJA PARROQUIAL DE S. JOSÉ
DE LINARES
3º DOM. t. o. B
22-enero-2011
Año -III- Nº 164


EDITORIAL

LUCES Y SOMBRAS
“…Los hijos de este mundo son más sagaces que los hijos de la luz…”. Y el panorama que se nos presenta en la actualidad parece corroborar estas palabras del Evangelio.

Ocultos tras unas pantallas abstractas llamadas “mercados”, en las tinieblas, los hijos de la sombra dirigen el mundo, acaparan el poder, las riquezas y los medios de comunicación. Son como monstruos insaciables que quieren siempre más, aún a costa de condenar a la miseria, al hambre y a la muerte a millones de seres humanos.

Contra esta situación, se perciben signos de un ligero amanecer y sus luces van poniendo al descubierto la maldad de sus obras. Cada día hay un mayor rechazo a los asesinatos de quienes se les oponen y a las guerras interesadas. Aumenta la sensibilidad por la conservación del planeta. Hay más protestas contra la miseria y el hambre provocadas por razones económicas. Se reacciona a favor de la vida y en defensa de la dignidad de las personas y se exige transparencia y honestidad a la clase política (sometida a sus directrices).
Y la mayor esperanza, la mejor antorcha con que podríamos iluminar a este mundo es la “nueva evangelización”. Anunciar fielmente a Jesucristo y su mensaje, y emprender la regeneración de la Iglesia desde sus valores originales: fraternidad, bienes compartidos, solidaridad, sentido de la justicia, amor y paz…
Creemos que sería el motor que puede aportar la luz y la fuerza que necesitan los seres humanos de buena voluntad, para enfrentarse con decisión a las fuerzas del mal y construir un mundo mejor para todos sus habitantes.


PALABRA DE DIOS

Lectura de la profecía de Jonás 3, 1‑5. 10
En aquellos días, vino la palabra del Señor sobre Jonás: Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.+
Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: Dentro de cuarenta días Nínive será destruida! Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños.
Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.
Palabra de Dios.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 7, 29‑31
Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.
Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 14‑20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio. Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo: Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.+
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes.
Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Palabra del Señor.


HACIA DIOS POR LOS CAMINOS DE LA BIBLIA, Nº 14

LOS ÁRBOLES DEL PARAÍSO: EL DE LA VIDA Y EL DEL BIEN Y DEL MAL

P: Siempre que he leído el pasaje del paraíso, me ha llamado la atención no solo la abundancia de árboles, tanto frutales como de sombra, sino la existencia del árbol de la vida y el del conocimiento del bien y del mal. Me gustaría que me clarifiques, dentro de lo que sea posible, el significado de esos dos árboles situados en el centro del paraíso.

R.: Lo haré con mucho gusto, pero permíteme que antes presente una especie de introducción sobre la importancia de los árboles en la vida del hombre y pasar después a los árboles en la Biblia.

P: Me parece estupendo, por lo que soy todo oídos.

R.: Los árboles y la humanidad han mantenido desde siempre una relación admirable. A lo largo de los siglos, los árboles nos han ofrecido y nos siguen ofreciendo, refugio del frío y el calor. Nos han proporcionado infinidad de frutos, hojas, flores y raíces con propiedades tanto alimenticias como medicinales. Nos han ofrecido madera, etc. Los árboles son, sin duda, nuestros más firmes aliados.

P: Recuerdo haber leído cómo los árboles han servido para mostrar la compra de un terreno, el recuerdo de un acontecimiento, la denominación de un lugar…Incluso hay árboles que los han tenido como sagrados. Y pregunto: ¿tienen los árboles alguna relación con lo divino?

R.: Buena pregunta que nos ayuda a ir aproximándonos a nuestro objeto de reflexión. En la religiosidad del mundo antiguo, los árboles evocaban la presencia de lo divino. Las religiones sumero-babilónicas creían que el poder de la divinidad se cobijaba en los árboles. Así, por ejemplo, en Babilonia la palmera albergaba la fuerza de los dioses y el olivo contenía el aliento divino.

Nada sorprendente, por tanto, que el autor bíblico convierta los árboles del paraíso en portavoces de Dios, que quiere y se desvela para que los hombres y mujeres sean felices. Para eso, el Dios alfarero se vuelve hortelano o jardinero y prepara para el hombre un auténtico; paraíso;. (Gn. 2, 10-14). Todo cuanto el hombre pueda desear lo encuentra en este jardín, en el que el Creador hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer. Los árboles sacian el ansia de felicidad y ternura, de gozo y belleza.

P: Cómo aparece el amor de Dios. Así lo creo yo. Me emociono y desearía que cuidáramos nuestros parques, nuestras sierras, nuestros árboles, toda la naturaleza como el Creador, nuestro Dios, quiere.

R.: Y yo que me alegro.


VE Y LO CUENTAS

MIMETISMO
Hace tiempo que las costumbres y tradiciones de otras culturas occidentales, conocidas a través del cine y la televisión, se han ido introduciendo en nuestra sociedad, e incluso han ido desplazando y sustituyendo a las propias. No sabemos si por un complejo de inferioridad propio que nos lleva a considerar mejor todo lo ajeno o por una actitud abierta a la novedad, sea cual que sea y venga de donde venga, sin plantearnos su significado ni su conveniencia.

Lo curioso es que es bastante desigual el grado de aceptación dependiendo de su naturaleza. Así, resulta que todo lo lúdico (Papá Noel, Halloween, etc.) se imita y se pone en práctica de inmediato, mientras que los valores en que nos aventajan (el amor a la patria, el cuidado de los espacios públicos, la responsabilidad en los estudios, la honestidad en el trabajo, el sentido del deber…) encuentran una notable resistencia.
En resumen, estamos abiertos al placer y cerrados al esfuerzo. Así nos luce el pelo.


LO QUE NO VENDE

DOS LOBOS
Hoy no vende la sabiduría. Acumulamos muchos conocimientos que nos llegan por muy diversos conductos, pero la verdadera sabiduría se nutre de la experiencia, la observación, la meditación…

Como ejemplo nos servirá este breve relato:

Una mañana, un viejo cherokee hablaba a su nieto. Le decía: “Hijo mío, dentro de nosotros se produce una dura lucha entre dos lobos. Uno es malvado, y está lleno de ira, envidia, celos, avaricia, arrogancia, resentimiento, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego. El otro es bueno, portador de alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad, benevolencia, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe.”

El nieto meditó unos instantes y le preguntó a su abuelo: “¿Qué lobo gana?”

El viejo cherokee le respondió: “Aquél al que tú alimentes.”

Un resumen genial de la coexistencia del bien y del mal y la libertad de opción personal.